Perdí una parte de mi

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Parecía el mundo se venía abajo para mí; primero Arias... una leal y una de mis mejores amigas; y ahora Pyrrha... parecía que cada acción que yo hiciera era la perdición para alguien importante para mí.

Al llegar a Beacon (ahora estaba siendo ocupada por un grupo de mercenarios que yo había contratado, menos mal y yo fui con ellos), simplemente tuve que curar las heridas del cuerpo sin vida de Pyrrha... luego cavé un hoyo, en donde puse su cuerpo... un entierro y una lápida que corté yo mismo; luego de tapar su cuerpo con tierra, coloqué la lápida con su nombre. Le hice un arreglo con flores de distintos tipos, me sentí igual que hace años... fue casi igual, causado por mi... me sentía totalmente culpable de lo que le pasó y eso no podía salir de mi cabeza. Tanto yo como mi equipo y también los amigos y compañeros de Pyrrha estuvimos ahí... desgraciadamente solo mi hermana Yurza y mi hermano Finik son los únicos que vinieron luego del ataque, guardaron respeto, y sus amigos y mi equipo igual... sabían que ella era importante para mí, que lo había sido de verdad... y que a mí me dolía más que nada; maldita sea... siempre, todo lo que hago tiene que salir mal. Me senté al lado de la tumba de Pyrrha... la había puesto justamente al lado del barranco de la academia:

-Lo siento... -dije colocando mi mano encima de la lápida.- Lamento no haber podido protegerte... estas últimas horas no he dejado de pensar en que todo esto es mi culpa... -solo volteé mi mirada hacia la lápida y podía ver encima de ella una forma tenue de Pyrrha, lo cual me hizo sacar aún más lagrimas.- Lo lamento, en serio...

Otra silueta tenue apareció a mi lado, apoyada en mi hombro... era Arias, a lo que sacudí mi cabeza mirando hacia abajo:

-Lo lamento... -dije repetidas veces sacudiendo mi cabeza, y comencé a escuchar sus voces, al parecer solo yo podía escucharlas ya que nadie se movía ni hacia nada.

-No te culpes... -dijo la voz a mi derecha, era Arias.- Eres demasiado bueno para hacerte eso...

-No, no lo soy... ustedes murieron por mi o por mi culpa... -dije con la cabeza aún abajo.

-Cierto... pero a diferencia de otras muertes... fueron porque hiciste algo bueno... -dijo la voz a mi izquierda, Pyrrha.

-No... no... no soy bueno... no lo soy, y por más que trate de serlo nunca lo seré, soy un asco... -dije sacudiendo la cabeza negando y aún sollozando.

-Quizá sea cierto tonto... pero valió totalmente pelear a tu lado. -me dijo la voz de Arias.

-Y estar a tu lado compartiendo momentos memorables, íntimos y especiales... -dijo la voz de Pyrrha.

-Lamento no haber podido salvarlas... -dije dejando de tratar de negarlo, y solo miré hacia el horizonte.

-Hiciste lo mejor que podías haber hecho... -dijo Pyrrha acercándose y podía sentir una brisa envolviéndome como en un abrazo.

-Pero no lo que debí hacer... -dije en voz baja.

-Eso no es cierto... lo que hiciste fue la mejor decisión y lo que debías hacer. -dijo la voz de Arias a lo que luego sentí la sensación de que ambas me abrazaban.

-No las volveré a ver... ¿cierto...? -dije mirando como ambas se habían levantado frente a mi.

-Siempre estaremos contigo... aquí... -dijo Arias señalando a mi cabeza y luego a mi pecho.- Y aquí...

-Somos parte importante de tu vida... eso nos queda claro; y lo apreciamos... gracias de verdad. -fue lo último que escuché de ambas para cuando el sol se ocultó detrás del horizonte y ellas desaparecieron. Me levanté y me quité el sombrero para seguir viendo el horizonte por un rato más, hasta que Paty llegó y tocó mi hombro.

Venganza desde las CenizasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora