34. Tal vez y solo tal vez 1/ 2
Tyler Everly
Tenía que averiguar como pasar más tiempo con Emma, con el final del año tan cerca, estábamos muy ocupados, con exámenes, proyectos y tareas, que había muy poco espacio para la vida personal, aun así Seth se las ingeniaba para acaparar todo momento libre de la castaña.
Lo que me irritaba y fastidiaba, no podía concentrarme y a este ritmo tendría que repetir todo el año para poder aprobar mis materias, sin mencionar que me quedaría sin el amor de mi vida.
Conclusión:
Viviré solo y con 9 gatos.
Bien quizá exagero, estoy siendo muy dramático, pero comprendan es el cansancio.
-No lo lograré- la escucho decir- Lu, esto es demasiado, no puedo.
-Deja de decir eso, tu lo harás, serás el primer alumno en la historia, en pasar ese examen- Lucy eleva las manos y finge vislumbrar una gran marquesina, la castaña solo la observa incrédula.
-El resto de mi clase se ha dado por vencida, ¿por qué yo no?- empuja sobre la barra sus apuntes y los libros con los que estudiaba.
-Porque ellos no nos tienen como apoyo- digo ambas chicas se sorprenden de mi presencia, los ojos grises de Emma me evalúan, aun escépticos.
-¡Exacto!, justo por eso- su amiga parece sincronizarse conmigo.- Nosotros vamos a entrenarte, y saldrás triunfal.
Los siguientes días solo se trata de ella, y aunque solo sea con el objetivo de estudiar podemos pasar al fin un tiempo a solas. Lucy permanece en el departamento por un tiempo, mismo tiempo que Evan permanece fuera.
La castaña de ojos verdes y yo estuvimos muy cerca de aprobar el examen hace un año, así que damos un curso intensivo a Emma reforzando todos sus conocimientos, incluso la acompañamos hasta la puerta de su salón de clases para presentarlo, ella tenía razón, el resto de su clase había desistido, el profesor Jackson le sonrío, deseándole buena suerte.
No pudimos quedarnos y esperar sus resultados, teníamos una clase más en el día, volví con Lucy al departamento. Preparábamos la cena, la chica era agradable, y tenía una risa muy contagiosa.
-¡Lo juro!, fue un día espantoso- reímos con fuerza, después de su cómica tragedia – la moraleja es que jamás debes comer aros de cebolla antes de subir a una montaña rusa, todo puede salir muy mal- se estremece recordando, la observo, su sonrisa se borra casi de inmediato y su semblante cambia, se ve triste, encuentro la razón a mi espalda, Evan ha vuelto y nos observa, solo por un par de segundos antes de marcharse.
-¿Está todo bien?- de sus labios rojos se escapa un suspiro, y asiente. Un silencio incomodo se instala entre ambos y el ambiente se siente tenso, gracias al cielo alguien lo rompe.
-¡Lo logre!- grita ondeando unos papeles- ¡lo logre!- corre en mi dirección con una sonrisa enorme, Lucy se adelanta y la abraza primero.
-¡Lo sabía!- grita de nuevo mientras observa los papeles que llevaba su amiga en las manos.
-¡Lo hicimos!- emocionada Emma salta a mis brazos, la atrapo al vuelo y ella enreda sus piernas en mi cintura, nos hago girar celebrando, mi corazón se acelera, mientras la escucho reír victoriosa, separa su torso del mi cuerpo y en un movimiento casi imperceptible acerca su rostro al mío, pero se detiene al percatarse de sus acciones, lentamente desenreda sus piernas de mi cintura y se sostiene sobre sus pies, aun la sujeto fuerte, manteniendo nuestros cuerpos unidos.
-¿Ya van a besarse o no?- la pregunta nos obliga a separarnos, Emma con las mejillas notablemente rojas, y yo con el corazón a mil por hora.- Hacen una linda pareja.
-¡Lu!- sujeta el brazo de su amiga y la arrastra a su habitación tratando de ocultar sus mejillas rojas con el cabello
Tal vez y solo Tal vez, no viviré solo y con 9 gatos
[...]
Emma Daniels
-¿Cuándo piensas decirle lo que sientes?-abanico mi rostro intentando en vano controlar mi sonrojo.
-Ya te lo había dicho. Seth y yo...
-¡Ay, por favor!-me interrumpe- sabes perfectamente que no es él a quien en verdad amas.
-¿Quién dijo algo sobre amarlos?- quiero parecer indiferente, y no dejarme llevar de nuevo por mi alocado corazón, tratar de ser racional, y protegerme de cualquier daño.
Y es que sabía que si me permitía amarlo, y lo perdía, no podría soportarlo, no quedaría una sola pizca de cordura en mi cabeza, no deseaba perderme a mi misma de nuevo, no cuando recién comenzaba a sentirme bien conmigo.
-Eres tan ingenua- me toma de las manos cuando se da cuenta de mi creciente ansiedad.- Estoy segura de lo mucho que te ama, no te dejará ir, es él indicado, en el momento indicado- sonríe con gentileza- muchos desearíamos tener tan solo un poquito de la magia que emanan juntos.
-¿Cómo vas con... ya sabes que?- se tira sobre la cama mientras suspira, me siento junto a ella y veo como sus ojos se llenan de lágrimas, que lucha por retener.
-Al menos lo intenté, ¿verdad?-me mira, y una lagrima resbala de sus ojos, la limpia de inmediato- no puedo ser la chica que intente sanarlo, si no se siente capaz de tener una relación formal...- hace una pausa tomando aire, convenciéndose de que su decisión era la correcta- no seré un juego para nadie.
-Eres muy valiosa e increíble, no deberías sentirte mal por ponerte en primer lugar- sonríe con tristeza.
-Pero duele- se sienta junto a mí- duele porque yo si...
-Lo amabas- sus ojos verdes se enrojecen y deja de contener su llanto, la dejo desahogar sus emociones, acompañando su dolor y siendo su soporte, no nos conocíamos por mucho tiempo, pero nos habíamos vuelto cercanas, incluso Mar y Phany sabían de ella, se agradaban, aunque solo se conocerían virtualmente.
Nos quedamos un rato en silencio y después la ayudo a estudiar para sus últimos exámenes, yo había aprobado satisfactoriamente mi primer grado como estudiante de medicina, estaba orgullosa y libre para disfrutar de las fiestas decembrinas.
-¿Por qué no te quedas?- la veo recogiendo sus libros- mañana te acompañare a tu examen y después tu y yo tendremos un relajante día de spa- sonríe.
-No sé si es buena idea- escuchamos a fuera la risa de mis compañeros de piso, jugaban videojuegos.
-Solo finge que estas bien, eso hará que enfurezca.
-Emma...
-Lo sé, sé que dijiste que no forzarías nada y que simplemente lo dejarías, pero ¿qué es la vida sin un poco de drama?- trato de convencerla sonriendo y moviendo mis cejas arriba y abajo incitándola, se ríe de mi gesto.
- La venganza no es buena. – Sigue guardando sus pertenencias.
-¡Al diablo con eso!, Evan te lastimó y no se ha preocupado por saber cómo estás o por remediar lo que ha causado, entonces que pague. ¡Quiero venganza!
-Nadie pensaría que en un cuerpo tan pequeño hay lugar para tanta destrucción- se rinde y deja su mochila de lado- de acuerdo pequeña vengadora, tu ganas me quedaré.
-Me alegra que lo digas, porque ya tengo un plan en mente- froto mis manos como villano de película infantil, provocando las carcajadas de mi amiga.
-Ay no, nada saldrá bien de esto.
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Viviendo con un Playboy
Novela Juvenil"Lo reconocieron al mirarse, en el ambiente podían sentir esa electricidad que los invitaba a estar juntos, sus cuerpos sentían la atracción por el otro, no podían negar que estaban destinados a grandes cosas juntos, después de todo... eran almas ge...