Capítulo 50

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Entramos al hotel y Bruno me llevó a la recepción, no entendía el porque, yo llevaba las llaves en mi bolso.

Bruno, yo llevo las llaves - le dije.

No amor, hoy no vamos a nuestra habitación, he reservado la suite - me susurró, mientras me dio un azote en mi trasero.

La recepcionista le entregó la llave a Bruno - todo está arreglado? - le preguntó, mientras ella afirmaba con la cabeza.

Me agarró de la cintura y nos fuimos a la habitación.

Tiene jacuzzi - me dijo, mientras abría la puerta, su cara me excitaba, me miraba con ojos de deseo.

Entramos pero Bruno no encendió las luces, toda la habitación estaba llena de velas encendidas, yo quería que la noticia de mi embarazo fuera especial, y él mismo lo había hecho.

Me cogió la mano y me llevó hacia la cama, una cama preciosa, grande, en la mesa había fresas recubiertas de chocolate, y una botella de cava.

Había pedido cava, una copa no pasara nada no? - me dijo, mientras le besé dulcemente.

Una copa no pasara nada, amor - me estaba enamorando más de mi marido, me pensaba que eso ya no podría suceder, que lo quería tanto que más sería imposible, pero me equivoqué, mi amor por él era infinito, siempre podría quererlo más y más, y nunca me cansaría de sentir por él.

Bruno destapó la botella y llenó las dos copas, cogió el plato con las fresas, y me llevó a la terraza, también llena de velas, nos sentamos en el sofá, puso las copas y el plato con las fresas en la mesita que teníamos delante, las vistas eran espectaculares, toda la ciudad iluminada.

Para que siempre estemos juntos, para que nunca más haya un lo siento, por nuestro bebe, por nuestro amor, por todas las noches juntos, por nosotros - juntamos nuestras copas, y bebimos.

Bruno me acercó una fresa - tu primero ya que te has quedado sin el último cachito de postre - me dijo sonriente.

Cogí la fresa y le di un bocado - mm que rico, prueba - le puse la fresa casi en la boca.

No, yo la pruebo de tus labios - Bruno me besó suavemente, probando cada sabor en mi boca, relamiendo cada parte de mis labios, sus manos acariciaban mi cuerpo y yo me senté encima de su cuerpo, apretaba fuerte, quería notar su excitación, cada vez íbamos a más, no me podía aguantar, lo quería ya.

Mis manos arrancaron de un golpe la camisa de Bruno, haciendo saltar los botones por el suelo, eso le excitó más, pero veía que él quería controlarse.

Se levantó llevándome en brazos hacia la cama, me puso de pie delante de él, mientras me besaba, me desató el cordón que llevaba atado en el cuello, abrió la cremallera de mi costado, y el vestido calló por sí sólo al suelo.

Bruno me miró por completo, observando que mi barriga estaba tomando forma, la acarició suavemente, mientras sonreía, bajó hacia ella y empezó a besarla, mientras yo acariciaba su cabello.

Bruno se incorporó y y me llevó hacia la cama - túmbate, boca abajo - me dijo, yo le hice caso, cuando iba hacia la cama, noté que Bruno no apartaba la vista de mi cuerpo.

Mientras me tumbaba, Bruno se quitó la camisa, y empezó a desabrocharse los pantalones, mientras con los pies se quitaba los zapatos, estaba totalmente desnudo y su cuerpo se acercó al mío.

Bruno se arrodilló entre mis piernas, sus dedos acariciaban mi espalda desnuda, bajando y subiendo, sus manos bajaron hasta mi cintura, y desabrochó el liguero.

Su lengua empezó a recorrer mi espalda, sus labios besaban cada parte de mi piel, mientras que sus dedos rozaban mi excitación.

Mis suspiros eran cada vez más fuertes, mi cuerpo intentaba controlarse, pero no podía evitar moverme lentamente.

Bruno apretó su cuerpo contra el mío - date la vuelta, amor - me susurró, apartándose de mí después.

Me di la vuelta, Bruno se fue un poco atrás, y empezó a bajarme las medias, mientras besaba mis muslos.

Cuando me dijo que me quitaría la ropa igual de despacio que abrió el regalo, me pensaba que no se lo tomaría tan enserio.

Bruno me bajó luego la única pieza que tenía en mi cuerpo, la bajaba con delicadeza, mientras sus dedos, rozaban cada parte de mi piel, me retorcía de placer, sabiendo que cada vez, estaba más cerca tenerlo dentro de mí.

Su lengua volvía a subir hacia mi excitación, abrió mis piernas y agachó su cabeza, hundiéndola entre mis piernas haciendo que cada vez las abriera más, su lengua era mi perdición, no paraba de moverla, de jugar con ella, mientras mis manos agarraron con fuerza su cabello, mientras gemía de placer, gritaba y suspiraba como nunca lo había hecho.

Para, para - le decía a Bruno, él levantó la mirada, y me sonrió - sigue, no pares.

Ari, que hago paro o sigo - me decía, con una mirada perversa.

Joder, Bruno!!! Hazme el amor, joder - le gritaba, no podía controlar mis hormonas, no sabía lo que quería, sólo sabía que quería estar con él, quería tenerlo.

Me encanta ver que me deseas - me decía mientras venía hacia mí, su cuerpo se tumbó encima de mí, sus labios volvieron a los míos, y en un instante noté como entraba despacio, lentamente, mientras escuchaba su respiración - sí te hago daño me lo dices, es mi primera vez.

Eres virgen? - le preguntaba, mientras empezaba a gemir, mis piernas subieron hacia las caderas de Bruno, mis manos acariciaban su espalda.

Con una mujer embarazada, sí - su voz salía entrecortada, suspiraba mientras se movía lentamente, mis piernas apretaban su cuerpo, para que entrara más dentro de mí - Dios, Ari - gemía cada vez más fuerte.

Bruno se giró, haciendo que mi cuerpo se sentara encima de él - así mejor, no quiero hacerte daño, soy todo tuyo - me decía mientras empecé a moverme, mis manos se apoyaron en su pecho, mis movimientos eran lentos, Bruno estiró su cuerpo, su cabeza iba hacia atrás, mientras sus manos agarraban mis muslos.

Mis dedos acariciaron su pecho, y se apoyaron en sus piernas, haciendo que mi cuerpo se estirara también, mis movimientos empezaron a ser más rápidos, más fuertes, mientras escuchaba los gemidos de mi marido, de mi amante, me volvían loca, me excitaba ver su placer, y me deje llevar, mientras Bruno levantó sus caderas, haciendo que notara más su miembro dentro de mí.

BRUNO!!!!!! - grité como nunca, llegando al orgasmo, retorciéndome de placer - BRUNO!! BRUNO.

Mis movimientos más rápidos, más constantes, hicieron que Bruno, llegara también.

ARI, JODER!!! NO PARES!! - me gritaba, sus dedos se clavaban con fuerza en mis muslos y yo seguía dándole placer con mis movimientos, sin parar - SIIII.........

Mis movimientos iban a menos, me desplomé en su pecho, mientras que sus manos acariciaban mi espalda.

Te quiero, amor - me decía Bruno, mientras me besaba la frente.

Bruno, eres todo para mí - le contesté, salió de dentro de mí, y le abracé con fuerza.

UN CAPITULO MAS AMORES¡¡¡ YA SE HAN RECONCILIADO O A UN PUEDE SEGUIR EL TEMA....... ESPERO QUE OS ESTE GUSTANDO, ESPERO VUESTROS COMENTARIOS, ME ENCANTA VER VUESTROS COMENTARIOS Y ME DAN MAS GANAS PARA SEGUIR ESCRIBIENDO.

OS QUIERO¡¡¡

Bruno mi pasión 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora