Capítulo VI

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Sebastián vertió una botella llena de parafina sobre las personas que habían hecho que su hijo menor Santiago le traicionara, ignorando por completos los gritos de la novia de su hijo y los padres de esta quienes tenían la boca tapada y lloraban aterrados al ver como él encendía un cigarrillo dejándolo caer sobre ellos, observo como el padre era el primero en comenzar a quemarse, seguido de la madre e hija. Salió del living con una sonrisa burlesca mientras escuchaba las voces agónicas, llegó a la entrada de la casa y tomó a la lactante que lloraba. La cubrió con su abrigo y la llevo al auto donde la dejó en el asiento del copiloto antes de subirse al auto y ver como la casa se comenzaba a quemar llamando la atención de los vecinos.

Encendió el auto y salió arrancando por las calles del Reino Eclipse con dirección al basurero, cerró la ventana de su auto al escuchar que la bebé no dejaba llorar, se estaciono al llegar importándole bien poco que la bebé rodara por el asiento golpeándose la cabeza con la puerta. Agradeció mentalmente de que el ruido de la tormenta distorsionara los sollozos del bebé. Se bajó del auto y abrió la puerta de la bebé y camino por el recinto buscando un lugar de fácil acceso.

Dejo a la bebé en el suelo mientras le sujetaba la cabeza con fuerza, ignorando las patadas y manotazos que la criatura le daba, sacó un cuchillo de su abrigo dispuesto a cortarle el cuello, pero se quedó quieto al escuchar chillidos, observó a los costados viendo como las ratas se escondían entre la basura, sonrió y pasó el cuchillo por la cabeza de la niña escuchando como esta lloraba con fuerza, toco la herida y limpio la sangre que salía a borbotones.

Pasó su mano por las piernas, manos y cara de la niña para que las ratas la olieran con rapidez, la dejó allí escuchando como la niña cesaba el llanto y corrió fuera del basurero viendo como las ratas se adueñaban del cuerpo de la infante. Se subió al auto y salió arrancando lo más rápido que el motor y la velocidad del auto le permitían, ignorando por completo la luz que apareció en medio del basurero.

Julieta suspiro aliviada al alcanzar a realizar un campo de fuerza que provocó que las ratas se quemaran al querer llegar a la niña y las que se encontraban adentro se envenenaran al instante y cayeran muertas al costado de la niña. Por poco y la niña estaba muerta, un poco más y el regaño por el fallo de la misión no se lo quitaría nadie.

Se acercó a la niña quitando el campo de fuerza viendo como la niña estaba inconsciente, la bebé no tenía más de un año, la tomó en brazos y apoyó su cabeza en su hombro, cerró sus ojos y los abrió encontrándose de frente con la casa que le pertenecía por derecho al ser Lucía Black. Camino por el puente que llevaba a su casa y entró para subir las escaleras y llegar al segundo cuarto del tercer piso.

Acostó a la niña en la cuna, la desnudo viendo que su piel estaba con leves quemaduras mientras que su carita, al igual que sus piernas y brazos estaban llenos de sangre, puso su mano derecha en la herida y la hizo brillar, cuando la retiró estaba cerrada. Se dedicó a limpiar la sangre de la niña con un paño húmedo, sintiendo un poco de dolor al verle las mordeduras producidas por las ratas, una vez terminó le cambió de ropa viendo como la bebé despertaba para mirarle por unos segundos y finalmente volver a perder la conciencia.

Hizo brillar su mano derecha y creó un campo de fuerza que hizo que la niña se quejara por unos segundos para luego volver a dormirse tranquila, esa le ayudaría por unos minutos a para acelerar la sanación. Sacó la tablet de su abrigo y la desbloqueo para leer la información de la infante.

Nombre: Samantha Fisher

Edad: 1 año

Padres: Santiago Fisher y Catalina Graham

Misión: Rescatarla del basural Reino Eclipse, ocultarla en el Reino de la Tierra en la casa de Lucía Black y devolverla a Aroa Cygnus cuando se mude al Reino Lunar.

Tiempo de la misión: 1 mes humano.

Abrió sus ojos sorprendida al descubrir que era su nieta a quien había rescatado, negó con la cabeza al recordar a Sebastián correr por el basurero ¿Sebastián le había hecho aquello? ¿En qué monstruo se había convertido? Lo había visto hacer aquello pero siempre a sus enemigos, jamás a su familia. Suspiro, tratando de sacar ese nudo de la garganta, no podía dejarse engañar por sus sentimientos, si aceptaba pensar cómo Lucía Black, jamás podría volver a ver a su familia humana.

Bloqueo la tablet y prefirió concentrarse en su nieta Samantha, sonrió al recordar las veces que su hijo Santiago le dijo que le gustaba aquel nombre, Su misión principal era mantenerla con vida y alejada del peligro, ya tendría una nueva oportunidad para pensar en Sebastián.

Regreso donde la niña y quitó el campo de fuerza para poner ambas manos en su pecho haciéndolas brillar viendo como las heridas de la pequeña comenzaban a sanar mientras liberaban un pequeño humo rojo, ignoro el llanto de la niña por unos minutos, luego le acarició los cabellos para tranquilizarla viendo como esta le miraba con lágrimas en los ojos.

—Se valiente por unos momentos ¿sí?—pidió con una sonrisa que hizo que la pequeña le mirara curiosa.

Puso su mano derecha aún brillando en la cabeza de la niña borrando los últimos recuerdos de su mente, libero lágrimas de sangre al ver las acciones que había hecho Sebastián, ese hombre no era el que había conocido en su momento, sintió un dolor intenso en su corazón al imaginar el dolor de su hijo Santiago.

Revisó a la pequeña sintiendo como los signos vitales de ella volvían a la normalidad, le faltaba solo limpiar la sangre de la menor de infecciones, pero prefirió dejarla dormir.

De todos modos la niña ya había sufrido suficiente por hoy.




¡Basta de Miedo! © (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora