Something

Capítulo 15.

Capítulo 15.

Oh, Dios... Esto no puede estar pasando.

Alguien toca mi hombro, haciéndome volver de mi trance.

-¿Lo conoces? - como puedo, muevo la cabeza en un gesto afirmativo.

-Si, er... Vamos a la misma universidad.

Anna lanza un suspiro ahogado y murmura por lo bajo.

-Señora Scott, el joven presentó cargo en contra de su agresor.

Abro los ojos y palidezco. Miro a Eric buscando repuestas; él me lanza también preguntas con sus penetrantes ojos ante lo recién descubrido. Luego, me mira apenado. ¡¿Es que está de coña?!

¡Ay, madre! ¡Que me da!

Tiro de mi cabello a la vez que intento entender lo ocurrido. ¿Por qué Holder le pegaría una paliza a Eric? ¿Y por qué él...?

Y es ahí cuando ato cabos.

-Lo siento - le susurro a mi amigo para que solo pueda oírme.

Y sin más, me giro sobre mis talones y salgo disparada a toda mecha hacia la salida para poder respirar el oxígeno que piden a gritos mis pulmones.

Azoto la puerta al salir y el frío aire de la noche me acaricia el rostro. Sin perder tiempo, comienzo a caminar hacia el mercedes de Stephan cuando a mis espaldas gritan mi nombre pero no me detengo. Ya he tenido suficiente de mierdas por una noche.

No he avanzado ni tres carros cuando tiran bruscamente de mí codo, girándome.

Gruño aporreando al gilipollas que me coge del brazo.

-Suéltame - rueda los ojos, hastiado. Buenooooo, yo también estoy hastiada - ¡Que me sueltes, joder! - tiro de mi brazo, recuperándolo. Me inunda la ira al observar sus ojos azules brillantes y sé que está a punto de írsele la olla.

-¡¿Qué coño pasa contigo?! - demanda.

-¿Qué es lo que pasa conmigo dices? ¡Tú, gilipollas! ¡Tú eres lo que me pasa!... ¡¿Por qué siempre lo fastidias todo?!

-¡¿Cómo?!

-¡Ya me has oído! Siempre haces algo para arruinarlo todo... ¡Ese es tu maldito problema, Holder! ¡Todo lo arruinas! - le grito, soltándole un empujón para después seguir caminando, pero el muy bruto me hace girar de nuevo sobre mis talones sin tener ninguna delicadeza.

-¡Estamos hablando, maldita sea! - grita casi en mi cara.

Achino los ojos. ¡La madre que lo parió! ¿Cómo se atreve?

-¿Por qué me agarras así? ¡Para la próxima te cruzaré la cara de un guantazo! - vuelvo a tirar de mi brazo. Pero Holder, que es más terco que yo, me hace girar; mareándome.

Le suelto un bofetón que me deja la palma ardiendo y respirando pesadamente. Si algo he aprendido a lo largo de los años es a tener respeto por mi misma y a éste imbécil no le quedarán más ganas de tomarme el pelo nunca en la vida.

Holder se frota la mejilla rojiza, aún con la cabeza ladeada por el golpe. Lentamente, vuelve la cara hacía mí, luciendo acojonado y furioso.

-¿Tienes una jodida idea de lo mucho que me sacas de quicio cuando estás cerca? ¡Enloquezco y eso me jode!

Suelo un bufido de fastidio, riéndome internamente.

-¿Qué es lo que quieras, Holder? - susurro - Siempre vamos a acabar así. Un paso adelante y dos para retroceder. ¿No te cansas? Porque yo sí.