Las ganas de vomitar me despertaron de golpe. Me sentí desorientada al encontrarme en una habitación que no conocía, pero poco me importó ya que al descubrir que una de las puertas conducía a un baño, caminé a paso veloz para literalmente meter la cabeza dentro del inodoro y vaciar todo lo que mi estómago contenía en tan sólo un par de segundos.
Cuando acabé, me dejé caer sentada con la espalda en la muralla, contemplando cómo a pesar de todo aún las cosas a mi alrededor me daban vueltas. Eso sin mencionar el ardor que sentía en mi garganta y todo de ahí hacia abajo. Me sentía como la real mierda, tanto así, que incliné la cabeza hacia atrás y cerré los ojos en un intento por dejar de sentirme mareada.
No sé si simplemente permanecí quieta durante más rato del que planeaba, o en verdad dormí, pero repentinamente di un salto sobre mí misma, de esos que dan cuando tienes la sensación que vas caminando en sueños y te caes. Respiré agitada por el sobresalto durante un momento, esta vez sí preocupada respecto a no saber dónde me encontraba y frustrada al no recordar mucho de lo que había sucedido la noche anterior. De hecho una mejor pregunta aún era ¿con quién me encontraba?, ya que dudaba haber llegado a este lugar por mi cuenta.
Unos sollozos provenientes de la habitación que conectaba con el baño llamaron mi atención. Definitivamente no estaba sola. Sentí pasos acercarse y antes que alcanzara a reaccionar, la puerta se abrió de par en par.
—¿Gerard?—dije extrañada; no por verlo, sino que por el gesto de llevarse pastillas a la boca que hizo al entrar al baño.
¿Qué mierda?
Está de más decir que el aludido dio un respingo ante mi interpelación, lo cual solo sirvió para reafirmar mi idea de que lo había pillado con las manos en la masa.
—¿qué haces aquí?—preguntó limpiándose la boca con el antebrazo tras beber un sorbo de agua.
Aprovechó el gesto para secar las lágrimas que caían por su rostro, no obstante el semblante de haber llorado no se lo quitaba nada.
—intento no morir—resoplé—¿qué haces tú?
—lo mismo—se encogió de hombros.
Nos quedamos en silencio por un largo minuto.
—¿por qué tienes un frasco de medicación en la mano?
—no... no es nada—Gerard volvió la vista al espejo.
Lo miré con una ceja en alto, observando cada músculo de su cara seguir diciendo que lo había atrapado en algo que no lo debí atrapar. Gerard agachó la mirada, como rendido con la situación, o quizás sin ganas de intentar ocultar lo que era evidente a simple vista. Soltó un largo suspiro y dejó el frasco sobre el lavamanos.
—solo quería ver si me hacían sentir mejor—admitió dejándose caer a mi lado.
Lo miré boquiabierta, sin saber qué decir al respecto, más allá de que era completamente incorrecto lo que había hecho. Pero no, no era eso lo que en verdad me molestaba. Había algo más, en su rostro, en las palabras que acababa de decir, que me dejaron con la sensación de que la situación estaba mal en muchos niveles distintos.
—no deseaba que me vieras así—escondió la cabeza entre sus piernas.
Seguí en silencio mientras en mi cabeza retumbaba lo que había dicho respecto a que quería sentirse mejor. Sabía que el último tiempo Gerard no había estado bien, podía inferirlo por sus borracheras y su ánimo que iba y venía, pero jamás habíamos charlado seriamente sobre qué le sucedía. Jamás lo había hecho porque siempre las discusiones se trataban de los errores que cometía al embriagarse, o de lo mal que yo me sentía al respecto. De este modo, en ningún momento había escuchado de su propia boca cómo se sentía. Su aparente malestar era algo que todos habíamos asumido desde hace un tiempo hasta ahora y nadie parecía estar haciéndose cargo de ello.
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Love Has Led Us Astray || Gerard Way y tú
FanfictionEs el Warped Tour del 2004. Gerard Way perdió el control de sus adicciones mientras que su novia (tú) intenta día a día rescatarlo de sí mismo. Agobiada de la realidad, ella prefiere vivir de los recuerdos. Sin embargo con el correr de los días la...