𝐎𝐂𝐓𝐔𝐁𝐑𝐄

2.8K 200 135
                                    

—SI yo cayera con el bombo, a tu edad, mis papás me habrían desheredado—me dijo Lautaro—. Pero bueno...Soy pibe equisde.

—No sabíamos, Lauti—se rió Paloma—. Igual podrías llegar a embarazar a alguien y también te podrían cagar a puteadas.

—Sí bueno, creo que sería imposible—confesó con las mejillas rojas, algo que me dió ternura—. Me parece que confirmé que me gusta el pancho—se rió—. Conocí a un pibe, y a su amiguito; Bue...Amigote ahre.

Con Paloma reímos, de repente se me fueron los nervios de tener que hablar con mi vieja y empecé a llorar de la risa.

Lo quería mucho a Lauti, esperaba que la bendición que llevaba dentro mío tuviera su humor. Envidiaba ese encanto natural de decir boludeces que podían hacerle el día a las personas. Era lo mejor.

—Igual una pija no tiene mucho encanto—me encogí de hombros—, o sea sí pero sólo es una cosa parada; las conchas son como más interesantes ¿O no?

—¿Cómo pasamos de hablar de tus problemas a pijas y conchas?—preguntó Paloma con su ceño fruncido.

—Una buena conversación no es buena si no tiene giros inesperados—dijo Lauti—, no tengo pruebas pero tampoco dudas—se rió un poco y después me miró para retomar el tema—. No son lindos, pero sí ricos viste.

—Bueno, ya me traumé—se rió Paloma mientras tomaba su mochila de la mesa—. Me voy a ir, así hablan tranquilos de penes.

Penes, ulalá señora francesa.

La saludamos, ya se estaba haciendo tarde y ella no vivía tan cerca de mi casa. Sólo Lauti, a unas cuadras; aunque siempre se iba corriendo por si habían chorros.

Cuando cerré la puerta con llave y me aseguré que mi amiga subió al uber, fui a sentarme de nuevo con Lauti.

   —Eu, Tefi—habló cuando me senté— ¿Qué onda con el novio de Paloma? Se nota que es alto machito ¿No te preocupa?

    —¿Lo conociste?

   —No, pero—rió nervioso—, leí un mensaje que le mandó cuando se fue al baño. Le decía que por qué usaba un top tan corto en la historia que subió a instagram.

   —Sí, la trata para el orto y mira que la intenté convencer mil veces que lo dejé—rodeé mis ojos—. Pero es siempre lo mismo, me dice que lo va a hacer y nunca pasa.

Walter siempre la hacía sentir menos, la humillaba u obligaba a que, como me comentó Lauti, no se vistiera como quisiera. Eso era algo que yo nunca permitiría, si Manuel me lo hubiera dicho alguna vez le habría dado una buena piña en el nazo.

—Uh, está re mal eso—respondió mi amigo—. Bueno, voy a intentar hacer que se dé cuenta—suspiró—. Y volviendo a tu situación...—señaló mi panza con un lápiz que estaba mordiendo— ¿No te da curiosidad saber si va a ser nena o nene?

—Nop—me encogí de hombros y puse pasapalabra, el único programa que safaba en la tv argentina.

—¿Hacemos una prueba para ver que va a ser?—lo miré mal y juntó sus manos suplicándome—. Porfis, mi abuela dice que re funcionaban.

—Bueno, qué más da.

  Seguí mirando la tele mientras me comía casi todo el paquete de bizcochitos y pensaba en pedir una pizza. Ya era la hora de cenar y Trinidad no volvió a casa desde que se fue cenar con las amigas, Joaquín se había quedado a dormir en la casa de Julián y Giuliano se estaba por ir a una joda. Yo era la única que debía cocinar y lo único que me salía bien era servir un vaso de agua.
Odiaba que mamá trabajara hasta tarde.

tan bien 彡 REPLIKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora