Hielo y Fuego

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El cuerpo de Ozpin iba en mis brazos mientras yo caminaba hacia la puerta principal, luego llegaron la mayoría de autoridades, maestros y alumnos... una maestra fue la que se desplomó a llorar, los demás solo guardaron silencio del asombro y shock. Luego de un par de minutos, ambulancias aéreas estaban en la escena, se llevaron el cuerpo de Ozpin... mientras el "general" Ironwood (vaya figurativo nombre), se dirigió a nosotros... con una charla un tanto sacada de la manga, no le salía pero entendimos la idea.

Esa noche, yo fui a mi habitación y me quedé pensando un poco... tratando de procesar todo; Ozpin supo lo que yo hice... probablemente hasta el más mínimo detalle, ¿Por qué? Quizá el hecho de reencarnar demasiado, o simplemente efecto de la maldicion. Luego escuché como alguien tocó la puerta, a lo que me levanté y fui a abrirla... y de repente y sin previo aviso una chica de cabello blanco, piel suave y un traje de tonos blancos y azules claros me abrazó con fuerza, era Weiss... y casi al momento pude sentir lo aliviada y preocupada que estaba por mi:

-¿Estás bien? ¿No... estás herido o algo? -se separó y comenzó a voltearme de un lado al otro para examinarme.

-Tranquila, tranquila... estoy bien. -dije tomándola de sus brazos haciéndola parar, a lo que ella me volvió a abrazar.

-Y pensar que pudo haber sido a ti... me hace sentir triste y desesperada. -dijo aumentando la fuerza del abrazo, yo sé lo correspondí con cariño.

-Dudo que haya sido a mí, soy un don nadie al lado de Ozpin; esa bala fue directo a él. -dije mirando al suelo mientras la abrazaba, a lo que luego nos separamos y ella me agachó para darme un beso en mi frente y nariz.- ¿Por qué tanto cariño de repente? -dije riendo un poco.

-Solo es porque estás bien... no pienses mal de eso. -dijo mirándome con un leve rubor, a lo que su expresión cambió luego a una sonrisa bastante tierna.

-Me alegra que tú también estés bien. -puse mi mano encima de su cabeza, acariciando con mi pulgar su frente.

-¿De verdad te importo? -me dijo con una sonrisa y ojos brillosos.- ¿Que hay de Pyrrha?

-Bueno, ella podría ser igual... aunque simplemente estoy con ella porque parece que quien quiere que le haga caso no le hace vela. Y parece que estando conmigo... se sincera y está más tranquila. -dije sonriendo, a lo que ella también me sonrió.

-¿No te cansas de ayudar a la gente? -me dijo volviéndome a abrazar.

-Nop. -reí un poco al decirlo.

En los días siguientes, la situación parecía calmarse... Ironwood fue quien tomó el puesto temporal de director, lo cual era raro ya que ese puesto tendría que haber pasado a algún maestro o subdirector/ra. Algunas veces Cinder tuvo que ponerse en contacto conmigo para charlar de cómo sería el plan para infiltrarlos a ellos dentro de Beacon, sin ser "detectados", una noche tuve que salir e ir a un bar a hablar con ellos, solo estaban ella y Emerald, Mercury parecía estar en la barra... durmiendo...:

-Miren, ustedes no quieren trabajar conmigo, sentimiento mutuo. Además, mi equipo y yo ya estamos adentro; ya tenemos la confianza de muchos maestros y alumnos, no sospechan de nosotros. -les dije.

-Si, pero nada detiene al general para investigar incidentes como el de tu amiguita con Ozpin. -me dijo Cinder.

-Todo salió de acuerdo al trato. Mañana iré a ver a Salem, informarle de lo qué pasó, aunque creo que ya lo sabe... -dije tomando de una botella con algo de cerveza.

-¿Aún así piensas poder convencerla de que te ofrezca algo? -dijo ella mirándome de manera amenazante.

-Al menos yo no soy tan fracasado como ustedes. -dije riéndome con burla; luego Cinder se levantó con furia y me tomó de mi camisa con fuerza.

Venganza desde las CenizasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora