Capítulo 64

930 34 19
                                    

El agua recorría nuestros cuerpos, no enjabonábamos mientras Bruno no apartaba los ojos de mí, bajaba despacio, veía que me comía con su mirada, yo me di la vuelta, mi respiración la intentaba controlar, sus dedos acariciaron mi espalda lentamente llegando hasta mi trasero, y volvieron a subir, no pude evitarlo mis manos se apoyaron en la pared, mientras mi espalda, mi cuerpo se estiraba, al notar sus dedos - me encanta tu cuerpo - escuchaba que me decía, cerraba los ojos - estoy cansado, pero te deseo, Ari - esas palabras me hacían sentir bien, necesitaba escuchar de boca de mi marido que me deseaba, que le encantaba mi cuerpo, necesitaba sentirme atractiva para él, deseada, necesitaba sentirme la misma Ari de siempre.

Bruno dio un paso y se acercó más a mí, el agua nos mojaba a ambos, sus manos subieron hacia mis hombros y bajaban pausadamente por el contorno de mi cuerpo, cuando llegaba a mis caderas, él apretaba con fuerza, acercándolo más a su miembro, en ese momento escuchaba los jadeos de Bruno, mi piel se erizaba, su boca besaba mi espalda, sus labios iban de un sitio hacia otro, dándome pequeños besos, pequeños mordiscos, mientras gemía de placer, mi trasero cada vez se movía más buscando su excitación, Bruno paró sus manos, y yo me giré para ver que estaba haciendo, él sólo miraba mi cuerpo, miraba como me movía y le rozaba, abrió su boca y se mordió el labio, mientras comprobé que su pecho subía y bajaba rápidamente.

Hazme el amor - le suplicaba, parecía que estaba esperando esas palabras para entrar en mí, al segundo noté como su miembro eréctil, duro, entraba poco a poco, sus manos temblaban encima de espalda, sus manos me empujaban para que mi espalda bajara, sus dedos se arrastraban hasta que llegaron a mis caderas y empezamos a movernos, Bruno entraba cada vez más rápido y salía despacio, nuestros suspiros iban a más, sin control mientras el agua seguía recorriendo nuestra piel, sus dedos se clavaban en mi trasero, cada vez escuchaba más fuerte los jadeos y gemidos de Bruno, provocando en mí, más placer - Dios, amor, me muero por ti - Bruno tenía los ojos cerrados, y su boca abierta, parecía que esperara mis besos.

Sigue, no pares - le gritaba, le chillaba, no podía más, me moría de placer.

Bruno salió de mí, y me dio la vuelta, buscaba mis besos, y yo buscaba los suyos, nos comíamos, nos amábamos, nos queríamos, nos deseábamos, seguimos besándonos un largo rato.

Bruno apagó el agua, yo estaba confundida, y me sacó de la ducha, rodeó mi cuerpo con la toalla, y me secaba a la vez que sus labios no dejaban de besarme, me cogió de la mano y llevó a la cama.

Túmbate, es la hora del masaje - me susurró, dándome un golpe en mi trasero, su miraba me hacía ser débil, me podría pedir lo que él quisiera y yo se lo daría.

Bruno abrió el cajón y sacó el aceite que no hacía mucho había sacado de la maleta, se sentó encima de mí, sus manos recorrían mi espalda, mientras su boca venía de vez en cuando a lamer mi cuello, escuchaba los suspiros de Bruno - no sabes lo mucho que me estoy aguantando - acarició mi trasero y su boca lo mordió, no me lo esperaba por lo que de mi interior salió un leve grito, sus dedos bajaron y rozaron mi excitación, haciendo que mi trasero se levantara - mmm tienes ganas - volvió al mismo sitio, mi trasero ya estaba en su cara, su boca empezó a morder mis nalgas, sacó la lengua y fue hacia mi sexo, excitándome cada vez más - terminaré el masaje luego - tiró al suelo el aceite, agarró con fuerza mis caderas, y entró su lengua hacia el fondo, haciendo círculos en mi zona, volviéndome loca de placer.

Bruno se levantó y entró fuerte, mientras mis gritos y mis gemidos eran incontrolable - joder, Ari, no pares de moverte asi¡ - me gritaba también, sin control, sus gemidos me consumían por dentro, mi sangre ardía, mi cuerpo temblaba, su miembro se clavaba dentro de mí, cada vez más profundo, sus manos se arrastraban por mi espalda.

BRUNO, JODER, NO PARES ¡¡ - gritaba perdiendo el control de mi cuerpo, intentando aguantar el placer, pero era demasiado y me dejé llevar - BRUNO, BRUNO, BRUNO - él entró con mayor fuerza, y fue en ese momento, cuando mi cuerpo llegó al orgasmo, retorciéndome, mis brazos no aguantaban y una parte de mi cuerpo se recostó boca abajo en el colchón, mientras que mis rodillas aguantaban, mi trasero cada vez más arriba, para que Bruno siguiera entrando dentro de mí,

ARI, SIIIII - gritaba mientras notaba que todo su semen, entraba dentro de mí, perdiéndose en mi interior - UUFFFF ARI - suspiraba y me recostó en mi espalda.

Nuestros cuerpos intentaban recuperar el aliento, nuestra respiración, cada vez estábamos más tranquilos y nos acostamos en la cama, desnudos los dos, acariciándonos y besándonos.

Te quiero - me sonrió Bruno - cada vez me gusta más estar así contigo, no quiero que nunca se acabe lo que sentimos, Ari.

Nunca se acabará, siempre será así - me acerqué a su nariz y la rocé.

Bruno se separó de mí, fue en busca del bote de aceite - soy un hombre palabra, me faltan las piernas - yo le sonreí, me encantaba que Bruno fue tan complaciente, y que siempre se preocupara de mi bienestar, eso me sentía ser única, siempre estaba preguntándome si estaba bien, si necesitaba algo, ningún día se le había pasado hacerme el masaje, cada noche tenía sus dedos en mi cuerpo, daba igual si estaba o no cansado, siempre tenía una sonrisa para mí, siempre tenía una atención conmigo.

Listo¡ - dejó la botella en el cajón y se acercó a mi cuerpo, tumbándose al lado - dormimos un rato? - yo afirmé.

Mi cabeza se acomodó en su pecho, y mientras nos acariciábamos nos quedamos dormidos, estábamos cansados por el vuelo, necesitábamos descansar un poco.

BUENO AMORES¡¡ OTRO CAPITULO¡¡ YA ESTABAMOS EN HAWAI Y PARECE QUE TODO SIGUE IGUAL DE BIEN, HAN HECHO EL AMOR Y BRUNO ES SUPER COMPLACIENTE CON ARI, ESTAN FELICES, Y SE LES NOTA, PERO YA SABEMOS QUE NO TODO DURA... ESPERO VUESTROS COMENTARIOS, VUESTRAS OPINION.

MIL GRACIAS POR TODO¡¡¡

Bruno mi pasión 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora