[08] MARIPOSITAS

3.1K 241 231
                                    

—¿POR qué me llamas a las cuatro de la mañana, Manuel?—bostecé aún con mis ojos cerrados—. Más te vale que sea importante.

—¿No puedo o qué?—dijo, delatándome con su voz que estaba en pedo—. Yo pensé que la estabas pasando re lindo, ¿Qué haces acostada a las cuatro abuelita?

—Manuel estás borracho, no jodas.

Suspiré pero no quise cortarle.

—Estoy pasándola bien—respondió, alargando la n—. ¿Y vos qué onda, linda? Ah no, para. No me digas, ya sé qué la estás pasando genial.

—Estaba durmiendo plácidamente—froté mis ojos—. Te dije que me sentía mal, ¿Qué otra cosa podría hacer si me duele todo?

—Algo con el chico de tu estado, seguro.

Desde la otra línea lo escuché vomitar, algo que me hizo sentir náuseas a mí. Siempre me pasaba, incluso cuando sucedía en las películas y yo sabía que era actuado.

—¿Te pusiste en pedo sólo por esa foto?

Escuché que abría una canilla y supuse que estaba tomando agua.

—No toda mi vida gira alrededor tuyo...O bueno sí—río con la voz ronca—. Qué se yo.

Me reí de la misma forma y volví a bostezar.

—Manu, anda a dormir—le tiré un beso aunque no pudiera verme—. Te quiero.

Le corté la llamada sin esperar su respuesta y fui rápidamente a borrar la foto de mi estado pensando que con suerte se olvidaría lo que vió cuando despertara con resaca.

   —¿Quién era?—me preguntó Paloma, girándose en el sofá-cama en el que estábamos acostadas.

   —Manuel—respondí, luego de leer el mensaje que me mandó.

  Literalmente decía "Ciwlo no mr corts haata q yo no tee responda, yo tambirn te amo".

—¿Te puso "te amo"? Re que vos le dijiste "te quiero"—se rió cuando le mostré el mensaje—. Lo tenés loquito, Tefi.

—Sí, se supone que eso debe pasar.

Apagué el celular ya que la luz de la pantalla estaba molestándome a la vista.

—Dale tonta, algo te debe gustar de él—me codeó con una sonrisa divertida—. ¿Te hizo sentir maripositas?

Reí por su expresión super cliché y negué.

—Al verlo sólo me dan ganas de darle una buena piña, Paloma. Sólo eso.

Prendió una lámpara que estaba cerca del sillón y pude ver como me miraba atenta.

—¿Y por qué te brillan los ojos cuando hablas de él?—sonrió—, estás mintiendo.

Me quedé en silencio mirando el techo y pestañeé varias veces, estaba delirando.

—Te está haciendo mal mirar muchas películas de Noah Centineo—suspiré—, ves todo como una película romántica Paloma. Y esto no es así, Manuel nunca me va a importar.

—¿Ni siquiera sentiste algo cuando...?—hizo una seña con sus dedos en referencia al sexo.

Volví a mirar el techo y fue como si el recuerdo de esa noche volviera, si ya bastante me habían atormentado los días después; esta vez fue mucho peor.

—Y sí—me encogí de hombros—. Obvio que cualquiera lo disfrutaría, incluso aunque no hayan sentimientos encontrados.

   Golpeó su frente y negó indignada.

tan bien 彡 REPLIKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora