Capítulo 58

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Los minutos pasaban y nosotros dos seguíamos desnudos en la habitación, tumbados en la cama, mientras nos estábamos acariciando, Bruno bajaba su mano a mi barriga y de vez en cuando sus labios la besaban.

Puso su oreja en ella - escucharé algo? - me preguntó mientras empecé a reírme, haciendo que su cabeza subiera y bajara a causa de mis risas - no te rías, que así no escucho nada - él insistía, como sí tuviera la razón, cada vez me enamoraba más de mi marido, siempre hacia que sacara una sonrisa, siempre lograba que me olvidara de los problemas.

Él me sonreía, mientras yo seguía riéndome - te ríes de mí? - yo afirmaba con la cabeza y él empezó a hacerme cosquillas mientras yo empezaba a reírme más fuerte, gritaba, no soportaba que me hicieran eso, era superior a mis fuerzas.

Para, para, Bruno, por favor para YA! - le gritaba mientras él no hacía caso a mis suplicas - por favor!!! - vi como quitó sus manos de mi cuerpo, y me cogió para abrazarme.

Te quiero - me decía dándome besos en mi mejilla, sacó su lengua y me relamió toda.

Guarro!!! Estas juguetón hoy?? - le decía, pasando mi mano para quitarme sus babas.

Contigo siempre, no me digas que no te gustan mis juegos - nos empezamos a reír los dos.

Nos abrazamos, mimándonos, era un sueño estar así con Bruno, no podía ser más feliz, a veces pensaba en estar así siempre, en la habitación de un hotel alejada de todos, solos él y yo, ajenos al mundo exterior, seguro que así nadie nos molestaría, nadie nos perturbaría, pero eso era irreal, algo imposible.

Mi móvil volvió a sonar, eran alarmas de Twitter, Bruno lo cogió - mira que pronto lo arreglo yo - empezó a mirar como quitar las alarmas, pero no sabía dónde ir, sacaba la lengua como sí hiciera fuerza, mientras yo le miraba y sonreía, viendo a mi marido que lo estaba intentando pero no lo estaba consiguiendo - bueno da igual, luego le doy tu móvil a los chicos y ellos te lo quitan - me decía mientras ponía el móvil en silencio y lo dejaba donde estaba - no te rías - se giró y me guiñó el ojo, yo intentaba aguantar las risas.

Ven aquí - me abrazaba - estoy feliz, tengo ganas de verles las caritas - me acariciaba otra vez la barriga, en ese momento sonó su móvil, Bruno resopló, mientras alargaba su mano y descolgó.

No me chilles - dijo al instante, aunque después se puso a reír - ya, ya lo sé, pero es que hace nada que lo sabíamos, sí, vale, pero no me insultes¡ - Bruno me miraba, guiñándome el ojo - os íbamos a llamar, pero más tarde, es pronto, ya, ya lo sé que no es forma de enteraros, perdón - se tocaba el pelo, mientras ponía cara de pena - vale, si ahora hago una foto y te la paso, venga, pesada, luego hablamos - colgó el teléfono.

Quien era? - le pregunté, mientras él volvía a mí.

Tahití, me ha gritado, se ve que esto no son las hormonas, ya es una costumbre - ya no hacía falta que me dijera, porque le estaba gritando, ya sabía que había visto mi foto, y los comentarios.

Ya lo sabe, no? - Bruno me afirmaba con la cabeza.

Tengo que hacer una foto a las ecografía,y le diré que son dos, no se lo he dicho porque me hubiera gritado aún más - en horas todos ya lo sabían, y si la familia lo había visto, quien me aseguraba, que la persona que nos amenazaba no lo sabía ya - no te preocupes, vale? - yo intenté poner buena cara, y le sonreí, la verdad es que no lo estaba pasando bien, pero tenía que relajarme, así que respiré profundamente e intenté olvidarme de todo.

Ya era por la noche, y habíamos quedado con todos para ir a la bolera, también vendrían mis amigos, sería la última noche para estar con ellos, estábamos sentados poniéndonos los zapatos para empezar a jugar.

La noche prometía, íbamos a estar allí un rato y luego nos iríamos al bar del mismo local, a cenar algo, todos nos reíamos. Bruno y yo estábamos juntos, ya estábamos en la pista, esperando a todos, Bruno tenía su brazo encima de mi hombro, y mi pierna la tenía encima de las suyas, mientras que con su otra mano, me las acariciaba.

Aprieta fuerte - le indicaba la zona, donde tenía que hacerlo, y él tan atento como siempre lo hacía.

Aquí? - yo afirmaba - te duele?

No sé, es como si las tuviera cansadas - le comentaba mientras que su manos aliviaba el dolor.

Cuando lleguemos a la habitación, te hago un masaje, vale? - me besó, un beso corto, pero tierno a la vez.

Perfecto, nos vamos ya? - le bromeaba, mientras nos reíamos.

Todos llegaron y empezamos a jugar, Bruno cada vez que le tocaba hacía sus tonterías de siempre, de tirar normal, soltaba la bola por en medio de sus piernas, algo difícil pero casi tiraba todos los bolos, la verdad que estar con él era entretenido, todos nos reíamos de las situaciones que provocaba, nos lo estábamos pasando bien, si no tiraba todos los bolos, venía a mí corriendo para que le consolará, y si los tiraba todos, hacia su baile de la victoria, y venía a mí para celebrarlo.

Una de sus bromas era sujetar la bola y ponérsela en su barriga cubriéndola con su camiseta, intentaba imitarme, mientras que todos nos reíamos de sus intentos.

La noche estaba siendo una de las mejores de mi vida, las partidas acabaron y nos fuimos a cenar.

Terminamos, entre risas, pero ya tocaba la hora de las despedidas, la hora de decir adiós a Emma, David y a Miguel, estábamos en la puerta de la bolera y todos se despidieron de ellos, y me dejaron un tiempo a solas.

Os quiero mucho, os echaré de menos, pero seguimos en contacto, vale? - les dije, mientras los abrazaba a cada uno, intentaba contener mis lágrimas.

Te quiero - me dijo Emma, ella se fue corriendo a su coche, en ese momento no lo pude evitar, la despedida era dura para mí, sabía que sería complicado volverlos a ver.

David me dio dos besos y se marchó detrás de su mujer.

Venga! No llores! Te quiero Ari, y aunque me duela, se que tomaste la mejor decisión, Bruno a pesar de todo te quiere - Miguel vino hacia mí y me abrazó - la próxima vez nos vemos en el bautizo, no pienso perdérmelo. - tenía la voz entrecortada, sabía que se estaba controlando - cuídate mucho y llámame. Te quiero - Miguel se marchó hacia su coche, yo me quedé mirando como se alejaba, Bruno vino y me abrazó.

Te quiero, amor - me miraba, con sus manos en mi cintura - vamos al hotel y te soy el masaje - sus dedos acariciaban mis mejillas, secándome las lágrimas.

Otro capítulo!! Ari está entre lágrimas de tristeza y lágrimas de alegría. Ya se va de España! Que pasará en los meses que faltan para terminar el tour? Estarán igual, mejor o peor? Espero que os siga interesando la historia, que no me abandonéis, espero vuestros comentarios como siempre, me hacen feliz!!

Mil gracias amores por todo lo que me dais cada día.

Bruno mi pasión 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora