Retocando Corazones

158 22 5
                                    

Nada más doblar la esquina cercana a la residencia de los del Rio, Jazmin esperaba a Florencia con la sonrisa más bella que ésta recordaba en la entrada del estacionamiento. El gesto la conmovió tanto que tuvo que hacer un esfuerzo sobre humano para no comenzar a llorar. Nunca le pasó por la mente poder amar con tanta intensidad y en ese momento agradeció haberla chocado esa tarde. Ya una vez con el auto aparcado.

─¡Hola Amor! ¿Sabías que soy la mujer más afortunada del mundo al tenerte como pareja, Jazmin del Rio? Te amo con locura.

─¡Lo sé! ─ Jazmin procedía a abrirle la puerta para abrazarla y darle un beso que la dejo sin respiración.─ Lo sé porque yo también soy afortunada al tenerte a mi lado mujer hermosa, te amo.

─Por tener un recibimiento como este ahora soy yo la que está pensando ausentarse.

─Ni en broma lo digas o me volveré loca. ¡Ay Florencia Estrella!

─¿Qué pasó? ¿Qué dije ahora?

─Me estás declarando la guerra con esa vestimenta ¡Qué recuerdo bello el que traes a mí memoria! Y solo imaginarme que hay debajo de esa ropa luego de estos días, sé lo voy a disfrutar tanto que siento que las piernas me empiezan a fallar.

─¿Y qué te esperabas después de lo que me hiciste con tu llamada? ─Florencia tomaba el rostro de ésta entre sus manos para morderle los labios hasta oírla quejarse por el dolor que le infringía. ─Esto es un anticipo, preciosa.

─¡Dios mío! Y pensar que debo esperar a que Ana Luisa se duerma.

─¡Florencia, llegaste!

─Hablando de la reina. ¡Ay por Dios, que vergüenza con tú madre!─ La pareja compartía una mirada de incertidumbre y el rubor en sus caras.

─¡Tranquila hermosa! No creo se halla dado cuenta pero si es lo contrario lo disimula muy bien.

─¡Sé Bienvenida a esta tú casa!

─¡Señora Ana Luisa! ¿Cómo está? Muchas gracias por invitarme. Permítame y saco del auto un pequeño presente que le he traído.

─No debiste molestarte.

─Está orquídea de color rosa simboliza mi respeto, afecto y deseo de que entre nosotras por el bienestar de todas especialmente el de su hija, logremos encontrar la armonía necesaria para llevarnos bien.

─Por favor quítame el señora somos familia. ¡Qué hermoso detalle! Te agradezco tus palabras porque sé son sinceras─ La madre de Jazmin le daba a su nuera un efusivo abrazo y un beso en su mejilla. Florencia veía a su amor sin poder argumentar más palabras─ ¡Ven! Vamos adentro, hija trae el equipaje de tu amada, por favor─ Jazmin y Florencia no cabían en sí de la felicidad, al fin un sueño anhelado por ambas se hacía realidad. En las siguientes horas hasta bien entrada la noche el dolor fue desplazado por risas, anécdotas y momentos inolvidables. Para las tres mujeres aquel encuentro debió darse unos meses atrás pero ya ninguna insistiría en cambiar lo que ya formaba parte de un pasado que no era prudente traer al este presente donde empezaba a construirse una hermosa relación.

─¡Ana Luisa!

─¡Si, Flor dime!

─¿Quería consultarle qué tal si programo con mi familia una velada para que se conozcan? ¿O si crees es muy pronto lo hablaremos otro día?

─¡No por favor! Yo estaría encantada pero quiero proponer sea en nuestra casa de campo. ¿Qué me dices? Así todos disfrutamos sin tener que ser anfitriones.

─¿Qué tienes en mente mamá? ¿Qué todos participemos en las comidas?

─¡Por algo no puedo negar eres mi hija! Me lees la mente, princesa. ¿No te parece buena la idea?

Entre Flores y CosméticosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora