Siempre aqui

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Tras la muerte de Will, Paty y yo... no pudimos recuperarnos sino un día más tarde; queríamos estar solos, no teníamos apetito... pero luego tomamos la decisión de dejarlo atrás; seguir adelante y terminar con esto. Solo quedábamos ella, yo... y mis hermanos; éramos todo lo que quedaba. Hice una reunión de emergencia con todos ellos:

-No quedamos más que solo nosotros del lado de este bando. No sabemos cuántos humanos quedan en el mundo, pero muy probablemente son muchos; y saben que estamos aquí. -les dije caminando de un lado al otro.

-¿Que sigue entonces? -me preguntó Paty, y todos me voltearon a ver... en ese momento me detuve y cerré mi puño con fuerza.

-Todo este tiempo... hemos batallado de maneras incorrectas; usando armas y estrategias que los humanos podrían haberse inventado. -dije sacudiendo la cabeza.- Si nos comportamos como ellos... ¿Cual es el propósito de ganar?

-Pero Eir, hemos aniquilado a casi todo humano hasta hoy. -dijo Finik.

-Lo sé... no hablaba de ustedes; habló de mi... yo hice las estrategias, yo ordené los ataques... yo les pedí que actuarán así. -dije sentándome sobre un tronco.- Soy un desastre... solo mírenme... -dije riéndome.- Inicié todo esto por una venganza personal. Soy una basura, lamento decepcionarlos.

-Paty se levantó y se dirigió hacia mí y lo único que hizo fue darme un puñetazo en la mejilla.- Eres un cobarde... -me dijo ella sollozando, luego agarró su rifle y entró a la Academia.

-Quizá deberías reconsiderar y pensar lo que acabas de decir. -dijo Yurza levantándose.- Estaremos por aquí; de eso no te preocupes.

-Date tiempo. -dijo Irsiak, al igual que todos los demás se levantaron y me dejaron solo.

Me levanté y me senté nuevamente al borde del risco; estaba mirando al horizonte sin saber qué hacer... no tenía idea; y la verdad no quería continuar con esto... quizá Paty tenía razón, soy un cobarde; pero quería cambiarle esa forma de verme... volteaba de vez en cuando había arriba viendo como ella estaba en la cima con su rifle. Saqué mi arma y la miraba más detalladamente... apreté mis dientes y la arrojé hacia el precipicio, luego me quedé mirando cómo caía hasta acabar en el agua. Las lágrimas no podían parar de caer de mis ojos mientras tenía la cabeza baja... llevé mi mano hacia el amuleto que yo tenía, lo único que mi madre me dejó (físicamente)... lo tocaba y por un momento juraba sentir alguna formación, parecidas a letras... lo saqué y miré que no había nada; volví a pasar mi dedo y no sé sentía igual; pero ya no importaba... solo bajé mi mirada:

-Soy un imbecil, cobarde... idiota... -dije sollozando. De un momento a otro la piedra brillaba y un mensaje podía escucharlo como susurros tan familiares.

-"No, no lo eres". -decía en la Piedra.

-Si lo soy... todos saben eso, hasta yo. -dije bajando de nuevo mi cabeza.

-"Para mi no, Eir" -me dijo.

-¿Por que me hablas así? -pregunté.

-"Soy tú Piedra de las Memorias, puedo hablar como sea y como quien tú aprecias" -me dijo.

-¿Por que lo haces? -dije levantando mi cabeza.

-"Es el deber que tú madre me dejó y es lo más preciado que tienes en tu cabeza." -me dijo.- "Es como si ella estuviera aquí..."

-Ya no importa... es muy tarde para mí. Perdí a mis amigos, mis hermanos saben que soy un cobarde y Paty me odia ahora. -le dije.

-"Lamento lo de tus amigos, tus Hermanos solo quieren levantarte el animo pero no se los permites... y tú amiga, debes resolverlo tú mismo." -me dijo una vez más.

Venganza desde las CenizasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora