Capítulo 38: El Nuevo Imperio de Solaris

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Y después de varios meses de la mano de mi querida Nyxia De Valefort, llega el momento de enfrentarnos a su último capítulo... espero que os guste y que hayáis disfrutado de este viaje. Yo, desde luego, he vivido como pocas veces una historia :)

Un beso.



Capítulo 38: El Nuevo Imperio de Solaris

Palacio del Despertar de Solaris, 02 de noviembre de 1.819 CIS



—Esta es nuestra última sesión. Cuando acabemos, tu historia quedará expuesta y toda Albia sabrá la verdad. ¿Estás preparada?

—No.

Mi respuesta arrancó una carcajada al cronista. Janus negó suavemente con la cabeza, negándose a creer que hablase en serio, y dio un sorbo a su copa de vino. Para aquella ocasión tan especial habíamos conseguido una botella de mis bodegas. Con suerte, acabaríamos la crónica antes del amanecer y podría descansar unas cuantas horas, aunque lo dudaba. Lo que me quedaba por contar era probablemente la parte más complicada de todas, y ni tan siquiera una botella entera del mejor vino de Gea iba a poder calmar mi conciencia.

Al menos ayudaría, algo es algo.

—Volviste a Hésperos.

—Volví a Hésperos, sí. Después de casi dos meses regresé a Hésperos pocas horas después del Baile de la Victoria, tras pasar por Caernawen únicamente para cambiarme y subir a la nave que ya tenía preparada. Unas horas después, casi a mediodía, llegamos al Palacio Imperial, donde el propio Lucian acudió a nuestro encuentro en la pista de aterrizaje. Parecía encantado de verme. De hecho, se mostró especialmente cariñoso conmigo.

Demasiado, en realidad. No se lo dije a Janus, pero recordaba aquel encuentro con cierta amargura. A pesar de las ganas de reencontrarme con mi marido, había visto algo extraño en él. Algo en su forma de mirarme, en su forma de sonreír... en su forma de acariciarme. En aquel entonces creí que era una tontería, que los nervios nos estaban pasando factura a ambos, pero al entrar en el Palacio Imperial aquella sensación se acrecentó.

—El Palacio había cambiado durante aquellas semanas. Había una frialdad extraña, como si le faltase vida. Como si estuviese deshabitado. —Me encogí de hombros—. En general fue un recibimiento un tanto inquietante, pero pronto entendí el motivo. Lucian me lo explicó durante la comida.

—Doric.

La mera mención del nombre logró provocarme un vacío en el estómago. Cogí mi copa con ambas manos y le di un sorbo para refrescar la garganta. Incluso entonces, después de tantos años, seguía afectándome recordarlo.

—Lucian estaba asustado. Me confesó que cada vez eran más numerosos los rumores sobre que Doric estaba vivo y de que quería recuperar el trono que consideraba que le habían usurpado. Obviamente, aquella idea le horrorizaba: ni le había arrebatado nada ni creía que su sobrino siguiese con vida. No después de tanto tiempo. Estaba convencido de que todo formaba parte de una gran conspiración... y yo también. —Me encogí de hombros—. Traté de quitarle hierro, no quería que se obsesionara con ello, pero ya sabes cómo era Lucian: no quería dejar nada al azar. —Desvié la mirada hacia el interior de la copa y contemplé pensativa su superficie rosada—. Me dijo que la guerra con Talos se estaba alargando demasiado, que los había subestimado, pero que creía conocer una forma de acabar de una vez por todas con el derramamiento de sangre... ahora no tomes nota ahora, por favor.

Nyxia De ValefortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora