tan bien 彡 REPLIK

𝐌𝐀𝐘𝐎

LAUTARO !

—¡DIOS!

                 Sí, esa es Estefi gritando y sí, los vecinos debían estar odiándola, ah y Sí, estoy por hacerme pis del miedo como un canichito.

                  ¿Quién me mandó a presenciar esto? Bueno, yo. Es que soy chusma y si mi mejor amiga me manda un mensaje a las tres de la mañana diciendo que está cerca de reencontrarse con su abuelo muerto la situación amerita a dar a relucir mi presencia.

                  Soy buen amigo aunque sea, Paloma llegó toda transpirada y se fue al baño como hace media hora y lo raro es que no hay olor, algo que me hace llegar a una inquietante duda...¿Será verdad que las mujeres no cagan? Ahre.

                    —Joder, Estefi—murmuró Paula, la española que no sé de dónde salió y fue a parar acá— ¿Puedo traerte algo?

                   —¡Tráele un revólver para volarse el coño, joder, tira Paula!—le grité antes de ser el único riéndome de mi excelente imitación.

                   Gisela suspiró con una mano acariciando la espalda de su hija.

—Quiero volver, ma—rogó Estefi, haciendo referencia a ir de nuevo al hospital.

—Te van a mandar de nuevo a casa, Tefi. Dijeron que son contracciones nomás, no pueden hacer nada.

Empezó a llorar, agachando la cabeza a la mesada mientras se sostenía de ésta. Era un llanto horrible, me hacía hasta querer llorar a mí por lo injusto que era verla pasar por esto.

—Guardé hilos de twitter para distraerte—susurré mientras mangueaba una pitusa del paquete. Eran de limón...Wacala.

—Lauti—me retó su mamá o mejor dicho, me pidió que cierre el orto con su expresión más amable. Spoiler: Esa expresión no existía en ella.

—No, no, los quiero ver—afirmó segura y su mamá nos dejó solos mientras se iba con Paula y su suegra...¿O ex segura?

                    —Este es de una lesbiana que juntaba plata para ir a ver a su piba a España y después terminó garcándonos a todos—le di mi celular para que vea el tweet.

                   —¿Garcándonos?—repitió—¿Vos también donaste?

                   —Puede ser.

                   —Qué pibe bobo, eh.

                   —Era clasista encima—mascullé con bronca—. Bue, qué importa—me encogí de hombros—, ¿Estás bien?

                    —Siento que mi espalda se parte en dos, Lauti, así que no. Hoy más que nunca quiero morir.

                    —Ya ni me acuerdo de tu versión fideo, va a ser re raro ya no verte con esa panza insulsa.

                   Se rió un poco con una mano en la espalda y después asintió.

                   —Vas a poder, Tefi—aseguré— ¿Nunca te dije que sos la mina más fuerte que conozco?

                    Hizo un puchero para luego atraparme en un abrazo.

                   —Si esto fuera una película y vos hetero ya te habría comido toda la boca—susurró antes de que nos riamos.