Something

Capítulo 32.

Capítulo 32.

Las gentes empujándome al correr a diferentes direcciones para obtener un mejor ángulo de la carrera me hacen dar varios pasos en contra, arrastrándome hasta que consigo hacerme a un lado, viéndolos mezclándose como hormigas entre ellos.

-¡Tessa, sube! - grita Letty desde lo alto de un coche. Les tiendo las manos y me ayudan a subir al techo. Desde esta altura, los veo conducir como unos profesionales, alzando en una rueda sus motos y acelerando.

Quedo con muerte cerebral cuando uno de los chicos pierde el control al derrapar, provocando que la moto se colee con un sonido horroroso. Pierde por completo el manejo de la moto y va a parar entre un montón de cajas. Me cubro la boca, horrorizada por lo que veo.

La moto de Holder le da alcance a Eric, yendo ambas a la par. Aceleran, dejando las marcas de los neumáticos en el pavimento antes de dar la vuelta. Es una carrera corta, ya que les veo acercarse al punto de partida. Las personas coreando el nombre del ganador de esta noche se escucha por encima de todo desastre. Muchos gritan el nombre de Holder, silbando y saltando en sus lugares al ver las dos únicas motos de primer lugar. Yo estoy con el corazón en la punta de la lengua. No sé si emocionada o alegre.

Tensión. Eso es lo que hay en el ambiente.

En un momento, Holder levanta casi en el último segundo la moto, conduciendo en un sola rueda mientras cruza la línea meta con un grito de puro júbilo; alegre como pocas veces le veo.

-¡Joder, sí!  ¡Uau! ¡¿Habéis visto eso?!  ¡Ese chico es un puto genio!... - grita por el parlante. Le da una nalgada a una de las chicas, gritando a través del parlante.

Holder da un giro de 160°, dejando que la rueda trasera levante polvo.

Salto del coche, dirigiéndome hacia Eric.

Me regala una sonrisa de oreja a oreja al verme.

-No estuvo mal - digo metiéndome las manos en los bolsillos traseros de mi vaquero, en busca de algo de calor.

Sus ojos grises brillan.

-¿De veras?

-Sí, siento que hayas perdido.

-Nhaa. No he perdido aún, nena - promete, observándome con intensidad. En eso, los demás se acercan para felicitarlo, gracias a Dios.

Curiosa, busco a cierto chico, ladeando la cabeza. Está subido aún en la moto, estrechando manos y dando puños. Recibo una patada en el estómago cuando Kiki se le cuelga del cuello, dándole un beso en la mandíbula a la vez que le susurra algo al oído. Cómo una masoquista, no aparto la mirada de ellos. Lo que pasa a continuación, me deja sin habla.

Holder desenreda los brazos de su cuello y niega, mirándola con las cejas arquedas y rostro neutro.

-¿Vas a pasar por tú premio, niño? ¡Qué la noche es joven!  - se ríe como hiena.

El buen humor que tenía hace unos segundos es opacado por los celos que crecen de un dos por tres. Jodido Jesucristo.

Salto cuando la moto acelera, pasando de largo la tarima donde su “premio” le espera, para la sorpresa de todos. Se detiene frente a nosotros. Alison está de un momento a otro a mi lado, lista para defenderme.

Baja y camina hasta donde estoy, sin desviar la mirada. Me remuevo incómoda bajo su ardiente mirada. El tiempo se detiene, pasando lentamente al tenerlo frente a mí. Por el rabillo del ojo derecho veo como todos se apartan, formando un círculo sin dejar de susurrar. Nos miramos. En mi cara está la pregunta de: ¿Qué estás haciendo? Y la lee, con el ceño fruncido.