tan bien 彡 REPLIK

[02] JARDÍN

        —LAUTI—lo zarandee y al verlo abrir los ojos me reí—, te estaba contando algo.

Siempre debías estar atento a que él te escuchara, porque en cuanto se relajaba ya se había dormido.

—Sí, sí, yo te escucho—cruzó sus brazos sobre su pecho y cerró sus ojos mientras miraba el techo de mi habitación.

—Bueno...—imite su acción pero sin cerrar los ojos—. Hay un pibe...

—¿Otro más?—se burló, ganándose de paso un codazo de mi parte.

—Dale, es posta esto.

—¿Es un pibe posta, posta?—preguntó todavía adormilado—. ¿No es ningún Nacho, Brian, Santi, más?

—Esos eran algo informal—me encogí de hombros—, con éste no estoy nada enganchada. No es que me enamoré, nada que ver.

Lautaro murmuro un "Hmm" como si no me creyera. Yo lo miré seria aunque seguía con los ojos cerrados.

—¿Qué?

—Es obvio que me estás mintiendo Estefi—bostezo—, SIEMPRE que te gusta alguien empezas diciendo "hay un pibe..."

Negué al instante.

—Te juro que éste no me gusta para nada, Lau, pero en serio.

Asintió con desganes y alzó sus cejas como pidiéndome que siguiera.

—Lo conocí de chiquita—conté—, a los ocho años exactamente—agregué—. Tenemos la misma edad pero él me lleva...

—Ya te estás yendo por las ramas, Tefi—se rió—. Te gusta tanto que ni te podes concentrar.

—Cállate—le ordené con mi dedo señalándolo, aunque ni me veía—. Bueno, resulta que nos volvimos a encontrar.

—Y ahora es un bombón y te lo querés comer ¿No?

—Ay Lautaro, cállate—rechisté—. Es algo importante para mí.

Guardó silencio y lo volví a zarandear.

—¿Eh? ¿Qué?—preguntó abriendo los ojos. Se había dormido. Por tercera vez en el día—. Uy no me mires así loca, si sabes que me quedé sin café es obvio que me voy a dormir—pasó su mano por su cara y suspiró—. Dale, seguí contando.

Volvió a cerrar sus ojos pero esta vez se recostó en mi hombro en silencio.

—Él me lastimó mucho, onda, me hizo mierda mal—relaté con tristeza—. Y tengo miedo que nos reencontremos, porque me inventé otro nombre para que no me reconociera y qué se yo...—fruncí mi ceño—. Mira si quiere hacerse mi amigo o me pide mi número ¿Qué carajo hago?

Lautaro se quedó mudo y rodeé mis ojos.

—¿Te volviste a dormir, tarado?

—Estoy asimilando esta mierda.

Se digno a responder después de unos minutos, en los que creí que ya estaba totalmente dormido.

—¿Y qué tal si le devolvés lo mismo?—me miró a los ojos con las cejas levantadas—. ¿Y si haces que sienta lo que vos sentiste?

—Eso haría una flaca resentida, Lautaro—respondí con una sonrisa de lado—. Y es exactamente lo que soy.

Nos sonreímos con maldad y reímos, antes que él me chocara los cinco.

—¡Esa es mi mejor amiga paki!

Volvimos a reír y paré de hacerlo para pensar en su propuesta.