Venganza desde las Cenizas

El invierno busca venganza

Para burlarme un poco de él, le comenté lo que yo sabía acerca de sus hijas... a él no parecía importarle mucho en un principio, y lo negaba con sus risas, si no quería creerlas era su problema... ya que todo era verdad:

-¿A que te refieres con eso? -me preguntó.

-Si tan solo hubieras pasado el tiempo que debiste con Weiss y sobre todo con tus hijas... probablemente me ven a mi siendo más el padre que a ti. -dije mirándolo, inmediatamente él me agarró del cuello.- No tienes las bolas...

-Imbecil... esto no se quedará así. -me dijo mirándome como amenaza.- Pagarás por todo lo que hiciste con MI esposa y con MI familia a mis espaldas, sobre todo me desquitaré contigo ya que no hay nadie aquí que pueda protegerte. -me dio un golpe en el estómago y luego una sucesión de golpes en mi cara.

Cuando terminó solo se levantó de mi lado, su puño sangraba debido a la sangre de las heridas de mi cara... mi nariz rota, y mis labios reventados; podía sentir la sangre caer por mi cara y por mi barbilla una vez me levanté; ellos salieron de la jaula cerrándola con seguro... se abría desde afuera. Mientras escupí sangre al suelo, solo me alcanzaba a ver cómo las rocas encadenadas a mi... estaban por encima y afuera de la jaula.

Me mantuvieron ahí por un par de días, en eso recibí visitas de los mismos matones para darme una dosis diaria de golpes, yo no me quise resistir y dejé que me pegaran... todo era parte del plan. Al segundo día... luego de la dosis diaria, Winter entró junto a cuatro guardias reales, dos afuera y dos se quedaron adentro con ella y conmigo... solo bajé la mirada y ella se acercó a mí hasta estar enfrente:

-¿Disfrutas tu estadía aquí? -me dijo, a lo que asentí por burla simplemente, una risa se escapó de mi; luego escuché unos pasos hacia mi... uno de sus guardias me pegó en mi estómago.

-Si fueras lo suficientemente valiente... lo harías tú misma. -dije levantando mi mirada hacia Winter.

-No necesito probar nada para matarte, simplemente lo haré frente a todos. -me dijo colocando su espada sobre mi cabeza.- Pero hay algunas cosas que quiero mostrarte... y que hiciste durante la guerra.

-Yo también tengo unas cuantas cosas que enseñarte... -dije riéndome en burla cuando levanté mi mano levantando también el dedo de en medio. Inmediatamente ella me dio un puñetazo.

-Imbecil. -dijo ella sacudiendo su mano.- No sé cómo dejé que Weiss tuviera amigos como tú... todo comenzó cuando ella entró a Beacon para perfeccionar su "arte en el combate"... luego te conoció a ti, y a esas otras tres... nunca me agradaron. Veo que eran lo mismo que tú... una distracción para Weiss y unos buenos para nada... -me estaba diciendo, eso me hizo enojar y le terminé escupiendo sangre a su cara.

-Nunca hables así... de ellas... podrán haberme engañado, haberme traicionado... pero fueron mis amigas; y tenían más espíritu que tú querido general y que tú. -dije mirándola con enojo.- Las maté yo mismo... por cuestiones de honor a mis amigos fallecidos por su culpa y por tú culpa; a Yang... le dije que "en un mundo donde cualquier elección revela nuestros pecados... solo hay uno que juzgará en nombre de los Dioses para hacer lo justo y necesario".

-¿Crees que lograste llevarles honor a tus amigos muertos? Llevaste algo que tenían en común hacia algo más personal... -me dijo ella limpiándose la sangre que le escupí.

-¿Y quién eres tú para hablarme de lo que debo hacer? Ni tan siquiera evitaste que Weiss abandonara su matrimonio por mi... a diferencia de ese cabrón, yo si estuve todo el tiempo con ella... la rosa de su habitación lo decía todo. -dije mirándola con una pequeña risa. Winter solo se acercó a darme un golpe en mi estómago.

-Voy a matarte frente a toda la ciudad y el reino de Atlas... -me agarró del cuello, yo solo la vi fijamente con seriedad.- ¡Y voy a asegurarme que tus malditos huesos se pudran en el océano!