Capítulo XLIII

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Arturo disparo tan rápido como su hermano Sebastián levanto el arma, vio como la bala hería el brazo de su hermano al mismo tiempo que le hacía perder el equilibrio hacia el lado derecho. Escucho un segundo disparo, viendo como el pecho de su hermano se manchaba de sangre, escucho dos más y vio a su hermano tirado en el suelo de forma fetal, respirando con dificultad.

Todo quedo en silencio por unos segundos, Martin fue el primero en acercarse, pateó el arma con su pie derecho evitando que su padre la tomara con lo último que le quedaba de fuerzas, su mirada se enfrento a la de él y puedo ver esa mirada llena de rencor, característica de él pero no iba dirigida a él.

Observo con rencor a Martin por unos segundos antes de que sus ojos se llenaran de terror puro, aún cuando no podía ver a las sombras del infierno, si sentía sus pasos apresurados, junto a su risa y su respiración agitada. Ladeo su cabeza viendo como aquellos que fingió eran su familia le apuntaban con el alma, y fue allí cuando vio a Julieta mirarle con seriedad, sus ojos azules estaban inexpresivos, sonrió irónico, no le sorprendía que no sintiera pena por ella. La observo para que al momento de llegar al infierno tener una garantía para no morir ante la presencia de su maestro.

Escucho un disparo. Sus ojos se abrieron sorprendidos al ver aparecer a Pablo y Oriel al lado de Julieta, dejo de respirar al recordar donde había visto con anterioridad los ojos de Oriel. Su alma vio desaparecer a Julieta junto a sus amigos al mismo tiempo que las sombras se adueñaban de su alma mordiéndola y llevándola con ellos.

Martín vio a su madre junto a sus amigos, apunto con el arma y disparo, aliviándose al momento al dejar de escucharle disparar, se separo del cuerpo de su padre cuando las puertas de la casa se abrieron junto a las ventanas, dejando entrar a los animales que intentaban ocultarse del fuego, sintió la mano de su primo Alfredo tironear su ropa para hacerlo reaccionar, corrieron tan rápido como sus pies lo permitieron y se volteo a mirar la casa en la que se había criado, incendiarse, el olor a humedad y carne quemada inundo sus fosas nasales, al igual que las sirenas de bombero y ambulancias llegaban al lugar.

Bajo su mirada a su mano la cual aún sostenía su arma, aún no podía creer que su padre había muerto por su última bala, vio como Santiago le quitaba el arma y le miraba poniendo su mano en su hombro con una sonrisa.

—Termino—susurró orgulloso de su hermano—Se acabo

Escucho esas palabras que antes le parecían tan lejanas, ahora le parecían irreconocibles e irreales, su hermano le abrazo aún bajo su sorpresa. Solo reacciono cuando vio el cuerpo de vida de su padre, suspiro y se lleno de ansiedad al darse cuenta de que podría estar con Manuel para siempre sin tener miedo nunca más.

—Quiero volver con Manuel, Santiago—pidió cuando vio a la ambulancia llevarse el cuerpo su padre—Quiero verlo.

—Tranquilízate, nos iremos en este momento—murmuró con una sonrisa, yéndose al auto junto a su primo y su tío.

Martin imito a su hermano y apoyo su cabeza en la ventana viendo el camino hacia el helipuerto, su corazón latía a mil por hora, ante la emoción de saber que podría estar con Manuel todo el tiempo que le quedaba de vida. Cerró sus ojos recordando la voz de su esposa.

¿Qué crees que sea?

¿Qué?

El bebé Martín, ¿Qué quieres que sea?

Ah... pues me da lo mismo, lo protegeré de todos modos

Eso es algo obvio que tendrás que hacer amor, yo quiero un niño

¿Un niño?

Si, un niño para que sea tan loco como tú para el futbol

Si tú quieres, está bien, de todos modos tú eres la que tendrá barriga y yo tendré que callar y aguantar tus cambios de humor

¡Oye!

Abrió sus ojos con una sonrisa alegre, era la primera vez que recordaba la voz de su novia de manera tan clara y nítida, al fin sentía que podría volver a prometerle algo sin miedo alguno a fallarle o sentirse culpable en el proceso.

Observó el pasaje ansioso, quería volver con Manuel rápido y jugar fútbol como el niño siempre le había propuesto desde que lo conoció.

Todo gracias a Julieta Cygnus.

Con ella, habían superado su miedo a recuperar su vida.

¡Basta de Miedo! © (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora