Capítulo 49

958 44 29
                                    

Yo estaba histérica y Bruno poco a poco iba abriendo el regalo, mirándome mientras sonreía, estaba provocando tensión, sí supiera lo que le esperaba, no irá tan despacio, pensaba.

Yo me mordía las uñas, de lo nerviosa que estaba, necesitaba que lo viera ya, al paso que íbamos iba a dar a luz en el restaurante, Dios!!! Que despacio iba!!

Mi ropa la quitas más rápido! - le decía.

Te puedo asegurar, que esta noche tu ropa, te la voy a quitar igual de lento - me mordía el labio de sólo pensarlo.

Por fin quitó todo el papel y la caja estaba al revés, dio la vuelta al paquete y comprobó que había dos peucos de color blanco, Bruno sólo miraba lo que había dentro, estaba con sus ojos fijos al paquete.

No, no puedo creer que no sepa lo que es!!!, me decía yo misma.

ESTAS EMBARAZADA!!! - gritó y todo el mundo se giró hacia nosotros.

Bruno salto de su asiento y vino hacia mí, levantándome de mi silla, me cogió de la cintura y me dio vueltas, nos reíamos los dos mientras las personas del restaurante empezaron a aplaudir como sí formarán parte de nuestras vidas.

Bruno para, que me mareo - le dije.

Bruno paró, sus labios se acercaron a los míos, nos besamos mientras todo el mundo seguía mirándonos, mis manos acariciaban su cuello, mientras su lengua entró en mi boca, mis suspiros iban cada vez a más, sus manos bajaron hasta mi trasero y lo apretó hacia él, comprobando que estaba muy contento con la noticia.

Todo el mundo empezó a silbar, animándonos a seguir, yo no podía parar, pero Bruno se separó de mi - te quiero Sra. Hernández.

Lo siento - dijo mirando a la gente - estamos embarazados - abrió los ojos y empezó a saltar.

Bruno por favor - le tiraba del pantalón para que parara, yo no sabía donde meterme, aún no me había acostumbrado a sus impulsos.

Bruno cogió su silla y la acercó a mi asiento, nos sentamos.

Lo siento, joder, lo siento, de verdad, soy un imbécil, querías decirme esto y yo sólo pensaba en el trabajo, lo siento - me daba besos por las mejillas, cuello.

Dios!! Que vamos a ser padres!! - volvió a gritar.

Bruno llamo a la camarera para que nos trajera la cuenta y pagamos, después de comerse mi último bocado de postre que tenía en el plato, yo resoplé - lo siento, tenías antojo del último cacho? Y yo me lo he comido.

La verdad es que no tenía el antojo, pero me dio tanta gracia que empecé a reírme, y él ponía cara de pena por haberlo hecho.

Estábamos esperando el ascensor, yo no podía contenerme, Bruno estaba apoyado en la pared con su mirada de niño bueno, me acerqué a él y empecé a besarlo con ganas, apretando mi cuerpo contra en suyo, cada vez estábamos más excitados, sus manos bajaban y subían por el contorno de mi cuerpo, mientras mis manos agarraban con fuerza su pelo, mis labios no paraban de acariciar los suyos.

Joder, Ari, me encanta que estés así - me susurraba, entre besos, escuchamos como las puertas se abrieron y entramos sin dejar de besarnos, empotrándonos contra las paredes del ascensor.

Esta vez Bruno me apoyó en la pared, mientras mis piernas subieron hacia su cadera, él agarró con fuerzas mis muslos y descubría el liguero.

Escuchamos como las puertas del ascensor se cerraron y empezamos con más ganas, Bruno apretaba su cuerpo contra el mío, notaba cada vez su miembro que se pronunciaba más en mí.

Escuchamos una tos, y nos quedamos helados, no estábamos solos.....

Disculpen - había una pareja de viejitos, la mujer estaba indignada, pero el hombre no apartaba la vista de mí, parecía que la escena le estaba gustando - hace mucho que están aquí? - no había notado que el ascensor se hubiera parado.

Estábamos esperando el ascensor con ustedes, pero estaban tan ocupados - dijo la mujer mirándome mal.

Bruno se puso detrás de mí - que sigilosos son, no? - me susurró, yo no pide evitar sacar una carcajada.

Estábamos en el fondo del ascensor, Bruno empezó a tocar mi trasero, metiendo su mano, por debajo de mi vestido, agarró con fuerza mis nalgas, haciendo que de mi boca saliera un leve suspiro.

Sus dedos rozaban mi excitación, las puertas del ascensor se abrieron, la pareja salió primero, salimos después y no había nadie esperando, íbamos andando y Bruno me cogió de la cintura, mientras andábamos, bajó su mano - para me estás poniendo enferma - mis hormonas iban a sus anchas, sólo pensaba en ir al hotel.

Esta noche vas a gritar de placer, como nunca lo has hecho - me susurraba, sólo con escuchar sus palabras, ya estaba gimiendo - sigues sensible no? - yo afirmaba con la cabeza.

Entramos en el coche, me senté en la parte del conductor, Bruno no apartaba su mano de mi muslo y subía cada vez más, no podía resistirme, y me senté encima de él

Ari! - me gritó.

Bruno te deseo, no puedo más - mi boca fue a la suya, con ardor, con deseo, mi cuerpo empujaba el suyo.

Sus manos levantaron mi vestido, y se metían por debajo de mi ropa interior, notaba sus dedos como rozaban mi excitación, y yo no paraba de suspirar.

Me encanta verte así - me decía, mientras mordía mi cuello.

Joder! - gritó Bruno, tuvimos que parar, empezamos a escuchar gente hablando que se acercaba a los coches, con resignación le di un beso y me puse en mi asiento, arranqué el coche y nos fuimos al hotel.

UN CAPITULO¡¡¡ EMPIEZA EL HOT¡¡¡ ESTAN TAN EN LO SUYO, QUE NI CUENTA SE DAN DE LA GENTE QUE HAY A SU ALREDEDOR, PERO.......... BRUNO YA SABE QUE VA A SER PAPA, ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO, ESPERO VUESTROS COMENTARIOS, CON ELLOS ME SIENTO FELIZ, YA LO SABEIS....

MIL GRACIAS POR TODO

Bruno mi pasión 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora