Lo peor está por venir

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Habían pasado un par de meses desde que desperté a Yurza, ella llegó la noche siguiente... adquirimos a la base militar de Argus como nuestra base de operaciones; a pesar que los humanos sabían dónde estábamos... entre esas últimas dos semanas hubieron 2 intentos de atacarnos, aunque con la efectiva defensiva de Grisk y los suyos, logramos contrarrestarlos y con la fuerza ofensiva de Yurza y Finik los hicimos retroceder, apenas quedaron menos del 20% de todo lo que había llegado. Asesinamos a los idiotas que decidieron quedarse a luchar, y los que escaparon heridos están siendo buscados (muchos encontrados y ejecutados); a pesar que sufrimos bastantes bajas de compañeros, varios amigos y para algunos eran familiares, era entendible; los héroes serían recordados. Dada mi posición como líder absoluto, en esos últimos días pude conseguir más aliados... no eran humanos, sino grupos clandestinos, mercenarios, traficantes sean Faunos o criaturas; ellos nos apoyaban igual... quizá teniendo la mentalidad de "Unirme al bando ganador", pero dado que nos proporcionaron más materiales, armas y hasta naves... era mejor darles la chance.

Descubrimos una manera de transmitir nuestra parte a través de las radios, dado que la electricidad había vuelto de manera natural (no con el Polvo), también por pantallas para que todos nos vieran... de vez en cuando me colocaba en una habitación cerrada para hablar por la radio a mis fuerzas, o hacer una transmisión a mis enemigos... la fase de la guerra mental, era esa, comerles la cabeza como gusanos. Parecía funcionar. Desde ese entonces no volví a ver a quienes me habían engañado, usado... estaba contento de ya no tener que verlas; quizá por fin me habría librado de eso... no lo sé; eran ellas o yo... al final fueron ellas; a pesar de yo haber hecho todo por ellas... terminaron usándome como un sucio trapo. Un día, en los límites de Argus había una carta pegada con una flecha en un árbol... decía mi nombre (es decir, era para mí), no quise abrirla (aunque no es que estuviera bien envuelta)... hasta volver a la costa y sentarme al lado del mar, mientras el ritual de Ibzu estaba casi completo... las emanaciones de energía eran menos frecuentes, lo que significaba que Ibzu ya no necesitaba más de sus Adeptos para despertar; abrí la carta... olía a un aroma característico de dos chicas que conocí, era obvio quienes eran, en la carta estaba la frase: "Lo sentimos..." y firmado por ambas, en ese momento solo pensé en hacer pelota al papel y tirarla al mar, estaba apunto de tirarla pero algo no me dejaba... intenté e intenté pero no podía dejarlo ir, así que bajé mi mano y abrí una vez más la carta y bajé mi mirada hacia el suelo... por alguna razón me salían lágrimas, y coloqué mi mano en mis ojos para secármelas. Quería olvidarlas, pero no podía... no podía.

Esa tarde comenzó a soplar el viento de manera suave, a media que oscurecía se hacía más fuerte... en eso habían luces pasando los árboles entrando a Argus, de pronto salieron naves de combate y carga de detrás de la colina, viniendo directamente hacia aquí... hicimos sonar la alarma, a lo que todos salieron y tomaron sus posiciones, yo estaba al frente... a poco más de un kilómetro las naves se detuvieron, para dejar bajar al montón de humanos que venían con armas (cuerpo a cuerpo y a distancias), yo no hice nada más que solo reírme y ver cómo ellos venían directamente... lo que no se esperaban era la sorpresa que les vendría de debajo de la Tierra, al momento siguiente los Adeptos y seguidores de Grisk ascendieron a la superficie de entre las rocas para bloquear los primeros ataques, los Guardianes podrían haber derrotado fácilmente a todos de no sé porque por su tamaño se estorbarían entre ellos... así que usaron su mejor Arsenal, sus propias armas; Grisk y sus puños, Finik y su cetro, Yurza y su espada, Natura y su corona... mientras que Grisk lograba retener a la mayoría, de los humanos que trataban de pasar... nosotros nos encargábamos de matar a todos los que quedasen. A pesar que la defensa de Grisk era prácticamente invencible, algunos si lograron pasar... pocos pero lograron, pero ellos tenían desventajas, dado que el Polvo que ellos ocupaban para hacer "magia" estaba limitado a nosotros, se habían acabado... las fábricas... destruidas, ahora quedábamos nosotros en carne y hueso, así que eran más débiles todavía, pero eso no significaba que teníamos que tenerles compasión, al contrario Paty disfrutaba hacer "prácticas de tiro" en esos ataques, a Arias le gustaba confundir a sus rivales y matarlos por la espalda, a Will... simplemente le gustaba volarlos en pedazos con minas que habrá colocado por ahí... y en cuanto a mí, yo seguía con la mentalidad de ver cómo todo moría a mi alrededor (como toda mi vida desde pequeño), aunque si se trataba de ayudar a mis amigos, hermanos y compañeros ahí es donde les echaba una mano en lo que podía, y sinceramente creo que me tenían más miedo a mí que a mis hermanos Guardianes; los humanos lograron llegar hasta la entrada de la base de operaciones... quizá intentaban recuperarla; en ese momento tuve un plan... dado que el ritual de Ibzu estaba apunto de terminar, se me ocurría mejor retirar mis fuerzas y que los humanos se quedaran ahí... para que Ibzu hiciera lo que tuviera que hacer; dado que todos teníamos una radio... les dije por ahí que dejaran de luchar, se retiraran hacia mis hermanos Guardianes, subieran todos y todo lo que podrían rescatar para marcharnos a otro lugar... Yurza y Finik volvieron a sus formas de dragón siendo los primeros en desalojar a todos, mientras Grisk aún los mantenía ocupados, confíe en que él saldría por sí solo de ahí, el ritual estaba casi completo, el remolino pronto se convirtió en agua salpicante; incluso estando concentrado pude escuchar el correr de alguien que venía hacia mí, de pronto me di la vuelta apartándome de su camino... era Ruby que me intentó atacar por la espalda con su guadaña, falló y lo intentó un par de veces más hasta que le di un golpe que la hizo retroceder, luego vino Blake generando sus sombras para confundirme... habían bastantes y ella seguía corriendo y tratando de atacarme, a lo que yo solté un puñetazo de fuego al suelo que la hizo caer lejos:

Venganza desde las CenizasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora