Acabado Mate

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Jazmin no podía aplazar más la respuesta que debía darle a Anastasia por su empeño en imponerle su autoridad para que accediera a su chantaje. Ya habían pasado dos días desde aquella reunión, días que invirtió en pedir la asesoría legal de Paolina González una abogada experta en temas laborales, de la cual tenía muy buenas referencias por una vecina de su madre. Hoy en horas del mediodía ambas mujeres concretaron una cita en el despacho de la doctora para conocer más del posible caso y buscar la mejor solución. Jazmin no había querido informarle a nadie la incómoda situación que estaba viviendo en Sminka por el capricho de su jefa, su prioridad en ese momento era mantener todo bajo perfil y no exponer su posición en la empresa. Su objetivo final apoyada en la justicia, hacerle entender a Anastasia Ferruchino que su relación sería estrictamente de trabajo. Sus pensamientos fueron interrumpidos por una chica que muy amablemente la saludo.

─¡Buenas Tardes Señora del Rio!

─¡Buenas Tardes!

─Si gusta por favor acompañarme la Doctora González la espera en su despacho.

─Gracias, te sigo. El edificio donde quedaban las oficinas del prestigioso bufete de abogados Torres González estaba a pocas cuadras de su trabajo, por esa razón Jazmin se había ido caminando sin ser vista por sus amigas que insistentes dejaban mensajes y correos de voz, a los que ésta prefirió ignorar y centrar su atención en lo que le estaba robando horas de sueño.

─¡Dra. González! Su cliente la señora Jazmin del Rio.

─¡Gracias, Marcela! Bienvenida, un gusto. ─Paolina González, una mujer de porte imponente y expresiva sonrisa extendía su mano cordialmente─ Toma asiento por favor. ¿Deseas algo de tomar?

─El gusto es mío. No, gracias estoy bien.

─¡Marcela! Puedes retirarte y no me pases llamadas por favor. ─Jazmin notaba la intensa mirada de la abogada como estudiándola.─ ¡Perdón! Espero no estar dándote esa imagen de persona por la cual estas aquí. ─una sonrisa algo forzada se dibujó en el rostro de Jazmin.─ Te preguntare directo ¿Tú y yo ya no nos conocemos de algún lado? Porque puedo asegurarte te he visto pero no recuerdo el lugar.

─¡La verdad! Tu cara me es familiar y te asocio a una situación muy incómoda que viví con la chica que es hoy mí pareja.

─¡A ver! ¿Podrías refrescarme un poco la memoria? A mi cabeza viene una escena un tanto embarazosa pero sería demasiada la causalidad que esa persona hayas sido tú.

─¿La salida en un baño de un club nocturno te dice algo?

─¡Por Dios! Fuiste tú esa mujer a la que casi me le desmayo encima.

─Ahora que me lo afirmas sí; aunque tu cabello tenía otra tonalidad.

─¡Esto es increíble y muy impresionante!

─Aprovecho para pedirte disculpas por dejarte caer de esa manera tan estrepitosa.

─¡Tranquila! ¿Si te dijese que no estaba ebria esa noche me creerías?

─¿Por qué no habría de hacerlo?

─Esto es extraño porque se supone que como abogada y tú mi posible cliente, deba ser yo quien inspire la confianza. ¿Pero? Y aquí viene lo extraño, tú me la estás dando a mí.

─¡Sí, es raro! Más siempre hay una primera vez.

─En eso tienes toda la razón. Te contare Jazmin, esa noche tuve un encuentro loco con una mujer de la que no logro acordarme sus rasgos y luego de eso me sentí horrible, mareada, alterada, sin fuerzas y termine en una clínica. ¿Qué crees? Esa degenerada me había drogado.

Entre Flores y CosméticosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora