¡Feliz sábado, compis!
Hoy os traigo el retrato de uno de los grandes personajes del Nuevo Imperio y de esta historia, Loder Hexet. De ser el jefe de la guardia privada del Emperador a convertirse en el alma del Nuevo Imperio hay un gran paso, pero Loder no ha cesado en su empeño en estos ocho años. Ambicioso, inteligente y peligroso... muy peligroso! Creo que es uno de esos personajes en los que, a pesar de que es complicado confiar, en el fondo se le puede llegar a querer. Nunca se sabe, pero no parece tener un mal fondo...
¡Espero que os guste! ¡Ha salido muy bien! Por otro lado, seguimos con la historia, tanto la presente como la pasada, pero en el pasado hay un pequeño salto temporal de dos años, así que tenedlo en cuenta :)
Capítulo 21: El símbolo del Imperio
Residencia de los De Valefort, 20 de julio de 1.811 CIS (Calendario Imperial Solar) – 8 años antes
—Así que ahora eres la favorita de tu jefe, ¿eh? No esperaba menos de ti, hermanita.
—Anda, cállate. No soy su favorita. Simplemente está agradecido por lo de Sacramentum. Su sobrino ya estaba en la Aurora por aquel entonces. Además, si Florian me ha ascendido no es por eso precisamente. ¿Te acuerdas de Víctor Leyde, el jefe de exploradores? Pues lo han ascendido a sargento y se ha cambiado de unidad.
—Y de entre todos sus caballeros piloto, el famoso Florian Gelt te ha elegido a ti para que seas su mano derecha... —Los labios de Nylett se curvaron en una sonrisa perversa—. ¡Y yo nací ayer!
Consiguió que le tirase el pincel a la cabeza. Hacía tan solo tres días que Nylett había regresado a casa tras pasar todo el año en Gherron, estudiando en la Escuela Imperial de Negocios, y ya lo había revolucionado todo. Mi hermano mayor venía cargado de ideas y de ganas de divertirse, y tras casi dos años perdida en la frontera occidental de Throndall, de expedición en expedición tratando de frenar las incursiones norteñas, yo también.
—Espero que tengas mejor puntería disparando que tirando cosas, Nyxia, de lo contrario estaremos muy jodidos...
Nylett recogió el pincel del suelo, el cual había podido esquivar por pura casualidad, y acudió a mi encuentro al otro lado del lienzo para comprobar cómo iba su retrato.
Lanzó un silbido aprobatorio.
—No te puedes quejar, te estoy sacando bastante más guapo de lo que eres.
—Eh, ¡sin insultar! Este añito en Albia me ha sentado bastante bien, ¿no has visto que estoy más delgado? ¿Y qué decir de este perfil? ¡Más quisiera tu novio tener esta cara, hermanita!
Ambos habíamos vuelto más delgados de nuestros respectivos destinos, aunque por motivos muy diferentes. Mientras que Nylett estaba disfrutando de las comodidades de su vida como empresario, yo me enfrentaba a las penurias de los soldados. Dormir poco, pasar frío y comer barro. Lo típico, vaya. No obstante, a pesar de ello, estaba satisfecha con mi vida. Durante los meses que estaba fuera de casa las cosas no eran fáciles. De hecho, en ciertas ocasiones, sobre todo cuando más frío hacía, tenía ganas de regresar, pero mis compañeros de la Aurora siempre conseguían minimizar las penurias. Florian era capaz de levantarle el ánimo a cualquiera. Además, me consolaba saber que siempre había gente esperándome en casa. Mi hermano, por supuesto, pero también mis padres y Alexander Tiberian, el cual se había visto obligado a abandonar la Aurora por la gravedad de sus heridas.
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Nyxia De Valefort
FantasyOcho años después del final de la guerra que cambió el destino de Albia, aquellos que fueron expulsados de su patria están preparados para volver. Ha llegado el momento del regreso del Nuevo Imperio y Nyxia De Valefort está lista para reclamar de nu...