Capítulo 114

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Empecé a buscar como pasar la zona cercada, si habían aparcado aquí era porque era de fácil acceso, eso lo tenía seguro, mis nervios no me dejaban ver, por fin, encontré el agujero, mi cuerpo paso perfectamente, no era muy grande pero lo suficiente para una persona, con mis manos aparataba los matorrales que había para llegar a la puerta del hospital abandonado, casi eran más altos que yo, estaban secos y me obstaculizaban la visión, no sabía si iba por buen camino, parecía un laberinto, esperaba y cruzaba los dedos en no perderme por el terreno y llegar lo antes posible por lo menos a la puerta, y rezar que esa fuera la entrada correcta, miré hacia arriba y el edificio era enorme, no sabía cuántas plantas había pero demasiadas para ir buscando habitación por habitación, tenían demasiados ventanales, con los cristales marrones y rotos, a saber que clases de personas, deambulaban por la zona por la noche, respiré profundamente, estaba muerta de miedo, las piernas se me aflojaban, mis manos temblaban intentando apartar las hierbas del camino, pero lo iba a conseguir, me armé de valor, y empecé a caminar con paso firme, era una mujer de los pies a la cabeza, y nadie ni nada se metía con los que yo más quería.

Necesitaba coger fuerza de donde fuera, necesitaba ser valiente, tener puntería, y sobretodo que no me temblara el pulso cuando tuviera que hacer lo que pensaba hacer, esta vez, de aquí iba a salir Marian con los pies por delante, no iba a sufrir más, no iba a tener más problemas, y menos por una loca psicópata, enamorada de mi marido, que no pudo aceptar que él no quisiera nada de ella, joder, Bruno, si no hubieras tenido ninguna cita con ella, si no te hubiera emborrachado, y hubieras acabado en su cama, pensaba, mientras negaba con la cabeza.

No, Bruno no tenía la culpa, una persona en su sano juicio no se vuelve loca por eso, ella ya lo estaba, y su obsesión por Bruno fue más allá, intentando hacerme daño, simplemente por ser correspondida por él, y ahora le tocaba a Bruno, ahora le tocaba a él estar en sus manos, parecía mentira pero desde el principio nuestra relación no fue fácil, por su mala cabeza, por mis idas y venidas, y ahora me encontraba en un hospital abandonado, luchando con matorrales, con una pistola en el vaquero, con balas para matar a un centenar de personas, intentando hacer algo que lo tendría que hacer la policía, esto era de locos.

Por fin llegué a la puerta, pero estaba cerrada, miré por arriba, y no había nada por donde poder entrar, miré la parte baja y vi que el cristal de una de las puertas estaba roto, me agaché y pasé, ahora piensa Ariadna, si tuvieras a un bebe, dónde irías, pensaba, a la zona de maternidad, allí debe de haber cunas, aunque bastante sucias, me imaginaba.

Miré el panel que aún estaba en la pared de la entrada, cuarta planta, empecé a subir sigilosamente, no quería hacer ruido, en cada planta miraba, intentaba escuchar por si me estaba equivocando, no quería ir como los toros, sin pensar y a la de una, tenía que ser cuidadosa con todo lo que hacía, con todo lo que pensaba.

Me quedé parada en la primera planta, cerré mis ojos, y no escuché nada, los abrí y no había ni un alma, la zona era amplia, pero estaba completamente segura que si estaban en ella los iba a escuchar perfectamente.

Lo mismo hice en las siguientes plantas, segunda, y tercera, pero no pasaba nada, todo estaba en silencio.

Ya estaba en la cuarta, me quedé paraba, miré a mi derecha y a mi izquierda, y no veía nada, pero escuchaba unos murmullos que venían por mi derecha, así que ya estaba, ya los había localizado, poco a poco las voces iban subiendo, el silencio se estaba cortando, haciendo que empezara a escuchar con mayor nitidez.

Vamos a hablarlo, vale - escuchaba la voz de Bruno.

NO HAY NADA DE QUE HABLAR - gritaba una mujer, hacía mucho tiempo que esa voz no la escuchaba, hacía mucho tiempo que no sabía nada de la vida de Marian, era ella, su voz era inconfundible.

ME UTILIZASTE PARA OLVIDARTE DE ARIADNA, LUEGO TE FUISTE A MI CAMA Y TE QUEDASTE COMPLETAMENTE DORMIDO - gritaba - ME HUMILLASTE.

Me coloqué en la pared, los fríos azulejos, helaban mi espalda, se traspasaban por mi ropa, pero en ese momento todo me daba igual, miré un poco y vi como Marian tenía en sus manos una pistola, y estaba apuntando a Bruno, mis lágrimas salieron, en ese momento escuché un disparo - AHH - grité, mientras puse mi mano en la boca, para hacer que mi chillido fuera más ahogado, por favor, que no lo haya escuchado, pensaba, me quedé quieta unos segundos.

MIERDA, JODER - gritó Bruno, miré al instante, y lo vi allí de pie, respiré profundamente, no le había rozado, los llantos de mi hija salieron después del ruido del disparo, sabía que también ella estaba en esa habitación, lloraba eso significaba que estaba bien, por lo menos a ella tampoco le había pasado nada.

Déjame que la coja - le decía Bruno.

No, deja a la mierda de niña - decía Marian.

Respiré profundamente, cerré los ojos, y saqué el arma que tenía mentida en los vaqueros, miré que tenía en todos los agujeros las balas, así de tonta era, por mucho que supiera que ya las había metido, me quería cercioran que estaban allí aún, le quité el seguro, que voy a hacer, pensaba, armarme de valor, eso es lo que iba a hacer.

OTRO CAPITULO¡¡ ARIADNA HA ENCONTRADO A BRUNO Y DE QUE FORMA¡¡ AHORA SACA EL ARMA Y.....

ESPERO QUE OS ESTEIS INTRIGADAS, ESPECTANTES A LOS ACONTECIMIENTOS...... ESPERO VUESTROS COMENTARIOS, SUGERENCIAS, OPINIONES, GRITOS, UFF ESPEREMOS QUE ARIADNA NO LE TIEMBLE EL PULSO.

MIL GRACIAS POR ESTAR CONMIGO HASTA EL FINAL¡¡¡

Bruno mi pasión 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora