—recuerda que en un par de horas debes ir a cantar, digo, para que te vistas.
Gerard asintió con la cabeza, con la mirada perdida, terminando de comer la donut que le había traído. Ni bien terminó de tragar, se puso de pie y hurgó en su maleta hasta dar con su frasco de xanax.
Suspiré llevando mi cara hacia mis manos.
—acabas de despertar, ¿y ya pretendes tomar pastillas?—dije en voz baja, en parte por la resignación y porque sabía que si lo decía más fuerte me iba a alterar.
—acabo de despertar, y ya me siento miserable—dijo Gerard a modo de respuesta.
—... y tu crees que con un puto xanax se pasa—reí con sarcasmo.
Había fallado de plano en mi idea de no alterarme. Sin embargo no lograba concebir cómo podía actuar de la forma en la que lo hacía: terco, haciendo oídos sordos a cualquier cosa que le dijéramos, y en vez de ello haciendo lo que él quería hacer, lo cual trataba principalmente de autodestruirse.
Hubo un pequeño desafío de miradas, que trajo consigo con una charla implícita donde yo le decía mil veces lo porfiado que era y él me respondía mil veces que ya nada le importaba. Me exasperaba de gran manera el hecho de que en verdad el problema no eran las pastillas, sino que el resto de cosas que se metía al cuerpo, y no poder hacerle entender que si da con alguna mezcla incorrecta todo se puede ir al carajo sin que se dé cuenta.
Ofuscada por mis propios pensamientos, solté un suspiro y me limité a ver cómo se cambiaba de ropa. Tras abotonar su camisa, se detuvo y apoyó la cabeza contra la pared.
—demonios, puedo sentir cómo me miras con reproche.
—¿y qué quieres que haga? ¿...que te aplauda por tus decisiones?
—dejarme en paz sería una buena idea—se dio media vuelta para clavarme una mirada de enojo.
—tú me pediste que viniera acá, ¿quieres que me vaya acaso?—fruncí el ceño.
—deja de hablar mierda.
Dicho esto, desapareció de mi vista, dejando la estela del cigarro que prendió momentos antes de partir. A lo lejos, oí cómo cruzó un par de palabras con los chicos, y se fue del bus.
Pasé mis manos por mi rostro, intentando sacarme la angustia que había atado un nudo en mi garganta. Lo más probable es que ahora no volveríamos a ver a Gerard hasta que fuera hora de salir a tocar, o hasta que apareciera totalmente ebrio en algún lugar. Y en el intertanto, me daba por vencida con él.
Ya no me quedaban energías para salir en su búsqueda e intentar detenerlo. Quizá lo habría hecho hace un mes atrás, pero ya no. Daba lo mismo, el resultado no cambiaría.
Otra batalla perdida.
—
—¿vas a casa?
—sí, ¿por qué?
—¿te acompaño?
Quedé mirándolo extrañada por completo a Gerard, sin saber si yo escuché mal o estaba intentando pasarse de listo conmigo.
—por si no lo sabes, ayer terminó tu esclavitud.
—está bien, ya que no quieres que te acompañe a pesar de que vamos hacia literalmente el mismo lugar, me iré caminando una cuadra atrás tuyo, ¿te parece?
Alcé una ceja boquiabierta, no de sorpresa, sino porque no supe qué responder a sus atropelladas palabras.
¿Qué le sucede a este chico?
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Love Has Led Us Astray || Gerard Way y tú
FanfictionEs el Warped Tour del 2004. Gerard Way perdió el control de sus adicciones mientras que su novia (tú) intenta día a día rescatarlo de sí mismo. Agobiada de la realidad, ella prefiere vivir de los recuerdos. Sin embargo con el correr de los días la...