Capítulo 33.

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Capítulo 33.

Salgo del cuarto de baño, fresca y limpia y con mi pijama de bananas. Me detengo al encontrar a Holder acostado en la cama, con los brazos detrás de su cabeza, observándome. Lleva una ropa más cómoda; un pantalón de algodón negro y una sudadera con capucha del mismo color. El pelo lo tiene revuelto y una sonrisa sexy adorna esos labios carnosos.

-¿Bananas? - se muerde el labio inferior - Mira que envuelta en esas sugerencias indirectas me hacen pensar un montón de cosas malas.

El calor abraza mi piel cuan intensa y penetrante es su mirada. Me recorre entera, deslizando sus ojos azules por mis piernas, subiendo hasta pararse en mis pechos sin sujetador, sabiendo que tiene una buena vista de mis pezones marcados en la tela.

Joder, que calor hace. ¿O a causa de sus sucias palabras lo que hizo que la temperatura subiera aquí adentro? ¿Es posible que me ponga el simple hecho de oírlo hablarme guarradas?

Se arrastra por la cama, sin despegar la mirada de mí, sentándose en el borde del colchón alza los brazos, invitándome a acercarme. Me muevo, sonriendo como una colegiala enamorada. Dejo que me acerque y envuelva sus brazos a mi alrededor, descansando la cabeza en mi estómago, inspirando profundamente.

Sentir su respiración cálida en la piel descubierta de mi vientre me relaja, mientras paso los dedos por su cabello suave.

-Hueles bien - susurra con los ojos cerrados.

En un parpadeo estoy con mi mundo inclinándose de lado. Chillo o más bien rio al ser tirada en el centro de la cama, quedando de lado y mirando de frente a Holder.

Nos acomodamos en el silencio tranquilo que nos rodea, observándonos sin emitir sonido alguno. Aún no me puedo creer. Todos los acontecimientos de esta noche me parecen un sueño. Pensé que solamente los libros que leía pasaban esas cosas, pero me equivocaba. Yo misma estoy viviendo mi propia historia sacada de un libro.

Los orbes brillantes de Holder son cada vez más claros, como el color del océano.

Se inclina, dejando un beso ligero en mis labios; inocente y tierno. Mi piel cosquillea al sólo mínimo toque de él en mi cuerpo, siendo esclavo de su roce. Contengo el aliento mientras presiono más cerca mis labios de él, con el corazón latiendo fuerte contra mis oídos, amando como reacciono al estar junto a Holder.

Minutos después, se retira, apoyando la cabeza en la palma de su mano.

La expresión le cambia. No sé si eso es malo o no, ya que pone cara de serio.

-¿Quieres que te cuente un secreto?

-¿Cuál? - sonríe. Bueno, ¿qué puedo decir? Mi curiosidad no tiene filtro.

Otra vez se vuelve serio pero sus ojos dicen todo lo contrario a su expresión hosca.

-Si vas a besarme mientras esté dormido, al menos asegúrate que lo esté.

Me pongo rígida contra el colchón, abriendo los ojos hasta que las cuencas me duelen para observarlo mirarme suspicaz. Imágenes borrosas de como me aproveché de él mientras dormía son traídas  por lo rápido que mi mente reacciona a los recuerdos de esa vez. Oh. Dios. Mío.

-¿Tú estabas... ? - me atoro con mis propias palabras, presa de los nervios al saber que fuí atrapada robándole el dulce a un crío.¹

Estoy que hecho humo hasta por las orejas. ¡Pensé que iba pedo esa noche! Qué bochorno.

Él arquea una ceja oscura en burla.

-No iba pedo si es lo que estás pensando. Sólo me tomé dos tragos de tequila esa vez - chasquea la lengua, moviendo un dedo de la otra mano en mi cara - Mira, que eres una chica mala, ¿eh? Aprovechándote de mí en estado de embriaguez.

SomethingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora