Capítulo 127

375 35 14
                                    

Bruno paró el coche delante del hotel, ya casi era de día, miré mi reloj y empecé hacer mis cálculos, aún tenía la hora de España, en Los Angeles eran las cinco de la mañana, estaba rendida, cansada, pero a la misma vez no quería separarme de él, de Bruno, me sentía bien a su lado, algo que me extrañaba, soy siempre había sido demasiado independiente, no me gustaba expresar mis sentimientos, siempre con mis ex novios había guardado las distancias, no me gustaba estar besuqueándome por los rincones, yo no era como el resto de chicas, que demostraban su amor a los cuatro vientos pero ahora me sentía como ellas, con ganas de besarle, con gente o sin gente, me daba lo mismo, con ganas de estar íntimamente con él.

Nos miramos como esperando que alguno de los dos rompiera el hielo, Bruno estaba nervioso, por lo menos ya sabía que si se tocaba el pelo demasiado, si miraba al suelo, era porque algo intranquilo estaba.

Bueno, debes de estar cansada - me decía, por fin alguno de los dos había dicho algo.

No creas - le miré sonriente, necesitaba que entendiera que no quería acabar, que deseaba estar con él más horas.

Nuestros cuerpos se juntaron, Bruno puso su mano en mi mejilla - sabes que me estás volviendo loco? - yo negaba con la cabeza - pues me estoy volviendo loco por ti - sus labios fueron hacia los míos, mientras que su mano no se apartaba de mi mejilla, nuestros besos empezaron a ser lentos, pero poco a poco la lentitud pasó a ser deseo, mi cuerpo cada vez se levantaba más, se iba hacia él, me levanté de mi asiento, acabando encima de él, mis piernas abiertas, con su cuerpo entre ellas, sus manos en mis caderas, con sus dedos apretaba mi piel, mientras que nuestros besos no cesaban, cada vez más sensuales, nuestras lenguas jugaban entre sí, mis manos acariciaban su pecho, abriendo cada botón de su camisa - no, para, para - me susurraba, pero yo no podía, no quería parar, mis movimientos empezaron, notando cada vez su miembro duro en mi sexo, me estaba excitando por segundos.

Bruno, sube a mi habitación - le decía, mientras mis labios dejaron su boca, y se fueron hacia su cuello - por favor - le estaba suplicando, y yo me estaba confundiendo cada vez más con la actitud que estaba tomando con él.

No, Ari, estás cansada, tienes que dormir - me decía mientras sus manos apretaban mi espalda, haciendo que mi cuerpo se acercara más al suyo.

Pues dormimos - le decía, me daba igual todo, si tenía que dormir quería dormir junto a él, abrazada a su pecho, a su cuerpo, notar su aroma, despertarme junto a Bruno.

No, no podría dormir ahora mismo - sus manos subieron mi camisa, haciendo que sus dedos abrasaran mi piel, nuestra respiración iba a más, mis movimientos cada vez eran más salvajes.

Pues dormimos luego - parecía que no iba a consentir una negativa de él, dentro de mí me gritaba "PARA, PARA, PARA, TE ESTA DICIENDO QUE NO, TE ESTA RECHAZANDO", pero yo quitaba esos pensamientos de mi mente, siguiendo con mi insistencia.

Ari, no, por favor - me suplicaba - para - sus manos intentaron separarme de su cuerpo, en ese momento nos miramos, cerré mis ojos e intenté controlar mi respiración, estaba desorientada, confundida, no entendía nada, me estaba rechazando¡ gritaba en mi interior, pero si hacía un momento, me estaba diciendo que le estaba volviendo loco, en la discoteca, me dijo que me iba a cuidar a proteger, que no quería que nadie me hiciera daño, eso era porque sentía algo por mí, pero quería que parara, que me quitara de su lado, y eso es lo que hice.

Sin decir nada, mi cuerpo se levantó de encima de él, me senté en el asiento del copiloto, del que nunca tendría que haberme ido, Bruno miraba el volante, sus manos lo apretaban con fuerza, mientras que yo miraba el salpicadero.

Bueno, pues nada, adiós - no le iba a mirar, estaba tan avergonzada de mi comportamiento, que no podía ni levantar la vista, cogí mi bolso, abrí la puerta del coche.

Espera, Ari, joder, no pienses que no quiero - me decía, pero yo no quería escuchar nada de él, no quería que me dijera que sí que quería estar conmigo, me había dicho que no, intentó ser diplomático, pero fue una negativa por su parte, así que cerré la puerta sin pronunciar ninguna palabra, mi paso era firme, pero rápido, sin mirar hacia atrás, las puertas del hotel se abrieron y me fui directa a mi habitación.

Entré por la puerta, y solté mi bolso al suelo, por dentro me sentía humillada, nunca había estado en esa situación, nunca nadie me había rechazado, sobre todo porque nunca había tenido ese comportamiento con un hombre, siempre había sido fría, nunca había demostrado nada, siempre estaba alejada de ellos, nunca había sentido, y por esa razón todo había sido más fácil para mí, controlar las emociones era lo que había hecho siempre, pero para mí antes todo era más sencillo, pero Bruno me confundía, no podía ser la chica de siempre, cuando menos me lo esperaba salía la dulce, la espontánea, la alocada Ariadna que siempre he intentado controlar.

No tendría que haberme levantado, no tendría que haberme puesto encima de él, no tendría que haberle suplicado que subiera, MIERDA¡¡ - hablaba sola dando vueltas por la habitación, mis manos agarraban mi cabello - Bueno, da igual - cada vez estaba más avergonzada de lo que había hecho, me fui a la ducha, era lo que necesitaba, me desnudé y me metí en la bañera, abrí el grifo, y suspiraba al mismo tiempo que intentaba dejar mi mente en blanco, estuve varios minutos allí, no podía apartar de mi mente la situación que había provocado, siempre Miguel y Emma me decía que ser tan fría con mis parejas, con mis rollos, hacía que ellos se alejaran de mí, que yo provocaba eso, aunque para mí no tenía la mínima importancia, como venían se marchaban, no lloraba, no sufría, estaba bien.

Yo sólo demostraba amor a mis amigos, con ellos era totalmente diferentes, era cercana, simpática, agradable, no me importaba exteriorizar mis sentimientos, si estaba mal por algún motivo eran los primeros en saberlo, los cuidaba y me cuidaban.

Salí de la ducha, me sequé y me coloqué una camiseta, afuera hacía algo de frío, pero la habitación estaba caldeada, me metí en la cama, respiré profundamente, no iba a perder ni un segundo más pensando en él, me había rechazado, pues ya nunca más iba a ser rechazada por Bruno, porque nunca más iba a dar el paso a querer tener nada con él.

OTRO CAPITULO¡¡¡ UFF SALE ARI, LA DULCE, LA QUE NO LE IMPORTA NADA, SOLO BRUNO, PERO AL MISMO TIEMPO BRUNO LE DICE QUE NO, QUE PARE, QUE NO SUBE... HACIENDO QUE ELLA SE SIENTA MAL, HUMILLADA, Y RECHAZADA.... PROVOCANDO QUE VUELVA LA ARIADNA FRIA, AHORA ELLA NO QUIERE NADA CON EL.... UFFFF QUE COMPLICADO ESO, NO? PERO PORQUE BRUNO LA PARA???

ESPERO QUE LA INTRIGA OS ESTE RECORRIENDO EL CUERPO, QUE QUERAIS MAS, ESPERO VUESTROS COMENTARIOS, OPINIONES.

MIL GRACIAS POR TODO AMORES.

Bruno mi pasión 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora