Los restos de mi alma

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Días después, ya un poco más de una semana, Weiss y yo comenzábamos a salir una vez más... como en los viejos tiempos, sus hijas en dos ocasiones vinieron con nosotros porque yo le ofrecí a Weiss traerlas; parecía que ambas se habían encariñado conmigo... parecía que disfrutaban estar conmigo, un comentario de Weiss que me hizo reír y sentir felicidad fue: "Pareces más su padre", eso me sacó una sonrisa.

La mañana siguiente, me levanté de inmediato con energías... fui, me preparé y comí algo. Weiss y yo quedamos en reunirnos en la plaza para ir a una cena para nosotros dos; quise salir un rato. Fui a dar unas vueltas, parecía que la situación fuera de la ciudad se había tranquilizado... no hubieron vuelos en un tiempo, pero hoy ya abrieron los cielos. Al pasear por la ciudad solo veía algunas decoraciones y celebraciones... había algo, y tenía algo de curiosidad, al irme adentrando más... solo veía una decoración en honor a la "gran victoria" de la humanidad que concluyó la guerra... en ese momento, no supe cómo sentirme, mi cara y mi expresión era indiferente a pesar de la alegría de la gente que estaba por ahí; un hombre me dio un pequeño pastel con la imagen de un misil hacia un sol negro... sólo negué con la cabeza y bajé la mirada, no quise botar frente a ellos el pastel... pero al cruzar la esquina solo lo arrojé con furia hacia un callejón, respiré un poco para luego seguir mi camino. Parecía que a pesar de trae de seguir adelante, por cosas que no dependen de mi... me lo harían recordar, y cada vez sería peor.

Cuando el sol ya caía por el horizonte, fui hacia la mansión donde vivía Weiss; solo que esta vez no fue ella la que me abrió, ni tampoco alguna de sus hijas... era alguien que era muy similar a ella pero mayor; era Winter... lo sabía por la apariencia que tenía (en cuanto a vestuario) y la edad; ella solo me miró:

-¿Que desea? Debe ser importante como para haber pasado por la seguridad. -me preguntó ella.

-Bueno... es que... Weiss y yo... -iba a decirle pero ella me interrumpió.

-Señorita Schnee. -me interrumpió.- Y para tu información, ella está esperando a alguien más; a su esposo... así que cualquier plan que hayas tenido con ella... no ocurrirá hoy.

-Solo íbamos a cenar afuera, es todo. -dije mirándola con seriedad.

-Ya te dije que ella tiene planes ya. -me dijo con una voz firme.- Lo que tenias con ella es insignificante comparado a lo que es su responsabilidad.

-No me vengas a decir que solo porque la noticia que hoy regresa él, signifique que ella y yo no podamos salir a divertirnos. -dije mirándola con seriedad y cruzaba mis brazos.

-¡Ja! Claro, no puedes estar con ella por dos razones y ambas tienen que ver con lo que tú eres... mírate, probablemente eres un bueno para nada, que no ha hecho nada en su vida y solamente se la pasa encerrado. -me dijo, a lo que me obligó a quitarme los lentes y mirarla fijamente. Winter, al verme, solo abrió los ojos con temor y retrocedió un poco.

-Perdí al único amor de mi vida que perduró, y no dejaré que tú ni nadie vuelva a quitármelo. -dije apretando mis dientes y colocándome los lentes una vez más.- Yo la he hecho sonreír más veces que ese cabrón que apenas y ha estado aquí, y tú... solo quieres decidir su maldita vida como si de ti dependiera lo que ella quiere.

-Tú... -me dijo mientras me miraba con enojo, en eso bajó Weiss por las escaleras y la pude ver sonreír; Winter volteó a verla y se quedó extrañada.- Pero, Weiss... sabes quién es... ¡¿lo sabías?!

-Por supuesto. -dijo Weiss tomando mis manos, a lo que yo volteé a verlas.- Y a pesar de todo lo qué pasó... nunca pude ver un Amanecer de la misma manera sin él.

-Weiss... ¡Ven aquí en este maldito instante! -gritó Winter mientras Weiss y yo nos íbamos.

-No puedes decirme qué hacer... esta vida es mía y solo yo decido qué hacer. -le dijo hacia su hermana aún mirándome hacia mi, en eso me sonrió.

Venganza desde las CenizasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora