tan bien 彡 REPLIK

[29] HACE LO QUE TE PINTE

—...LO volví a ver—mordí mi labio sin ver a los ojos a Paula, que se estaba enterando de cada detalle sobre lo qué pasó con Manuel.

—¿De verdad?

Levanté la vista y volví a bajarla al pasar una mano por mi panza.

—Es el padre.

La cara de la española era inexplicable, de más estaba decir que sus ojos parecían estar por salirse de tanta impresión. Estuvo un rato así hasta que frunció su ceño y negó anonadada.

—Joder...

Seguro pensaba que era la persona más pelotuda del mundo. Y sí, lo era.

—Nos volvimos a ver en julio, y obvio que no me reconoció—rodeé los ojos—. Hace unos meses quería tenerlo lo más cerca posible para...No sé...Yo...Creí que lo mejor iba a ser hacerle lo mismo que me hizo...Pero siempre soy yo la que termina mal.

No lo estaba disfrutando.

Ni siquiera haberlo "engañado" me daba la satisfacción de sentirme satisfecha.

—No sé qué decirte...—volvió a fruncir el ceño pero esta vez sacándose los lentes.

Ni yo sabría qué decirle a una persona que estuviera pasando por lo mismo que yo.

Seguro le preguntaría si había un cerebro adentro de su cabeza.

—Esto no tenía que terminar así—resoplé recargándome en su hombro—, para nada.

Estiró su brazo y lo pasó por mis hombros para juntarme más a ella.

—Encima le metió los cuernos conmigo—agregó Julián con una risa.

Tarado.

—Ah pero no le tuviste piedad—se rió por lo bajo— ¿Pero todavía quieres seguir con el plan? Digo...Van a ser padres...

—Estoy pensando que tal vez no deba seguir con todo esto.

Julián se levantó del muro en el que estábamos sentados y se fue con sus amigos a tomar de la botella de fernet. Estaba ofendido y me parecía obvio. Sabía muy bien que no le iba a gustar mi respuesta.

—Él tampoco fue un santo con vos—volvió a tocar el tema la ahijada de mi mamá mientras jugaba con un hilo desprendido del buzo que Julián le prestó—, pero no creo que igualarte a él te haga sentir mejor tía, quizás si le contabas todo el daño que te hizo desde un principio le hubiera dolido más.

—¿Qué le va a doler, Pau?—me separé de ella y la miré—. Nunca va a sentirse mal por lo que hizo, yo era su amiga y dijo cosas horribles sobre mí.

—Eran unos críos, Tefi.

—Bue—suspiré.

A mi parecer teníamos suficientemente claro lo que era herir a una persona a esa edad, ya para ese tiempo había más de
una campaña contra el bullying.

Era obvio que sabía bien que lo que decía había sobrepasando el límite de las peores cosas que se le puede decir a una persona.

Bajé de nuestro improvisado asiento y tomé nuestros vasos vacíos. Mientras que el de Paula tenía restos de espuma de una brahma, el mío de la poca que le salió al jugo de naranja. Parecía una bebé al lado de ella y Julián, que tomaban y fumaban enfrente mío sabiendo que yo no podía hacer o estar cerca de todas esas cosas.

—Voy a hablar con Juli.

—¿Me servirías un fernet?—me preguntó Paula—. A vos te salen piolas, por fis.