Capítulo 10.

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Capítulo 10.

En los próximos días había mejorado un montón pero Anna se negaba en dejarme ir a la universidad hasta que se asegurarse que comiera las tres comidas al día. Alison venía todos los días a visitarme, y a prestarme sus apuntes, y por supuesto a cotillar sobre mi hermanastro, y lo suertuda que era, y bla bla bla.

El jueves por la noche me sentía mucho mejor. Me alisté para la noche movidita con mis amigos. Opté por unos jeans ajustados de color negro, unas converse, y una camiseta de color blanco. Ato mi cabello en una cola alta, y me marcho.

Anna y Stephan no están, por lo que es un alivio para mi.

-Veo que estás mucho mejor de lo que les hiciste ver a Anna y a mi padre - la molesta voz de Logan me taladra los oídos.

No me detengo, sigo bajando las escaleras, y voy hacia la puerta de salida con el pesadito pisándome los talones. Tiene razón, me he vuelto una mentirosa descarada.

-¡Menuda mentirosa tenemos por huésped! - recrimina a mis espaldas.

Entorno los ojos, y le doy con la puerta en las narices. Veo a Alice sacar medio cuerpo por la ventanilla del coche, y saludar como solo ella sabe hacerlo. Subo al coche, y arrancamos. Leticia enciende la radio con la melodía de la canción de Halsey, Without Me.

Canturreo en voz baja, a la vez que observo por la ventana las calles, edificios, y árboles que pierden sus hojas por el otoño. Se unen a mi Alice y Leticia, canturreando a todo pulmón.

Pasados unos minutos dejámos los grandes edificios para que todo lo que nos rodee son árboles. El coche se agita un poco al caer en una carretera con muchos baches. Leticia conduce despacio por un estrecho camino de arena, oscuro; solamente iluminado por las luces delanteras del coche.

Vaya lugar de carreritas, ¿mmm?

A lo lejos se aprecia la luz de faroles, montones de coches y motos aparcadas en distintos lugares, y gentes moviéndose por todos lados. Aparcamos, y bajamos.

Nos abrimos paso entre el mar de gente mientras nos acercamos hasta Eric, y los demás. Nos saludamos con un beso en la mejilla. Eric me estrecha entre sus brazos, alzándome sobre mis pies, y empezamos a dar vueltas. Segundos después me deja en el suelo. La música de un coche hace que mi pecho salte ante los acordes. Reconozco la canción, Deniz Koyu, Tung. Gabe me ofrece una lata de cerveza, la rechazo pidiendo una Coca Cola. Frunce el ceño pero me la da sin rechistar. La acepto gustosa y bebo de ella. Miro a los competidores arreglar sus motos, y otros hacen piques, y distintas volteretas con ellas.

El aire huele a neumáticos quemados por el asfalto.

-Es una pasada, ¿no? - pregunta Eric, parándose a mi lado. Muevo un poco mis hombros al ritmo de la música.

Asiento.

-Nunca había venido a una de estás carreras - confieso. Eric alza la cejas, sorprendido. Algo me pilla por curiosidad - Estás carreras son, ¿legales?

Niega y dice:- No. Son clandestinas, tú puedes ser el dueño de este mundo si quieres... Bueno, sin contar a esos estirados.

Sé a lo que se refiere con los estirados. Un escalofrío me recorre la espalda al imaginarme tras unos barrotes oxidados, compartiendo celda con verdadero delincuente. Ni hablar.

Papá llegaría a arrancarme la cabeza si se entera que he estado en carreras clandestinas.

Bebo de la Coca Cola.

Eric mira curioso la bebida. Frunce los labios.

-No me gusta el alcohol - aclaro sus dudas. La verdad es que lo veo innecesario para algunas cosas, además de que todavía no soy una adulta legalmente para consumir ese tipo de bebidas.

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