Capítulo 131

338 35 22
                                    

El coche paró - en un par de minutos estoy aquí - me dijo saliendo del coche - no mires, por favor, confío en ti.

Vale - le contesté - confía, no miraré - sonreía, no sabía si a él o al aire.

La verdad es que Bruno cumplió su promesa, no podía mirar mi reloj, pero en poco tiempo, entró dentro del coche.

Pizza? - le preguntaba, empecé a oler a comida, a pizza.

Sí, ya lo sabes, hay cosas que no te podía ocultar - arrancó el coche, y empezamos a movernos.

Estuvimos un rato circulando, no nos hablamos, sólo escuchaba la música que Bruno había puesto, era la radio, algunas me gustaban y las tarareaba, incluso en algunas me arriesgaba a cantarlas, flojo, casi para mí, hacía muchísimo tiempo que no cantaba con gente delante, si todo era real en mi sueño, lo que me pasó en mí cumpleaños y lo que me dijeron sobre mi madre también tendría que ser real, o por lo menos quería, necesitaba sentir que mi madre estaba orgullosa de mí, de mi voz.

Joder, Ari, olvídate del dichoso sueño, me gritaba en mi interior, para por Dios, como sigas así te vas a volver loca, no paraba de hablarme a mí misma.

En una de esas canciones, Bruno bajó el volumen de la radio, haciendo que mi voz se escuchara mejor, en unos segundos después, me quedé callada - sigue, tienes una voz preciosa - me decía.

No hagas eso - le decía - no quiero que me escuches - me sentía mal, yo misma había provocado que me escuchara, y encima le estaba diciendo que él era el culpable de oírme.

Ari, cantas muy bien, y te escucho sólo yo, no tienes por qué enfadarte, si te apetece cantar, canta - me decía - haz lo que te apetezca hacer en cada momento, sé feliz.

Ya, pero - le contestaba.

Pero nada, a cantar - Bruno elevó el volumen de la radio, y los dos empezamos a cantar, me estaba sintiendo cómoda, estaba contenta, feliz, se podría decir que me estaba desahogando, escuchaba su voz, y eso me tranquilizaba acompañándolo en cada estrofa, a veces el paraba y me dejaba seguir a mí sola, nos reíamos, nos estábamos divirtiendo.

Falta mucho? - preguntaba.

Ansiosa? - me contestaba con otra pregunta, algo que me molestaba, desde siempre.

Bruno¡ falta mucho? - le volvía a preguntar.

No, no falta mucho, ya estábamos llegando - me contestaba.

Pasaron unos minutos y Bruno aparcó el coche - ahora vengo, no tardo - me contestó.

Otra vez¡¡¡¡ - exclamé, me estaba enloqueciendo, me estaba agobiando, llevaba horas con la venda puesta, tenía ansias, ganas de ver, de saber.

Ari, por favor, dame sólo unos minutos - me suplicaba.

Vale, pero por tu bien, espero que valga la pena - le decía, sonriéndome.

No tengo ninguna duda, valdrá la pena - me contestó, escuché como abrió la puerta, y la cerró, abrió mi puerta y sus labios fueron hacia mi mejilla, sus beso fue tierno, aunque corto para mi gusto, no sabía porque pero estar así con él, me gustaba, me hacía sentir especial, mi mano fue hacia mi mejilla, mientras que cerró la puerta, suspiraba, al saber que se acercaba el momento, cada vez estaba más nerviosa, sensación nueva para mí, siempre controlaba las situaciones, mis actos, y nunca me ponía nerviosa por nada, ni cuando trabajaba, en los desfiles veía a todas como temblaban, pero yo siempre estaba entera, las piernas nunca me flaqueaban, y todo era porque siempre lo tenía todo bien atado, sabía todos mis movimientos, en cambio ahora, todo para mí era descontrol, y por una parte me gustaba, pero por otra me desesperaba.

Bruno se fue al maletero y empezó a sacar cosas de allí, escuchaba como maldecía, como se quejaba y como resoplaba, mientras que yo en mi sitio no paraba de reírme, por escuchar que no todo le estaba saliendo bien, parecía que también él estaba nervioso, me daba la impresión que no era tan seguro de sí mismo como me quería demostrar, sabía que dentro de él, siempre había algo de incertidumbre, sobre todo cuando trataba conmigo, y eso me gustaba aún más.

Después de sacar todo lo que tenía en el maletero, dio un golpe seco, cerrándolo, y escuché como se alejaba del vehículo, mis manos no paraban de temblar, tenía un sudor frío que recorría todo mi cuerpo, intentaba respirar, por lo menos controlar lo respiración agitada que tenía.

Estaba sola en el coche, pasaba el tiempo y Bruno no aparecía, en un instante, la puerta de mi lado se abrió - todo arreglado - me dijo él, cogió mi mano e hizo que saliera del coche.

Menos mal, ya estaba a punto de quitarme la venda - le bromeaba.

Ya no queda nada para que te la quites - me contestó - segundos - se acercó a mi oído y me susurró - espero que te guste la sorpresa, espero que sea igual de mágico para ti, como será para mí.

Su voz recorría todo mi interior, en ese momento no pude hablar, no puede pronunciar palabra, lo único que hice fue hinchar mis pulmones y apretar con fuerza su mano.

Venga, vamos - Bruno me llevaba poco a poco hacia su sorpresa, hacia su momento mágico, esperaba con todas mis fuerzas que fuera para mí igual, necesitaba, quería que fuera para mí, igual que para él - hay unas escaleras, vale?

Empezamos a bajar con cuidado, Bruno me había dicho que no estábamos en Hawai, pero esas escaleras me recordaban muchas cosas, cada paso era una sensación conocida, cada paso mi corazón latía con mayor fuerza, cada paso mi mano apretaba más la suya.

Bruno paró y yo con él - estamos en el último escalón - me dijo, sus manos fueron hacia mi cabeza y desató mi venda, haciendo que mis ojos vieran otra vez, pestañeé dos veces, el día se había convertido en noche, mis ojos se abrieron y miré sorprendida a Bruno.

OTRO CAPITULO¡¡¡ CASI CASI CASI...... MMMMM QUE PASARA ESA NOCHE? QUE SITIO MAGICO SERÁ?

ESPERO QUE OS ESTE GUSTANDO CADA CAPITULO, Y OS ESTE INTRIGANDO, ESPERO VUESTROS COMENTARIOS, OPINIONES, ME ALEGRA LEEROS Y SABER TODO LO QUE HABEIS SENTIDO.

MIL GRACIAS AMORES

Bruno mi pasión 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora