Capítulo 35: Wolfram Kobal

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Hoy es un domingo diferente... un domingo especial, y como tal os traigo un regalito para que me queráis mucho, y esas cosas :) ¡Adelantamos publicación de capítulo!

Espero que os guste.

Ahora sí que sí, estamos en plena cuenta atrás... ¿y eso qué significa? Pues que Estamos en el 5...





Capítulo 35: Wolfram Kobal

Castillo de Caernawen, 26 de febrero de 1.812 CIS (Calendario Imperial Solar) – 7 años antes



Llevaba un mes en Ballaster, luchando por detener la invasión talosiana, cuando tres asesinos se infiltraron en mis habitaciones en el castillo de Caernawen e intentaron asesinarme. Lo hicieron en plena madrugada, pocas horas después de que el pretor Mael Morven, encargado de la búsqueda de la Unidad Reiner, me informase de que Talos había colaborado en la fuga de Vanya Noctis tras su captura cerca del Desfiladero de las Esfinges. La noticia había sido un golpe duro para mi moral, pero confiaba en que el pretor lograría solventar la situación antes de que fuese demasiado tarde.

Por desgracia, me equivocaba.

Mael Morven no logró atrapar a Vanya Noctis, al igual que los asesinos enviados por el conde Gebert tampoco pudieron acabar con mi vida. Lo intentaron, e incluso uno de ellos logró hundirme un cuchillo en la espalda, pero sobreviví al ataque. Acabé con la vida de los tres, aún no sé muy bien cómo, y para cuando Verus Damere y el resto de la guardia entró en la habitación, yo ya estaba en la ducha, tratando de quitarme la sangre de encima.

—Sol Invicto, Nyxia, imagino que no habrá visto lo que tiene en la espalda —murmuró Verus con horror al comprobar mi herida. Apoyó las manos sobre mi piel, alrededor del punto donde la carne estaba perforada casi diez centímetros, y concentró el poder de su Magna Lux para intentar parar la hemorragia.

La preocupación de su tono logró transmitirme cierto temor. No me había visto la herida, no, pero teniendo en cuenta lo que dolía, podía imaginar que no era leve precisamente.

—La verdad es que no, ¿tiene mala pinta?

—Solo diré que a estas alturas debería estar muerta.

La sinceridad de Verus logró arrancarme una carcajada llena de ansiedad. Las cosas no me estaban yendo mal en Ballaster. Por el momento había logrado frenar el primer intento de invasión de Talos en el norte, lo que había hecho que mi fama en el país se disparase. El pueblo me veía como a una heroína y el aprecio de la Gran Duquesa hacia mi persona era cada vez más evidente. No obstante, a pesar de ello, la presión de las circunstancias estaba destruyéndome. Apenas tenía contacto con Lucian, y el poco que tenía era para ponerme al día sobre las complicadas circunstancias que estaban viviendo en una Albia cada vez más revuelta.

La última vez que habíamos hablado había sido para felicitarme por mi victoria en el norte. Lucian estaba muy satisfecho ante los magníficos resultados, pero me advirtió que no debía acomodarme. Talos estaba preparando un segundo ataque en el noroeste del país y debía prepararme para ello.

—Mandaré a la Legio Sanguina para que te apoye, Nyxia. Ya sabes que no goza de demasiada buena fama debido a los miembros que la componen, exconvictos en su mayoría, pero servirá para frenar el avance del enemigo. Talos no merece ningún tipo de clemencia.

Nyxia De ValefortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora