𝐒𝐄𝐏𝐓𝐈𝐄𝐌𝐁𝐑𝐄

3K 254 219
                                    

—HOLA, Manu—saludé al escuchar que me contestó la llamada.

—Cielo, ¿Qué pasó que no fuiste?—preguntó—. Ayer te llamé toda la noche.

Miré a mis espaldas a Lautaro, haciéndole señas para que hiciera lo que me dijo que haría si Manuel contestaba.

—Estaba...Me sentía y me siento mal—hablé alto ya que Paloma había puesto música de fondo, igual no le mentía, la cabeza me dolía desde que desperté el día anterior—. Disculpa que no pude ir a despedirte al aeropuerto.

—No pares, linda—habló Lautaro muy cerca del teléfono—. Volvé acá.

     —¿Y eso?—preguntó Manuel.

Nos tapamos nuestras bocas para no reír y dejé que se escuchara el reggaetón.

—¡No te escucho!

Lautaro soltó un suspiro bastante exagerado y juré estar por llorar de la risa, eso antes de que Manuel cortara la llamada. Estallamos en risas mientras chocábamos nuestros cinco, había salido bien.

   —Se van a ir al infierno—río Paloma.

   Tardó exactamente quince segundos en perfeccionar una especie de chupón en mi cuello y de maquillarme como si fuera a salir. Una vez que terminó de hacerlo, Lautaro posó junto a mí para mi estado de whatsapp.

—Que sea tipo un beso directo a la cámara para que se vea tu cuello—opinó mi amiga—, con el flash se va a ver mejor el color violeta.

Estábamos en el patio de mi casa y con el frío de la noche apenas podíamos sonreír para la foto.

Coloque un mechón detrás de mi oreja y baje un poco mi short, odiaba que se subiera ni bien daba un paso.

  Lautaro puso una mano en mi cintura y yo un brazo rodeando su cuello. Lo miré y me hizo un baile extraño con sus cejas que me hizo reír. No me concentraba porque Manuel no salía de mi cabeza.

—Ok, cerra tus ojos—le pedí.

Aunque yo los cerrara tampoco me nacía el atrevimiento, algo no me lo permitía.

—Dan muchas vueltas los pakis.

Me reí por el comentario de Lautaro, que seguía con sus ojos cerrados. Y cuando tuve valor imité su acción y al inclinar mi cabeza escuchamos la voz de Trinidad.

—¿Otra vez Estefanía?—soltó una risa corta—Parece que tenemos un fetiche con chapar en el patio.

—Es para una foto nomás—aclaró Lautaro mientras corría a comer la pizza que mi hermana nos trajo.

—¿Y para qué querés una foto así?

Miré a Paloma, estaba seria, seguramente pensaba que Trinidad era una metida. Se llevaban mal sin que yo sepa el motivo.

—Para que la vea un chico al que quiero poner celoso—me encogí de hombros mientras llevaba la pizza a mi boca.

Asintió mientras se sentaba en la mesa del patio para quedar enfrente de Paloma.

tan bien 彡 REPLIKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora