Uno

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1.Nuevo hogar.

Las circunstancias que me llevaron a vivir con la familia Everly son complicadas de explicar, pero trataré de hacerlo lo mejor posible...

Diré primero lo que la familia de papá trato de hacer para ocultarme la verdad  "el negocio familiar a crecido y buscamos expandirnos a nuevos países, como estaremos tan ocupados trabajando no tendremos tiempo de cuidar de ti, así que te quedarás a terminar tus estudios aquí, unos amigos de la familia aceptaron cuidarte."

Lo que realmente sucedía y que papá no quería que supiera, era que estaba enfermo, el viaje que haría junto a mi abuelos, era para buscar un nuevo tratamiento para su enfermedad, uno que le diera mayor oportunidad de vivir.

¿Qué como sé todo esto?, sencillo, papá aún habla con la fotografía de mamá por las noches, una de esas veces lo escuche hablar sobre su enfermedad, eso fue hace dos años, ahora se encontraba en una etapa crítica y este tratamiento al otro lado del mundo era su última esperanza.

Hoy quizá sería la última vez que lo vea, pero aún así, me prometí mostrarme como era siempre, optimista y feliz para que él pudiera ser fuerte y luchar un poco más.

-Deja de refunfuñar, te ves linda- le di una mirada larga, él soltó una risilla juguetona que me contagió y también sonreí.

-Papá, estoy en pijama- le mostré mi ropa bajo el abrigo, soltó una carcajada- ¡No te rías!- lo reprendí riendo- sabes que fue tu culpa.

-Lo siento, querida, en verdad pensé que era una persona de confianza.

-Conociste al sujeto por dos horas y le diste todas mis pertenencias- señala a la pequeña maleta de mano, donde por suerte llevaba la ropa suficiente para mi primera semana de clases- No fue de tus mejores ideas.

-Tranquila, ya se arreglará todo...- alguien abre la puerta de la mansión donde esperábamos ser recibidos.

La familia Everly era dueña de muchísimas empresas, por lo tanto eran bien acomodados socialmente, mi familia por otra parte no tenía tanto dinero como ellos, pero nos iba muy bien con el negocio familiar y fue mucho mejor cuando mi abuelo por fin decidió dejar a los amigos de mi padre invertir en la empresa, así que jamás me había hecho falta nada, tenía una casa grande y bonita, una habitación amplia, estudiaba en un colegio privilegiado y en mi último cumpleaños recibí el celular de mis sueños.

Podrían considérame caprichosa, pero la vida me había enseñado que no hay cantidad suficiente de dinero que pueda darte el tiempo necesario con tu familia.

-Fletcher, amigo, ¡hace cuanto que no te veo!- la mirada del señor Everly era de tristeza, había aprendido a leer muy bien a las personas, él sabía sobre los planes de mi padre, así que no dudó en abrazarlo- tu debes ser Emma- dijo- eres tan hermosa como tu madre.

-Gracias, señor- me sonroje notoriamente, no estaba acostumbrada a los halagos, odiaba ser el centro de atención.

-Por favor pasen, están en su casa- el muy elegante señor Everly se hizo a un lado cediéndonos el paso a su casa- ¡Clarie, querida, ya está aquí!- gritó con genuina emoción mirándome, así es, de nuevo la sangre se concentró en mis mejillas.

-Fletcher- ella también lo abrazó y disimuló mejor la tristeza que le daba la situación- ¿Cómo estás?

-Me encuentro muy bien, Clarie.- Respondió papá mientras me pasaba su brazo por los hombros- te presento a mi hija Emma Daniels- me sonríe y mi corazón se estremece, hago un esfuerzo por tratar de memorizar su sonrisa y todas su facciones, lo amaba tanto.

- Emma, eres preciosa, es un gusto conocerte, ya verás que nos llevaremos muy bien, serás como la hija que no pude tener- traté de extender mi mano para estrechar la suya, pero ella me abrazó, así que terminé en una posición un tanto incómoda.

-Cariño- papá llama mi atención, no dudo en abrazarlo- debo irme.

-Lo sé- mi voz se quiebra- desearía tener más tiempo- un sollozo se escapa de mis labios, las lágrimas ya corren por mis mejillas, él trata de apartarme pero yo me aferro tanto como puedo a su pecho, lloro porque se que podría perderlo, se que podría ser la última vez que lo vería con vida, la última vez que lo podría abrazar.

-Te amo, te extrañare mucho mi princesa- besa mi cabeza y me abraza con más fuerza, esto es tan doloroso, pero al mismo tiempo no podía desear más que él luchará por su vida, y que volviera para estar conmigo por más tiempo, es lo que anhelaba más que otra cosa.

-Te amo más papi, te esperare aquí, por favor vuelve- le suplico con mis mejillas húmedas y mis ojos llenos de lagrimas. Me mira con tristeza y besa mi frente.

-Lo haré cielo- le doy otro abrazo antes de que salga por la puerta aspiro su aroma tratando de anclarlo a mi mente  y pido al universo que de verdad vuelva.

Así es como llegue con la familia Everly, ahí estaba yo como una intrusa en su círculo familiar, por obvias razones no me sentía nada cómoda en ese lugar.

-Emma, cariño...- me limpio la cara antes de voltear a ver a Clarie- ¿Quieres ver tu habitación?- asentí- John trae su maleta- una sonrisa extraña se coló en su rostro, me ajuste el abrigo, tratando de ocultar mi pijama de Mickey Mouse y los seguí escaleras arriba.

-Aquí es, ponte cómoda, si necesitas algo no dudes en llamarnos- asentí, Clarie me da un beso en la mejilla y me dejan a solas frente a una puerta blanca.

Al abrir una habitación muy similar a la que tenía en casa me recibe, el tamaño era mucho más grande que me antigua recámara, tenía un escritorio blanco y mi computadora se encontraba ahí, tenía baño propio y un vestidor enorme, mi ropa se encontraba bien organizada y dispuesta, sobre la cama estaba una nota junto a una cajita.

"Caíste"  decía la nota, me di cuenta de que se trataba de una broma hecha por papá, su última broma hacía mi, dentro de la cajita se encontraba una bola de cristal, dentro una réplica de nuestra antigua casa y de pie frente a ella estaban mamá y papá tomados de la mano, era una obra de arte, no pude evitar llorar al recordar porqué estaba ahí.

Agite la esfera de cristal y miles de brillos volaron alrededor de la casa, la coloqué sobre la mesa de noche y me metí en la cama, lloré por horas, hasta que en algún punto el sueño me venció.

Viviendo con un Playboy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora