Capítulo 28.
Todos estamos reunidos cenando en un restaurante lujoso, a excepción del hijo mayor. Puedo sentir el descontento emanando de Stephan a kilómetros de distancia. Su cara de pocos amigos y el ceño fruncido fuertemente hablan por sí solos.
Por las próximas cuatro horas tengo que escuchar las excusas patéticas de mi madre frente a sus amigos obstentosos, excusándose por la falta de presencia de mi hermanastro. Mi ángel malvado me tienta a rodar los ojos frente a todos mientras que mi otra parte me aconseja que no lo haga. Últimamente parece siempre ganar mi lado perverso.
Considero las posibilidades de ir al baño y escaparme por la ventana, importándome bien poco raspar la carne de mis rodillas en un claro intento de escape. Épico, si señor. Luego, estoy casi segura que me desplumaran viva.
El móvil zumba al recibir un mensaje. Lo desbloqueo bajo la mesa y parpadeo en sorpresa.
Holder: Estoy aburrido :(
Este chico es increíble.
Disimulo una sonrisa mientras tecleo.
-Buena suerte en desaburrirte :)
Su repuesta no tarda en llegar.
Holder: ¿Desaburrirme? ¿Nueva frase inventada?
Holder: ¿Cómo va la cena?
Alzo la cabeza para ver a todos ocupados hablando entre ellos y bebiendo vino del caro en sus copas de cristal. El ambiente me recuerda a cuando asistía a eventos pijos con mi padre.
-¡ABURRIDA! - tecleo - Apesta ser mayor, ¿sabes?
Holder: Oh, ¿de verdad? :). Hostia puta de sosos.
Entorno los ojos . Incluso por mensaje sigue siendo sarcástico.
Un carraspeo me hace apartar las manos del teléfono móvil como si me quemara. Anna nos fulmina con los ojos. Cuándo vuelve a enfrascarse en seguir por donde dejó la conversación, tecleo a velocidad record.
-¡Deja de enviarme!
Pongo las manos en la pantalla cuando zumba.
Holder: Buen intento en encajar entre pollas caídas y tetas artificiales, nena ;)
Ignoro ese último mensaje, saliendo de WhatsApp y cerrando nuestro chat. Holder puede ser un toca ovarios si se lo propone con ganas.
Me estaba costando un montón no bostezar en cada momento en la cena, aburrida como una ostra hasta que el destino decidió ponerle fin a mi tortura. Aplaudo mentalmente.
Nos montamos en el coche en completo silencio de regreso a casa. Miro la hora en el reloj del tablero. Ocho menos diez. Vale, no es tan tarde como pensaba. Me pongo cómoda en el asiento trasero del coche, colocándome los cascos enciendo el reproductor. Michael Jackson & Slash, Give in to me.
Mientras escucho la letra y el ritmo de la canción miro el cielo oscurecido a través de la ventana. Maravillada por los pequeños puntos brillantes adornando el cielo.
Llegamos a casa más rápido de lo esperado. Bajo, alisándome la falda de jean hacia abajo. El dolor en mis pies me está matando al tener que caminar hasta mi cuarto casi arrastrándome. Son como espinas clavándose en la carne.
Al llegar, cierro la puerta a mis espaldas y al sacarme los tacones pego un brinquito, tambaleándome hacia los lados con la boca abierta.
Ante mí, estaba un Holder perfectamente estirado a lo largo del sofá. Una pierna flexionada y la otra descansa a lo largo. Lleva los cascos puestos y una melodía rap resuena por la habitación a todo volumen. Pero lo que me sorprende es que esté leyendo Hush Hush de Becca Fitzpatrick.

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Something
Roman pour AdolescentsEsta historia relata el amor de dos jóvenes de mundos diferentes. Holder es un jóven que ha tenido que pasar por una situación tormentosa en su vida y eso lo ha marcado en un rebelde violento y frío que no quiere ver lo qué pasa a su alrededor. Se...