Destino - Jenkook - [ CONCLUIDA ]

Capítulo XLII

POV TAEHYUNG

Mi móvil vibró debajo de mí y abrí los ojos en seguida. Alguien abrazaba mi cintura con fuerza y algo estaba pegado a mi espalda alta.

- ¿Diga? - dije con voz entumecida.

- Buenos días, Taehyung - la voz del padre de Lis parecía tan enojada que me daban escalofríos.

- S-señor Manoban - respondí, temeroso de que me fuera a reprender por algo.

- Ayer, Lisa se fue contigo al parque de atracciones y no volvió a casa. ¿Dónde están?

- E-estamos en mi casa.

- ¿Dónde está Lisa?

- Aquí, a m-mi lado, estamos en...

- ¿Habéis dormido juntos? - cuestionó, parecía más un interrogatorio -. Dime que no.

- No, no...yo dormí en...en el...sofá, y ella en mi habitación.

- Está bien, sólo quería saber si estaba bien. Como vivimos cerca, puede venirse a la hora que quiera pero que no sobrepase las ocho de la noche.

- Es-está bien, señor Manoban.

Me colgó antes de que terminara la frase, desde que me vio en su casa aquel día parece ser que se enfadó conmigo y parece ser que me guarda rencor. Los padres de Lis aún no saben que somos pareja.

- Tae... - me llamó Lis, con voz algo rasposa y entumecida -. ¿Dónde estás?

- Buenos días, peque - me volteé despacio para no dañarla -. ¿Cómo te encuentras?

Yo bebí soju anoche, pero ella pareció haberse viciado a esa bebida, entonces se ventiló más de cinco botellas y se emborrachó.

- Me duele la cabeza - lloriqueó -, Tae, protégeme - se acurrucó en mi pecho y se encogió.

- No te preocupes, ahora te traigo un cuenco de sopa y así te pondrás mejor, ¿sí?

- Pero no te vayas.

- Tengo que irme, puedes abrazar a la almohada si quieres y luego me abrazas a mí, ¿vale?

Murmuró un sí algo débil y yo la besé con dulzura antes de irme, ella era sensible al alcohol y le sentaba mal.

Me levanté y salí de la habitación, estábamos solos en mi casa porque mis padres se habían ido a un viaje por motivos de trabajo y la casa estaba entera para mí hasta el jueves.
Entré a la cocina y puse a hervir el agua, no sabía cocinar pero haría lo mejor para mi pequeña.

[...]

Después de más de quince minutos, ya había hecho un simulacro de sopa. Ésta tenía la temperatura perfecta para que a Lis le subieran los ánimos.

- ¿Cómo está mi pequeña? - entré despacio a la habitación para que el plato no hiciera un Jimin y se cayera.

Ok no.

- Mal - suspiró, y enterró su rostro en el cojín.

Me senté a su lado, ella se apoyó en mi hombro después de incorporarse con pereza y yo la alimenté como si fuera un bebé. Mi bebé, mío.

- Abre - reí cuando ella no reaccionó ante la cucharada -. Vamos, abre.

Me acerqué y rocé mis labios con los suyos, haciendo que ella abriera ligeramente la boca para recibirme. Justo en ese momento le di la cucharada de sopa.

- Malo ~

Reí y la animé diciendo que ya faltaba menos. Le di un par más de cucharadas hasta que ella negó con su cabeza al recibir otra.