tan bien 彡 REPLIK

[23] FUERTES INTUICIONES

   ✧ ¡ Manuel ! ✧

—UF, gracias Manu—dijo Cielo cuando dejé la bandeja frente a ella—. Alta lija tengo.

  Me senté a su lado y vi a los pibes todavía shockeados, buscaban explicación alguna.

—¿Vos...Posta...Ustedes?—preguntó pausadamente Dtoke—. Onda...¿Cómo?

—Ya sabes cómo—se rió Cielo—. Circulito con gusanito, pum, fetito.

A Trueno se le escapó una risa, mientras los demás lo miraban sin entender cómo se había tomado la noticia tan ligeramente.

—Bue, como si fuera la primera vez que ven a una piba embarazada wacho—chistó, poniendo sus manos en los bolsillos de su campera, al darse cuenta cómo lo miraban.

—Pero no caigo, bo—dijo Valen—. Es Manu entendes...—le susurró algo alto—. Pensé que seguía sin mojar la vainilla.

Cielo se cagó de risa y yo rasqué mi nuca.

—¿Qué se le va a hacer?—suspiró Klan, palmeando mi espalda—. Mucha suerte y felicidades a ambos.

Lo miramos con cara larga, había sido la primera felicitación que recibíamos con Cielo y si no hubieron otras fue porque no había NADA que felicitar. Mi vieja ya le habría revoleado una silla a Klan si lo escuchaba.

—Qué boludo—se golpeó la frente Papo.

Siguieron hablando de boludeces en las que Cielo también participó, me sorprendía cómo en cinco minutos habían hablado de Macri, el veganismo y River y Boca, pero más que en sólo esos minutos ella se haya morfado la hamburguesa y las papas sin ayuda de nadie.

No mentía cuando dijo que tenia antojos de comer en burger.

—Cómo sabe esta piba—chocaron los cinco con Peligro—, no podes no tener un cuadro favorito sabiendo tanto de fútbol.

—Me paso por la concha el favoritismo—se encogió de hombros—, es re enfermizo, prefiero ver los partidos sin preferencias.

—Y ahí está, boluda—respondió Papo—. Tenés que ser entrenadora, se nota que te gusta el futbol, para mí te iría bien.

Todavía con mi brazo sobre sus hombros la miré, parecía estar pensándoselo.

Yo también la veía dedicándose a eso.

—Na'—negó, haciendo que los chicos suspiren cansados—. Son re machistas en la industria del fútbol, mi entrenadora sabe un montón y la rechazaron en el club de San Lorenzo sin darle explicación—explicó—. Aceptaron a otro, que es su enemigo y encima sigue dirigiendo al equipo de unas pibas con las que jugamos la otra vez.

Me acordaba de ese tarado ¿Pablo se llamaba? Creo que sí. Todo el puto día de ese partido se la había pasado viéndole el orto a Cielo ¿Más pedófilo no quería ser?

De sólo recordarlo mi mandíbula se apretaba.

  —¿Y le ganaron?

  —Más vale—sonrió victoriosa.

—Y ella hizo las posiciones—agregué—. Así que ella le ganó al putito de San Lorenzo.

—Bue', pero Sofi hizo el desempate.

—Uh amiga—se quejó trueno—. Presumí, no está mal agrandarse alguna vez.

—Eso lo sabe bien el Trueno—lo cargó Klan.
Y así fue cómo lo empezamos a descansar hasta que se ofendió, y empezó a hacerse el que no nos escuchaba.