Capítulo 78

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Había pasado una semana y estábamos en New York, Bruno y los chicos habían actuado, y todo estaba perfecto, aunque ya no trabajáramos juntos, yo era su mujer y él me escuchaba en todo lo que yo le decía, éramos inseparables, siempre nos mimábamos.

Teníamos días libres y estábamos disfrutando todos juntos paseando por el centro de New York, aunque era imposible en cada esquina nos teníamos que parar siempre había alguien que los reconocían y querían una foto con ellos, a veces me pedían que yo también formara parte, pero eran escasas, lo entendía, y no me molestaba para nada, yo me imaginaba de pequeña encontrándome por la calle a mis ídolos y también hubiera hecho lo mismo.

En ese instante mi móvil, sonó era Miguel que me llamaba.

Hola - dije al descolgar.

Hola, guapa, dónde estás? - me preguntaba y yo estaba ansiosa por saber porque me había llamado.

En New York, dos días y luego nos iremos - le contestaba a su pregunta - y tú me llamas por?

Genial que estés en New York, pues para que te voy a llamar, porque tengo algo interesante - me decía, en ese instante, empecé a saltar, Bruno estaba un poco lejos de mí, yo estaba con Dre. Bruno se paró y esperó a que me acercara, era tan cotilla que necesitaba saber que me estaba pasando, saber el motivo de mi alegría, él se reía mientras veía las tonterías que hacía en medio de la calle.

Pues cuéntame - estaba ansiosa por saber.

Bueno, Ari, Vanity Fair está interesada en hacerte una portada - eso no era la clase de trabajo que quería, eso no era publicidad, sino salir yo, Ariadna Hernández en su portada de mujeres embarazadas, como lo habían hecho muchas actrices.

Miguel no sé - me quedé quieta en medio de la calle, a mi derecha Bruno y a mi izquierda Dre, los dos ponían caras raras, había pasado de la alegría a quedarme fría - pásame las condiciones por email y cuando llegué al hotel lo miraré con Bruno, y ya te digo cosas.

Vale, ya te digo que las condiciones son perfectas, la verdad es que parecen muy interesados - me contaba - te lo envío y espero que me contestes, te quiero amor, cuídate, besos - se estaba despidiendo y yo colgué la llamada, bloqueé el móvil y lo metí en el bolso.

Que sucede? - me preguntó Bruno, mientras me cogió por la cintura, su mano bajaba hacía mi trasero y yo puse la mía en su bolsillo, fuimos andando al encuentro con el resto de los chicos.

Ya te dije que Miguel empezó a buscar cosas de publicidad para mí - Bruno afirmaba con la cabeza, mientras que le daba una calada al cigarro.

Pues que tiene una oferta para mí, pero es una portada para la revista Vanity fair - Bruno abrió sus ojos, no sabía si le gustaba la idea o no - y no sé, yo quería algo de publicidad, no una portada y una entrevista de mí.

A mí en un principio no me desagrada la idea, estamos en New York y así no nos tenemos que desplazar, mi mujer en la portada del Vanity Fair, enseñando barriguita - me dio un beso en la mejilla - cuando lleguemos al hotel, miramos las condiciones, si vemos que son aceptables y tú quieres, yo mañana te acompaño.

Llegamos al restaurante ya era la hora de la comida, por lo que todos decidieron entrar y saciar el hambre.

Terminamos y llegaron los postres a las pequeñas eso les encantaban, me estaban saliendo dulces como el padre, y después de comer mi tarta de chocolate, empezaron a animarse, a mi lado estaba Dre, Bruno se había puesto más lejos esta vez, por lo que cogí su mano y la acerqué a mi barriga, siempre Dre me decía de sentirlas pero nunca hubo la ocasión, Dre empezó a exclamar y todos se dieron la vueltas, yo ya lo sabía tenía un imán para estas cosas, porque todos se levantaron y vinieron a tocar mi barriga.

Bruno mi pasión 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora