Capítulo 90

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Ya era de día, y Bruno tenía a Nelani en sus brazos, mis ojos se fueron abrieron y ya nos traían el desayuno para los dos.

Buenos días, mama - me decía, se levantó con la pequeña también y me dio un beso.

Buenos días, papa - mis labios correspondieron a los suyos.

Nos dejaron las dos bandejas - venga desayuna, que tienes que reponer fuerzas - me decía mientras dejó a Nelani en la cuna y fue a ponerme la mesa con la bandeja encima de mí.

Empezamos a desayunar los dos juntos - he avisado a mi familia, y he mando un mensaje a Miguel y a Emma, y bueno a Héctor y Sharon, también - me miraba con cara de pena, sabía que había ocurrido con Héctor y parecía un poco incómodo.

Le acaricié el pelo - vete a casa, descansa un rato, y luego vienes - le guiñé el ojo - yo me ducharé aquí y me cambiaré, no te preocupes por nosotras, estaremos bien.

Vale, pero después de desayunar - me dijo, se acercó a mí y me dio un beso.

Terminamos de desayunar - Ari, amor, vale que tenemos confianza, pero, no sé - yo miré raro a Bruno, no entendía que me quería decir.

Que? - le pregunté.

No sé, a lo mejor con el parto vas un poco suelta, pero bueno, que me está dando vergüenza, decírtelo - se tocaba el pelo, y yo cada vez ponía peor cara.

Que, joder? Dilo¡ - ya me estaba mosqueando.

Que te has tirado un pedo¡ - yo no daba crédito a lo que estaba escuchando - Que eres mi mujer, pero no sé, es la primera vez y me ha sorprendido.

Idiota¡ - le dije - no he sido yo, son las niñas¡ - no podía creer lo que Bruno había montado por eso, no daba crédito, y no pude evitar reírme por su comentario.

Ostras¡ perdóname, amor, lo siento - vino enseguida a mí.

No, no, no, que huelo mal - le decía haciéndome la ofendida, pero no pude evitar sonreírle.

Su cuerpo empujó al mío, haciendo que me acostara en la cama - te quiero aunque te tires pedos - me decía, mientras me besaba por toda la cara.

Venga, amor, a cambiar a las niñas, que no se han tirado nada, se han hecho caca - le dije, Bruno resignado se levantó de encima de mí, y cogimos cada uno a una.

Empezamos a quitar los pañales - Dios Santo¡ pero que comen estás criaturas - dijo Bruno, tapándose la nariz con su mano.

Leche - le contesté.

Pues la leche tiene que estar pasada, porque esto no es normal - me decía - yo esto no lo quiero hacer, aparte como se limpia esto.

Pues con las toallitas toma - me di la vuelta y le di un paquete de toallas.

Bruno me miraba como si no entendiera lo que le estaba diciendo - ya, vale, con las toallas, pero que hago le meto el dedo, es que Arona tiene caca hasta el mismo, bueno ya sabes dónde - no podía dejar de reírse.

Te da gracias el chochete de tu hija?, mira que a su novio no creo que le de gracia - Bruno se dio la vuelta y sus risas desaparecieron - lo siento, sé que eso es un tema sensible para ti, serán monjas, no te preocupes.

Bruno cogió a la pequeña y con su cambiador la trajo a mi lado - venga que te miro y hago lo mismo que tu - me decía con una sonrisa - y monjas, tampoco quiero que sean, pero hasta la boda nada.

Sí, claro como nosotros dos, no? idénticos, hasta el matrimonio no hemos hecho nada - negaba con la mirada a Bruno, no podía evitar que me molestaran esos comentarios, yo no quería que a la mínima mis hijas tuvieran relaciones sexuales, pero no se tenía que llevar al otro extremo - eso ya lo vamos viendo, total cuando lo hagan serás el último en enterarte.

Bruno mi pasión 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora