Capítulo XVIII

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POV YOONGI

Desperté, eran pasadas las once de la noche. Jimin estaba encima mía, abrazado a mí ansiosamente. Sonreí, era una verdadera ternura de chico. Olí su pelo, olía tan bien...enterré la mano en su cabello y besé su frente castamente para que despertase. Pero no lo hizo.

- Jiminnie, despierta - le avisé, moviendo su hombro.

Mi pequeño frunció el ceño y se escondió en mi cuello con la boca abierta, con lo cual empezó a respirar en mi cuello.
Joder... ¿por qué me estaba excitando?

- Jimin-ah, despierta - le moví con brusquedad esta vez.

- No quiero ir a clases, hyung - al fin despertó.

- No es hora, son las once. Venga, despierta y vayamos a mi cama.

Jiminnie se estiró encima de mí, y después se levantó tambaleándose ligeramente.

- ¿Tienes hambre, mi pequeñín?

- No, hyung, durmamos, tengo ganas de oler tu camisa.

Me sonrojé. ¿Acaso le gustaba mi colonia?

Le ayudé a subir las escaleras a mi gran habitación, y le tumbé en la cama ya desecha. Me acosté a su lado y, nada más arroparme, él se aferró a mi y hundió la mejilla en mi pecho.

- Hueles tan bien, hyung - susurró, oliendo desde mi pecho hasta me cuello, haciéndome excitar. Joder...

- Jimin, hay que dormir, venga - le separé de mi cuello, me estaba calentando un poco.

- ¿Por qué me llamaste Jimin y no Jiminnie? ¿Es que ya no te agrado, hyung? - noté cómo sus ojitos se aguaban.

- No, no Jiminnie, claro que me agradas. Disculpa, es que tengo sueño, pequeño.

Mi precioso asintió y se aferró de nuevo a mí, era tan tierno que me derretía.

Besé su frente un par de veces y ya por fin cerré los ojos.

- Buenas noches, mi precioso y pequeño Jiminnie, que duermas bien, cariño - añadí el cariño, pues de él era todo el cariño que tenía.

- ¿Cariño, hyung?

- Tú eres mi cariño, pequeño - besé de nuevo su frente.

Pues él se merecía lo mejor.

POV JUNGKOOK

Estaba leyendo apoyado en Jennie, mis piernas dolían un poco, seguro tendría agujetas mañana.

- ¿Quieres bajar a cenar? - me preguntó ella después de casi media hora de lectura.

- Si tu bajas, yo bajo - me acomodé mejor en su hombro.

- Esperemos hasta que nos llamen.

Asentí, ahora no tenía ganas de comer, y menos de levantarme a andar, mis piernas dolían.

[...]

- ¿Interrumpo algo? - la madre de Jennie entró, viéndonos leer, y sonrió de manera extraña.

- No, mamá - se apresuró a decir Jennie, y separó su mano de mi brazo.

- Venía a decir que podéis bajar a cenar cuando queráis - comentó.

Asentí, era lo único que sabía hacer en esta casa. La madre de Jennie se despidió de nosotros y se fue de la habitación.

- ¿Quieres cenar? - pregunté.

- Sí, me dio hambre - rió, y se incorporó un poco para que me despegará de ella.

Suspiré suave y me levanté, dolieron mis gemelos. Bajé las escaleras detrás de mi anfitriona, y entramos a la cocina, donde estaba la madre de Jennie colocando platos de arroz con verduras y salsa. Esta mujer cocinaba genial.

Destino  -  Jenkook -  [ CONCLUIDA ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora