Por el honor y el sacrificio

93 11 3
                                    

Winter y su ejército estaban frente a nosotros, mis hermanos estaban en guardia esperando un leve movimiento de ellos. Pero Winter quiso hacer las pases por un momento y se acercó con sus manos en alto:

-No haré nada, haré un trato. ¿Entendido? -me dijo, a lo que guardé mi arma y la Daga en mi cinturón, me acerqué hasta ella.

-Dime tus condiciones. -le dije mirándola con seriedad y cruzaba mis brazos.

-Sabes que nuestras razas estarán en batalla durante años, probablemente ganen ustedes o nosotros pero... la Tierra se consumirá. -me dijo mirándome. Yo me acerqué con mi mirada firme hasta estar bastante cerca.

-¿Y crees que no tuve un plan para eso? -le dije de manera seria.- La Tierra agonizaba en la línea que estaban siguiendo, era de las pocas y efectivas maneras que podíamos resolverlo... así que era un arma de doble filo.

-La diferencia, es que nosotros hacemos lo que nosotros decidimos. Ustedes por su camino, nosotros por el nuestro. -me dijo.

-Eso está muy mal, ustedes mataban lentamente al planeta... y consecuentemente a nosotros y a todos los seres vivos. En cuanto a sus reinos de este lado del mundo, ¿creían enserio que la paz era una opción? -dije de manera algo sarcástica.- Viendo como todas esas armas estaban bajo tierra, ustedes solo esperaban el momento preciso para ocultarse y resguardarse mientras los otros tres se mataban entre ellos.

-¿Y que? Eso ya no importa, Atlas es el único que queda en pie... -se acercó a mí con una mirada desafiante.- Y Atlas prevalecerá, no importa cuantas veces caiga.

-Parece que Weiss se equivocó contigo... no eres egoísta, tú pecado es la Ira, prefieres declararle la guerra a los Dioses antes que poner a salvo a los tuyos... me das asco. -me dije colocando uno de mis dedos en su pecho, señalándola directamente. Luego me alejé un poco alzando mis manos hacia el cielo.- Y el rollo de los Siete sellos se abrió por fin desvelando las verdades del mundo... ahora la Ira de los Dioses vendrá hacia la Tierra para juzgarnos a todos; hubo una gran tormenta y un gran terremoto... ¡"y el Sol se hizo negro, y la Luna se transformó en sangre"! -dije alejándome caminando hacia atrás, solo podía notar como el cielo se oscurecía hasta casi ser de noche entre el viento y la lluvia.- Su final feliz... termina aquí.

Dije al retroceder hasta estar con mis hermanos ellos solo esperaron mi señal, yo silbé con fuerza... en ese momento Yurza y Finik fueron los primeros dos en correr para atacar, tanto ella como él usaron sus habilidades para teletransportarse con más rapidez y alcance, a la vez que Yurza iba con llamas que atacaban sin piedad a los soldados humanos, en eso me volteé hacia mis 4 hermanos restantes:

-Grisk, te necesito para sorprenderlos y hacerlos caer, haz un hoyo en la tierra de esta roca. -le dije.

-Entendido jefe. -me dijo entre sonrisa, se alejó y se transformó en Dragón, pero era algo diferente dado que tenía en algún punto aspecto de lombriz y fácil y rápido entró a la tierra.

-Natura, tú trae a cuantos más puedas incluyendo a los Grimm... yo me encargaré de darles órdenes. Irsiak... mantén a las naves lejos con tus tornados. -les dije y ambos asintieron.

-Pan comido. -dijo Irsiak levantando vuelo con su forma de dragón. Natura simplemente tocó su corona para llamar a todos los que podían, tardarían un poco pero lo lograrían.

-Ibzu... -le dije y él me volteó a ver, solo guardé un momento de silencio y dije con firmeza.- ¡Que surja el Kraken! Mantenlos ocupados ahí abajo.

-Mi hijo estará agradecido de lo que dijiste. -me dijo con una sonrisa para luego arrojarse por la orilla de la ciudad.

-Eir... tú también puedes ocupar tu reliquia, tú padre la usó pero no desató todo su potencial. -me dijo Natura quién era la única que quedó a mi lado.

Venganza desde las CenizasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora