Capítulo 8

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Ya amaneció, antes que nos vieran nos fuimos al camarote enrollándonos la sabana, parecíamos dos adolescentes que se escondían de sus padres.

Notamos como el barco se movía para irnos al puerto, nos duchamos juntos, dándonos mimos continuamente, estaba triste, nuestra luna de miel se acababa y empezaríamos otra etapa en nuestras vidas.

Llegamos al puerto y nos despedimos de James y de Caroline.

Teníamos que ir deprisa, no teníamos mucho tiempo para hacer muchas cosas, llegamos a casa e hicimos la maleta, nos fuimos a casa de Peter, estuvimos un par de horas, y nos fuimos al aeropuerto, los chicos ya estaban en Los Angeles.

Tras horas de vuelo llegamos a la casa de Los Angeles, estábamos en la puerta, yo realmente estaba muy cansada, ya era por la noche y lo único que quería era un baño y una cama, por supuesto con mi marido a todas horas.

Bruno me cogió en brazos - para no llamar a la mala suerte¡ - me dijo, guiñándome el ojo.

Sí, hay que evitar la mala suerte¡ - le sonreí, entrando por la puerta.

Entramos y me dejó en el suelo, sacamos las cosas que teníamos que limpiar y puse una lavadora.

Bruno fue al baño y llenó la bañera.

Amor, bañera preparándose - me gritó desde la habitación.

Mientras yo iba a su encuentro, me iba desvistiendo, llegando desnuda a la puerta del baño, él tan ansioso como siempre ya estaba dentro.

Me puse entre sus piernas, y me recosté en su pecho. Esa sensación era única, Bruno mientras con una esponja la pasaba por mi cuerpo, estábamos relajados, hablando de lo bien que estábamos y no queríamos que cambiara nada. Notaba a Bruno más nervioso, e intentaba relajarle.

Salimos, nos secamos abrazándonos y nos fuimos a la cama, mañana tocaba más horas de vuelo.

La luz entraba por la ventana, aún no había sonado el despertador, pero me levanté a sacar la ropa de la lavadora y poner la secadora, así estaría lista para dejarla en casa.

Me fui a duchar y al salir me encontré a Bruno, despierto en la cama.

Buenos días amor¡ - le dije.

No, hoy no son buenos días - me contestó.

Por? Que ha pasado? - le pregunté, estaba preocupada.

Mi esposa se ha marchado de mi lado, y me he despertado sin su sonrisa y sin sus caricias - me decía ponía morritos como un niño pequeño.

Y tu esposa, puede hacer algo para consolarte, y reparar su falta? - le preguntaba mientras me acercaba a gatas poco a poco hacía donde estaba él.

Bueno, si fuera cariñosa conmigo, me besara mucho mucho mucho, lo podría arreglar - me decía con sus manos cruzadas, mirando el techo.

Besos como estos? - le preguntaba mientras le besaba el pecho y subía hasta su boca.

Por ser un principio me va bien¡ - suspiraba.

Llegué a su boca, mis labios acariciaban los suyos, dejándonos llevar, sus manos subían por mi cuerpo casi seco, apretando fuerte mi piel.

Estoy loco por ti¡ - me decía.

Sabes una cosa? - Me negaba con la cabeza - es mi propósito volverte loco¡

Me dio la vuelta, dejando mi cuerpo debajo del suyo - Sabes cuál es el mío? - Yo negaba con la cabeza - darte placer todos los días.

Bruno, para¡ - me volvía loca notar su lengua en mi cuello.

No te gusta? - me susurraba el oído.

Bruno mi pasión 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora