Capítulo 40.
Dos semanas pasaron. Me tomé dos semanas para que las pocas heridas profundas sanarán y pudiera olvidarme de lo ocurrido. Hablar del tema ahora era como ácido deslizándose a través de mi garganta; doloroso y amargo.
Tanto él como yo, teníamos muchas contras. La negativa de la sociedad al saber que dos hermanastro están juntos. El descontento de nuestros padres al enterarse de ese pequeño gran detalle hacía, que todo fuera más difícil. Y no sabía si estaba emocionalmente preparada para afrontarlos. Terminarían por hacerme polvo.
Mi mundo ya no se siente alterado por una fuerza constante. Sentía que poco a poco volvía a la normalidad mi vida, siendo ésta aburrida y tranquila antes de que él pusiera un pie en mi mundo, atravesando los muros y derribándolos en un chasquido de dedos.
Desde ese día, ninguno de nosotros nos volvimos a cruzar; fuimos como dos extraños. No sabía nada de Holder, excepto cuando estábamos en el comedor y él era el más nombrado.
Faltando solamente cuatro días para noche nueva, me encontraba sentada en el sillón, junto a Anna, Stephan y Logan, viendo una aburrida película de acción con subtítulos. Mis ojos se entrecierran cada dos por tres, restándole importancia a los diálogos. Ésta ya era la segunda noche de un viernes, en donde todos en familia nos sentábamos a “disfrutar” de una buena película y buen ambiente. Joder, estaba que me dormía.
En eso, la puerta de la entrada es azotada violentamente, tanto que hizo estremecer las paredes y los cristales de las ventanas. Pego un bote, despegando la vista de la TV, y enfocándola en la entrada.
Exclamaciones ahogadas de Anna llenan el silencio a continuación. Me levantó para ver a un Holder caminando como una alma en pena, con su mirada vacía puesta en algún punto muerto. Tiene todo el rostro magullado, lleno de moretones y sangre seca. Jadeo, al ver un profundo corte en el labio inferior, que está inflamado y lleva todos los nudillos de las manos a carne viva.
Joder.
-¿Qué demonios...? - dice atropelladamente Logan, mirando la escena nuevamente.
-Estúpido niño - gruñó por lo bajo Stephan, levantándose del sofá y dirigiéndose hacia su hijo mayor. Le tira de la cazadora de cuero para verlo. Holder, sin molestarse en girarse, le da un empellón, apártandolo de su cuerpo.
Anna automáticamente se levanta.
-¿Qué coño crees que estás haciendo, Holder? - no recibe ninguna contestación de su parte. Simplemente sigue su camino, balanceándose a los lados un poco. Eso lo enfurece - ¡¿Qué demonios ganas comportándote como un puto macarra repartiendo puñetazos?!
Y de pronto, nuestras miradas se encuentran. Sus ojos oscurecidos me observan intensamente, tanto que me olvido de respirar. Transmiten un montón de palabras no dichas; sentimientos cargados de culpas y sobretodo, dolor. Frunce el ceño un poco, lamiéndose los labios heridos, y silenciosamente gesticula:
-¿Por qué?
Desvío la mirada, observando otro punto por encima de la cabeza de Stephan, apagándome por segundos. Me siento abrumada, tanto que me es imposible sostener su mirada penetrante. Estoy destrozada y no quiero que él pueda ver lo rota que estoy por su culpa. Lo escucho maldecir, y después el sonido de cristales rompiéndose llenan el lugar.
Me estremezco en el sofá, conociendo ese sonido tan familiar. Luego pasos subiendo los escalones resuenan.
Anna jadea, caminando a grandes zancadas hacia el lugar donde seguramente es un desastre perdido de cristales rotos en el suelo.
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Something
Teen FictionEsta historia relata el amor de dos jóvenes de mundos diferentes. Holder es un jóven que ha tenido que pasar por una situación tormentosa en su vida y eso lo ha marcado en un rebelde violento y frío que no quiere ver lo qué pasa a su alrededor. Se...