Entre Flores y Cosméticos

Esencia de Rosas

El día más esperado por Florencia y Jazmin dejaba ver sus primeros rayos de sol y las encontraba esperanzadas por saber si sus deseos se harían realidad, en las próximas horas que estaban por transcurrir. Cada una por su lado había escogido un especial momento de la tarde para enviar su proposición. Florencia lo había decido así porque estaría muy ajetreada durante gran parte del día en medio de sus criaturas y con la angustia de dejar el nombre de su Floristería en boca de todos los asistentes al evento de Sminka. No quería por ninguna razón desequilibrar su aparente calmada humanidad con más presión y traspasar los límites de su tranquilidad, hoy no le estaría permitido. Una vez cumpliese su compromiso y estuviera libre para exhibir toda la paciencia que la caracterizaba o al menos eso creía ella dadas las circunstancias que vivía, podría estar atenta al más leve sonido de su móvil luego de enviar su mensaje y disfrutar la corazonada que la invadió al abrir sus ojos en la mañana. A Jazmin en parte se le hacía muy lento el avance del tiempo y muy difícil el darle libertad a esa agonía asfixiante que estaba acabando con sus nervios. Dividía su atención entre preocuparse por si su wattsap llegaría sin contratiempos y si su respuesta la obtendría ni bien Florencia viese el video. De esa respuesta dependía el nuevo rumbo que tomaría su vida o la continuidad de la que ya estaba viviendo; aunque su resolución de olvidarse de esos encuentros fortuitos con chicas de ocasión ya estaba pensada y evaluada. A pesar de su inmensa ansiedad se sentía confiada en que sería afirmativa esa contestación tan anhelada por ella, algo en su interior que no podía explicar la hacía actuar efusiva por instantes y otros verse devorada por la incertidumbre. Sus altibajos emocionales hoy la mantendrían en un constante cambio en su ánimo y eso lo entendía perfectamente su amiga y cómplice en esta aventura.

─¡Jaz! Voy a pensar que te estás volviendo narcisista. ¿Cuántas veces has visto ese video?

─¡Ay Tata! Cada vez que lo miro una sensación diferente me asalta y no puedo evitar sentir un miedo terrible y este escalofrío recorrerme todo el cuerpo.

─Déjame decirte que eso es normal. Te veo con esos nervios de una adolescente en su primera cita y me provocas una ternura enorme.

─¡Dios! ─exclamaba Jazmin mirando a su amiga con asombro─ ¿Qué le está ocurriendo a nuestra ejecutiva experta del marketing? Hablándome de ternura. ¿Será que escuche bien?

─¡Ok! Si te baja el estrés burlarte de mí al menos dame las gracias por el bien que provoco a tu salud.

─¡Contigo no se puede! Has echado por el suelo mi ilusión. ─Jazmin dramatizaba un dolor profundo.

─Me encanta que drenes con humor esa tensión de la que eres víctima. Yo no puedo hacer lo mismo me siento full presionada por este fulano lanzamiento.

─¡Tranquila! No olvides que somos las tres mosqueteras y siempre salimos airosas en estos combates por la belleza.

─¡Buen día Divinas Guerreras! ¿Están dispuestas como yo a devorarnos al mundo?

─¡Amelia! ─las amigas se acercaron para abrazarla ─ Te ves hermosa esta mañana.

─¡Gracias Jaz! Me ves con los ojos del cariño que me tienes.

─Ese lo tendrás toda la vida, Ame.

─¡La verdad Jazmin no miente! Te ves radiante amiga, dormir tantas horas te hicieron muy bien.

─Yo pensé que era una ilusión mía cuando me vi al espejo esta mañana, les agradezco me recarguen la autoestima. Últimamente la he tenido por él suelo.

─Si necesitas hablar recuerda que aquí estamos.

─¡Lo sé amigas! ¿Con quién más podría contar?