Él día del evento había llegado, mi departamento estaba hecho un caos. Mi Sugar Daddy había dicho que lo mejor sería que contratará alguien que se encargará de arreglarme. Obviamente el evento era jodidamente elegante.
-Listo pequeña ahora eres una verdadera diosa, nada comparado a tú cara pálida con ojeras de mil demonios - dijo mi maquillista. Era un chico de al menos 22 años, ojos verde esmeralda, piel realmente blanca y cabellera negra bien peinada. Si era Gay
- Joder! Me encanta! - dije observando mi rostro en el espejo con una gran sonrisa.
-Lo se lo se, soy una jodida diosa del maquillaje nena- dijo el pelinegro con aires de grandeza. Reí ante su acción.
-Ahora también está lista tú cabellera muñeca - respondió la chica que se había encargado de mi peinado. Los tres nos quedamos mirando en el espejo el hermoso peinado.
-Pareces ahora si una muñequita de porcelana y no una muñeca demoníaca - respondió el chico. Reí pegándole suavemente en el hombro- Ay! -gritó fingiendo que le dolía. Ambas reímos.
-Ya llegó la hora del vestido. Ven aquí - respondió la chica que me peino sacando el hermoso vestido que me llevo horas encontrarlo.
*******
Antonio (Sugar Daddy) : Espero realmente que te sientas muy cómoda con estas personas. No soy de los hombres que les exigen a sus chicas que se comporten como princesitas - dijo mi Sugar Daddy mientras servía dos tragos de Whisky en la limusina. - pero, lo cierto es que solamente quiero que estes ahí, sonriendo. No sabes la forma en que trabaja la empresa y será mejor que así sea si no queremos levantar sospechas. Ellos no saben que eres menor de edad, eso puede meterme en un lío muy grande como sabrás. -dijo teniéndome el trago. Asentí con la cabeza. -Así que, diremos que tienes 19 años y eres dama de compañía, no una prostituta claro! Solo estarás ahí - dijo bebiendo un poco.
-Técnicamente seré una chica llavero no Daddy? - pregunté en tono sensual e inocente, parte del contrato.
-¿Chica llavero? - pregunto riendo.
-Si, quiero decir. Debo de estar ahí sonriendo, fingiendo estar completamente de acuerdo contigo sin decir una sola palabra, te acompañaré a todos los sitios y creo que solo por educación me presentarás con personas a las que posiblemente les estorbare. Eso si! Sonriendo todo el tiempo y siendo amable no? - dije como si fuera lo más obvio Del mundo. Posiblemente eso es lo que él quería decir y yo de cierto modo no lo dije de buena manera.
- Técnicamente si preciosa- dijo acariciando mi rostro. - Bésame, haya no podré hacerlo- dijo acercando mi rostro a su cuerpo.
-No Daddy, bésame tú - respondí de la forma más sensual y delicada posible mientras lo miraba de manera inocente.
-No debiste decir eso pequeña - respondió levantándome el vestido mientras se hincaba en el tapete de la limusina.
Una de las reglas que poco después acordamos fue no llevar ropa interior, por lo menos en lo que respectaba a las bragas ya que después de mi Daddy hiciera lo que quisiera conmigo el me vestiría como si tuviera 5 años y el fuera ni padre de 26 años. Sentí un suave lengüetazo justo en pleno clítoris. Gemi. Volví a sentirlo con suavidad. A diferencia de Steven, Antonio lo hacía de una manera que me torturaba, de una manera jodidamente suave y lenta. Su lengua comenzó hacer círculos de manera lenta mientras que sus dos dedos entraban en mi vagina con rapidez. Gemi aún más alto. Su lengua estaba jugando con mi cuerpo, me estaba matando y eso me fascinaba.
Aparto sú lengua para acariciarme con su pulgar mientras sus dos dedos seguían entrando y saliendo de mi ser con rapidez.Mi cuerpo estaba jodidamente sensible y mi vagina chorreaba, mi sugar daddy volvio a succionar de manera suave mi geminida sacando los dedos para penetrarme con la lengua a este punto me encontraba gimiendo demasiado alto. Abrí los ojos para darme cuenta la razón por la cual mi Sugar Daddy había alejado de mi cuerpo.
- Prometo hacerte terminar después de esta reunión preciosa. Así que pórtate bien si? - susurró en mi oído para después darme un tierno beso en la frente.
-Si daddy... - respondí agitaba mientras me concentraba para entrar en razón. El chófer abrio la puerta la puerta del auto y solté un fuerte suspiro para aparentar que estaba normal.
Al bajar nos encontramos en una mansión malditamente elegante! El camino a la puerta principal estaba cubierto por una larga alfombra de terciopelo color rojo. A los lados del camino se encontraba el jardín con un caminito de hermosos tulipanes divididos en colores.
-Funcional - Pensé.
Al entrar en la mansión sostenida por el brazo de mi Sugar Daddy los nervios comenzaron a apoderarse de mi cuerpo. Absolutamente todos nos estaban mirando, al parecer mi Sugar Daddy era un gran gran empresario demasiado importante aún más de lo que había pensado, todos querían acercársele a saludarlo o platicar con él. Solamente me límite a sonreír, justo como habíamos quedado.
-Recuerda no dar tu nombre real. Esta noche tú nombre es Jade pequeña- susurró contra mi oído.
-Por supuesto tenemos un trato daddy- susurre en su oído mientras nos acercábamos a un grupo de personas muy importantes.
Entre ese grupo pude divisar a las acompañantes de todos los empresarios, ahí ya se encontraba Steven con una rubia demasiado bonita que parecía modelo. Sus rasgos erán realmente finos y marcados, tenía unos hermosos ojos amielados y una sonrisa bastante delicada. Parecía rusa. Antonio saludo a su hijo con normalidad mientras recibía felicitaciones ante tanto talento y esas mierdas hasta que por un momento mi corazón comenzo a latir con más fuerza.
Ginger estaba ahí también.
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★Sugar Daddy★[+18]
Teen FictionAmor- dijo Ginger llamando a su novia Megara que se encontraba observando su atuendo en el espejo -Mande- contestó sin mirarla. -¿Y si nos conseguimos un Sugar Daddy? - pregunto levantando una ceja. Megara soltó una carcajada mientras se giraba a...