Capítulo 31: El rostro detrás de la máscara

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Capítulo 31: El rostro detrás de la máscara


Soy una pesada, sí, pero es que estoy muy contenta de haber sido elegida Autora Destacada del mes de Marzo por la comunidad de Ciencia Ficción de habla hispana... ¡todo un honor! ¡Y un orgullo! Y un todo, vaya :) Total, que me han hecho una pequeña entrevista donde me doy un poco de auto bombo... si os apetece leerla, ¡ya sabéis! Estáis todos invitados :) Os dejo el link en comentarios.

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Y dicho esto... ¡¡a disfrutar del capítulo!!



Wederheim, 13 diciembre de 1.811 CIS (Calendario Imperial Solar) - 8 años antes



No pudimos disuadirlo. Aunque lo intentamos horas antes de iniciar el avance hacia Wederheim, Konstantin no quiso escuchar. El Emperador de Albia estaba convencido de que su hijo había muerto a manos del ejército de Urvalk y quería venganza. Por Doric y por Dankor. Después de la desaparición del más del setenta por ciento de su población, Konstantin había decidido dejar de lado el tratado de paz con Talos para viajar hasta el norte y acabar de una vez por todas con el que consideraba el auténtico enemigo de Albia: Throndall. Por desgracia, el odio lo había cegado. El Emperador deseaba enfrentarse cara a cara con el rey de Throndall, acabar con sus propias manos con su vida, y por mucho que Lucian lo intentó, no logró detenerlo.

Alcanzamos la capital del país norteño con la caída del quinto amanecer. Era un día oscuro y frío en el que todo cuanto nos rodeaba se encontraba cubierto por un gélido manto de nieve. Al frente del ejército, la Aurora de Florian Gelt fue la encargada de abrirnos camino entre las tropas enemigas. Había solicitado poder combatir junto a ellos a bordo de un strider, tal y como siempre había hecho, pero el legatus Kaspar Orsini no me concedió el permiso. No después de abandonar la unidad. Así pues, unas horas después había irrumpido en la ciudad junto a Lucian como miembro de su guardia personal, muy cerca de Konstantin y los suyos. Juntos nos abrimos paso entre las estrechas callejuelas de la ciudad enemiga y avanzamos hasta alcanzar el palacio de Urvalk, allí donde cientos de norteños nos aguardaban para dar su vida por su rey.

Fue un combate encarnizado. A lo largo de aquellos años había luchado en varias ocasiones contra Throndall, pero ni tan siquiera la batalla de Sacramentum fue tan brutal como aquella. Avanzábamos entre muerte y destrucción, charcos de sangre sobre los que reposaban cientos de cadáveres de hombres y mujeres que, enloquecidos, habían combatido hasta morir.

En definitiva, fue una masacre. Aquel día se perdieron miles de vidas de ambos bandos. Desconozco si era el objetivo de Urvalk, pero mientras nos abríamos paso por los corredores blancos de su palacio, su voz no dejaba de resonar a través de los altavoces, arengando a los suyos para que acabasen con el "invasor sureño" e insultándonos. Urvalk se burlaba de nosotros, nos humillaba y nos provocaba. Quería alimentar el odio que ya de por sí había cegado a Konstantin, quería arrastrarlo hasta la locura, y para ello sabía que no había mejor manera de hacerlo que retándolo a un combate singular.

-¡No aceptes! -le suplicó Lucian una vez más cuando, encontrándonos ya frente a las puertas de hierro de la sala del trono, Konstantin decidió adelantarse-. Por tu alma, hermano: ¡no lo hagas! Yo ocuparé tu lugar frente a ese monstruo: lo mataré por ti, ¡pero no te dejes llevar por sus provocaciones!

Nyxia De ValefortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora