Venganza desde las Cenizas

De ahora y en adelante

Inmediatamente después de nuestro acuerdo, y que Winter se fuera caminando, solo me tiré al suelo para sentarme... estaba agotado; la lluvia había parado, el sol ya iluminaba con sus rayos a la ciudad, pero el viento aún soplaba sutilmente en nosotros. Solo suspiré de cansancio pero con la alegría de haber terminado lo que comencé, en ese momento Weiss se agachó hacia mi y puso su mano sobre la mía, yo le sonreí y ella me hizo lo mismo:

-¿Me amas? -me preguntó ella entre una ligera risa.

-Podría decírtelo millones de veces, jamás me aburría o me cansaría. Y... mi amor por ti es demasiado grande que aveces no sé cómo demostrártelo todo. -dije riéndome un poco al mirarla tan bella y serena.

-Puedes comenzar por un beso, luego ya veremos. -me dijo apoyando su cabeza en mi hombro, yo solo me agaché un poco y le di un beso en la punta de su nariz.- Te amo...

-Yo también te amo. -me dijo con una sonrisa. De pronto hubieron tres voces detrás mía, Weiss se alejó un poco entre risas bajas y lo único que sentí después fueron a tres amigos tirándose sobre mí.

-¡Jaja! -rieron los tres y yo solo traté de levantarme.- ¿Por qué no hiciste eso antes?

-Porque aún no era digno... -dije cuando ellos se quitaron de mi y yo me levanté y volteé a verlos.- Estoy feliz de verlos otra vez... a pesar de que realmente ustedes no lo están de verdad.

-Bueno... -dijo Will de manera algo sarcástica.- Según tengo entendido de tus hermanos, esa Daga no respeta leyes de espacio, tiempo... luz, Oscuridad o... de vida y muerte.

-Lo se, pero al igual que muchas otras proyecciones que yo he visto por toda mi vida. No puedo tocarlos de verdad. -dije mirándolos.

-Técnicamente nos dejaste en el Limbo... vagamos entre lo material y lo espiritual. -dijo Arias.- Ojalá pudiéramos regresar... pero vemos que ya no necesitas más de nuestra ayuda.

-Pero ustedes... son mis amigos. -dije negando con la cabeza y acercándome un poco.- Los necesito.

-Hace tiempo ya no nos necesitaste, eso lo aceptamos y al morir... supimos que habíamos hecho algo bien por fin en nuestras vidas; nos diste un propósito y lo cumplimos. Es una lástima que no podamos seguir aquí. -dijo Paty mirándome.- Además, veo que ya tienes una prometida... y un par de bocas más que alimentar, sino es que son tres por lo que hicieron ustedes par de traviesos aquella noche.

-Claro que no... -dijo Weiss en voz baja con algo de pena.- Quizá haya una posibilidad que yo quiera... un tercer dragón... -dijo ocultando su mirada en mi espalda, yo solo reí un poco.

-¿Miento ahora? -dijo Paty entre risas.- Desearíamos poder regresar, queremos pero es mejor dejar esta parte de tu viaje solo... pero recuerda; y jamás lo olvides Eir... -los tres se acercaron a mi y Paty colocó su mano en mi pecho.- Siempre estaremos aquí.

-Entiendo lo que hacen, y respeto eso. -dije mirándolos a los tres, a lo que alcé mis brazos para poder abrazarlos uno a uno, lo hice... al final ellos me dieron tres símbolos hechos de metal; Paty me dio lo que parecía ser una mira con un lobo en el centro, Will me dio lo que era la cabeza de una hiena rodeada de tres granadas; y Arias me dio la figura de una serpiente y dos espadas entrelazadas. Eran físicas así que podía quedármelas.

-Un pequeño obsequio de tus buenos amigos. -dijo Will y luego se retiró lentamente.

-Cuídala vaquero. -me dijo Arias entre risas e hizo lo mismo.

-Disfruta la vida cada segundo, nunca sabes que puede pasar... ¿quién sabe? Quizá en otra realidad estés librando una guerra de 1000 años. Quizá en otra realidad te compadezcas de los humanos y salves a algunos de ellos, quizá... lograste fundar un culto. -dijo Paty entre risas luego me abrazó con fuerza, a pesar de ser un espíritu, podía sentirla y abrazarla también.- Me hace sentir orgullosa que encontraste por fin lo que buscabas... una vida feliz y sin problema alguno. -dijo entre sollozos y ocultó su mirada en mi pecho.