Flore Ser o no Flore Ser

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Mauren luego de almorzar con su amiga la dejo en el taller de su hermano para que retirara su auto y luego se marchó a su consultorio. Con pocos días fuera sus clientes estarían ansiosos por tenerla de vuelta. Le preocupaba lo cansada que se vio a su amiga por la pérdida de sueño y el movido día que estaba teniendo. Esto sin contar que todavía debía regresar a la floristería a finiquitar cosas que requerían su presencia y que solo ella podría resolver. Su día no acababa allí porque en la noche después de salir de Pasionaria quería encontrarse con Jazmin, pero antes debía ir a su apartamento a cambiarse de ropa.

─¡Hermanita! Te ves agotada. ¿Qué te pasó es un huracán mi futura cuñada?

─¡Que dices Jorge, por favor!

─¡Perdón Florcita! Eso no fue nada prudente ni caballeroso.

─Te recuerdo un punto, hermanito. Con mi vida íntima siempre he sido muy reservada y eso nunca va a cambiar.

─¡Tienes razón! Estoy avergonzado.

─! Ya cambia esa cara! Tal parece que hubieses matado a alguien. Entiendo que quisiste hacer una broma y salió mal es todo. No voy a dejar de quererte por eso.

─¡Gracias Flor! Yo también te quiero. Me das un abrazo lo estoy necesitando urgente.─ Florencia estrechaba a su hermano entre sus brazos después le beso dos veces su mejilla.─ Mejor ocupémonos de tu auto.

─Y el de Jazmin por favor. Necesito saber si estará listo mañana.

─¡Mañana no!

─¿Cómo qué no? Me lo prometiste.

─¡Cálmate! Los dos están listos. ¿Cuál te quieres llevar primero?

─Mi decisión dependerá de la respuesta que me des al favor especial que quiero pedirte.

─Todos los que quieras. Dime.

─¿Podrías llevar mi auto a Pasionaria mañana no importa la hora?

─¡Con todo gusto lo haré! ¿Eso quiere decir que te llevas el de Jazmin?

─Si quiero darle una sorpresa esta noche. ¡Gracias! Sigues siendo el mejor hermano del mundo

─¡Lo sé! Y tú la mejor hermana.

En su oficina con la ayuda de tazas de café y caminatas alrededor de su escritorio Jazmin batallaba en su lucha contra el sueño. Su cuerpo le pesaba y le costaba mucho mantener sus ojos abiertos, anhelaba con fuerza poder estar en su cama y entre sus sabanas disfrutando de un reconfortante y plácido sueño. El ring tone de su móvil la trajo a la realidad.

─¡Floramor! ¿Dime que tu tarde a estado muy animada y no tienes la urgente necesidad de dormirte no importa dónde?

─¡Jazamor! Estoy bajo los efectos de la cafeína pero no logro alejar mi deseo de tirarme a dormir sobre mi mesa de trabajo entre rosas y sin importarme las espinas.

─¡Por Dios! Estás peor que yo.

─Lo bueno es que ya tengo mi auto y puedo pasar por ti.

─¡Flor! Sobre eso de vernos hoy en la noche estaba pensando. Ambas estamos con el sueño atrasado y la verdad no quisiera que manejaras a tu casa y luego hasta aquí. ¿Qué te parece si nos vemos mañana?

─¿Seguro que eso es lo que quieres?

─Sabes que no, yo solo quiero pasar mi tiempo compartiéndolo contigo. Pero creó inevitable esta pausa.

Entre Flores y CosméticosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora