Dos

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2. Tyler Everly

Quisiera decir que desperté como si fuese una princesa, con unos suaves rayitos de sol que se colaban por mi ventana y me caían sobre los ojos... pero sería mentira, la verdad es que desperté gracias a una aparatosa y cómica caída de la cama, intenté no caer obviamente, pero solo conseguí traer conmigo las sábanas de la cama.

-Emma, cariño- como si no fuera suficiente Clarie entra sin avisar a la habitación y me ve ahí, enredada en las cobijas, con una pierna aún colgando de la cama, sonreí- ¿Estás bien?- trata de controlar su sonrisa.

Cuando por fin logré desenredarme, me puse de pie y frote mi cabeza.

-Buen día señora Everly- recogí todo y lo aventé a su lugar-¿puedo ayudarla en algo?

-Quiero invitarte a desayunar, mi esposo salió por unos asuntos del trabajo, así que quiero que tengamos nuestro primer día de chicas.

Estaba por negarme y decirle que pretendía ser perezosa y dormir todo mi último día de vacaciones, pero, ella en verdad se veía tan entusiasmada que no pude negarme a complacerla.

-De acuerdo, solamente me arreglaré y estaré con usted.

-¡Genial!, te esperaré abajo.

Salió tan feliz que me recordó que no estaba soñando, todo era real, mi padre se había marchado y yo estaba sola.

-Ya quiero ver a mis amigos- digo sobándome la cabeza mientras me dirigía al baño.

[...]

El día transcurrió sin mayores incidentes, compré un par de cosas que necesitaba para la escuela y la señora Everly me compró ropa nueva y maquillaje, además de llevarme al salón de belleza para arreglar nuestras uñas, desayunamos y comimos fuera de casa, al volver traíamos muchas bolsas de las compras que habíamos hecho, pese a que me negué a aceptar tantos obsequios ella siempre se salió con la suya para que los aceptara alegando que siempre deseo poder tener un día de chicas con una hija.

Pasamos el resto de la tarde viendo películas en la enorme sala de la casa, comimos palomitas y otras golosinas, hasta que ella se tuvo que ir a cumplir con unas cosas de su trabajo.

Después de un maratón de las primeras tres películas de Harry Potter, apague el televisor y me dispuse a subir a mi habitación, para alistar mis cosas para el colegio, mañana sería el primer día de clases, pero antes de salir del lugar escuché una discusión, no quería ser inoportuna así que espere a que se fueran, por lo tanto logré escuchar algunas partes de la pelea.

-Hijo, por favor, ven a conocerla, es muy linda, te agradará- ese era el señor Everly.

-Ya te he dicho que no me interesa conocerla- fruncí el ceño, esa voz me era muy familiar- No necesito ser parte de su circo de caridad- ¡pero que grosero!- mientras ella esté aquí yo no...

Deje de prestar atención cuando reconocí la voz de aquella persona.

-Emma, quiero que conozcas a nuestro hijo, Tyler- tenia que ser una cruel broma, levante la vista lentamente, cuando lo vi supe que mis sospechas eran ciertas, sus ojos azules me miraron inexpresivos, me barrió con su mirada y me sentí extrañamente expuesta.

Viviendo con un Playboy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora