Capítulo 41.

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Capítulo 41.

Faltando tres días para noche nueva, me encuentro haciendo algo familiar con Anna, Stephan y Logan. Juntos, estamos decorando el árbol de navidad en la sala de estar.

Sujetándome de los bordes metálicos de la escalera, me inclino un poco para colocar los adornos sobre la rama. Una vez terminada mi acción, la inspecciono desde lejos. Perfecto.

-Sigo pensando que nos hubiéramos comprado un árbol falso - masculla Stephan entre dientes, apilando las cajas vacías a un lado.

Anna lo asesina con los ojos.

-¡Ni hablar! Un árbol artificial no va con la decoración de la casa.

-Ya, pero ahora estamos en la lista de los capullos engreídos que le arrebatan el oxígeno al ambiente - murmura esta vez Logan, colgando en una de las ramas del árbol una enorme esfera colorida.

-Cortad con eso - hace un gesto de desdén con la mano, enfocada en su objetivo.

Sonrío desde mi lugar. Se ha gastado una cantidad ridícula de dinero en absurdas decoraciones que sólo durarán unos pocos días. Pero Anna ha insistido.

Termino de colocar las últimas esferas y santa Claus antes de bajar de la escalera. En un momento, vislumbro una figura vestida completamente de negro desde la parte superior de la casa, apoyada contra los cristales.

Después de lo ocurrido hace unas noches, Holder ha respetado mi decisión y se ha mantenido alejado de mi, deambulando sin ser visto por la casa en los próximos tres días. No ha salido desde entonces de su habitación. Ésta es la primera vez que lo veo. Lleva sus audífonos blancos debajo de su sudadera negra de capucha.

Desvío la mirada antes que me pille observándolo.

No lo hago lo suficientemente rápido como creo hacerlo porque soy pillada infraganti. Jésus. Los moretones en su rostro son menos marcados ahora y su labio se ve mucho mejor. Está cicatrizando al igual que el corte en el párpado.

Ignoro la intensidad con la cual me mira y quema un costado de mi cara mientras apilo las cajas y las llevo a la cochera.

Podría decirse que mi corazón va cogiendo fuerzas poco a poco. Me he esforzado tanto por sanar las heridas que, he aprendido a convivir con el dolor de la perdida y la ausencia, y aunque desearía que lo que siento por Holder nunca hubiera existido... Es lo que me recuerda que lo que sentí fue real. En el poco tiempo que duró.

El aire gélido golpea mi cara rumbo a la cochera, dónde dejo ordenadas las cajas en una esquina antes de salir. El aire me da nuevamente, colándose por mi ropa y poniendo mi piel sensible al frío.

Voy a paso apresurado hacia el interior de la casa en busca de resguardarme cuando me detengo al pie de las pocas escalerillas de la entrada. Mi boca se seca.

Mi corazón palpita con fuerza dentro de mi pecho a la vez que ambos nos miramos desde nuestras diferentes alturas y llego a pensar por un instante, que eso es lo que el destino quiere de nosotros. Que nos mantengamos alejados el uno del otro.

Sus ojos azules me miran con determinación y también puedo leer, algo de reto en ellos. Trago con fuerza. Mi piel hormiguea en su presencia. 

¿Disfruta de mi incomodidad? ¿Acaso se ha dado de cuenta?

Bajo la mirada mareada a sus pies enfundados por sus Nike a juego con su vestuario. Pongo un pie primero en un escalón, seguido por el otro pie, acercándome a Holder sin atreverme a alzar la cabeza.

Joder. Detesto como reacciono estando él cerca.

De pronto, sus pies se mueven de mi campo de visión limitada y bloquea mi camino. Me detengo abruptamente, faltando un sólo escalón para refugiarme dentro.

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